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Clasificación del reino Animal

Te explicamos qué es la clasificación del reino animal, su historia y cuáles son los filos y subfilos que se utilizan en la actualidad.

Organización del reino animal

La biología cataloga a los animales como miembros del Reino Animal o Animalia, uno de los grandes capítulos en los que se clasifica la vida conocida, distinto del reino de las plantas, los hongos o los de los microorganismos. Sin embargo, dentro de dicho reino cohabitan numerosísimas especies de animales diferentes, que ameritan una extensa clasificación por parte de los especialistas.

Dicha clasificación es siempre cambiante, a medida que se entiende más y mejor la naturaleza de la vida. Tuvo sus inicios en la antigüedad misma, ya que el afán del ser humano por comprender y categorizar lo que le rodea no excluye, ni mucho menos, a los animales con los que comparte la Tierra.

Los primeros sistemas de clasificación animal datan del siglo IV a. C., y se mantuvieron más o menos en boga hasta prácticamente el siglo XVIII, cuando las Revoluciones Científicas y la Modernidad permitieron el surgimiento formal del pensamiento científico.

La más importante de estas clasificaciones históricas es quizá la de Carlos Linneo en 1735 o 1758, ya que sentó las bases para futuras clasificaciones como las de Leuckart (1848), Lankester (1877), Grobben (1908), Bütschli (1910), Hyman (1940) o Nielsen (2012), por mencionar algunas.

Muchos de los preceptos tradicionales de estas clasificaciones han sido abandonados con el tiempo, aunque muchos otros inspiraron a versiones más modernas y completas, adaptadas a la tecnología contemporánea y sus asombrosos descubrimientos.

Así, por ejemplo, tradicionalmente se organizaban los grupos de animales (llamados filos o phylum), en dos grandes categorías iniciales, que eran vertebrados (aquellos dotados de columna vertebral) e invertebrados (aquellos que no la poseen).

Este orden se ha transformado hoy en día en uno semejante, que distingue entre filos bilaterales y no bilaterales, es decir, aquellos cuyos animales presentan o no presentan simetría bilateral respectivamente (su cuerpo puede dividirse en dos mitades longitudinales idénticas).

A partir de esta primera distinción, podemos avanzar en la clasificación de las casi 1.454.000 especies animales conocidas, de la siguiente manera:

Filos no bilaterales, cuyos animales no presentan simetría bilateral sino radial, o ninguna. Son todos invertebrados y comprenden los siguientes filos:

  • Phylum porífera (“portadores de poros”), animales inmóviles y asimétricos, cuyo cuerpo posee poros para inhalar el agua circundante. Se les conoce tradicionalmente como esponjas, y hay unas 9.000 especies descritas.
  • Phylum cnidaria (“ortigas”), animales simples de ambiente acuático, que poseen células urticantes o tóxicas llamadas cnidocitos, como las medusas y las anémonas. Son un grupo sumamente antiguo evolutivamente, del cual se conocen unas 10.000 especies diferentes.
  • Phylum ctenophora (“portadores de peines”), animales exclusivamente marinos, bioluminiscentes, que capturan a sus presas microscópicas (plancton) mediante filamentos pegajosos similares a peines (cilios). Se conocen apenas 166 de sus especies.
  • Phylum placozoa (“animales de placa”), animales acuáticos, aplanados y reptantes, poseen la estructura corporal más simple que se conoce en el planeta, apenas por encima de los protozoos. Se conoce una sola especie de ellos, pero se estima que podría haber hasta 100 todavía desconocidas.

Filos bilaterales, cuyos animales poseen simetría bilateral, esto es, cuerpos simétricos a partir de un eje vertical que los atraviesa por el medio. Son los más diversos de esta clasificación, que comprende los filos:

  • Phylum annelida (“pequeños anillos”), animales invertebrados con forma de gusano, cuerpo anillado y hábitats húmedos, tales como las lombrices de tierra, las sanguijuelas o los gusanos marinos poliquetos. Se conocen 17.200 especies diferentes de anélidos.
  • Phylum arthropoda (“patas articuladas”), es uno de los filos más exitosos evolutivamente de todos, en el cual se halla la mayor cantidad de especies conocidas, o sea, la mayor biodiversidad que existe en el planeta. Se trata de animales invertebrados de caparazón quitinoso rígido y extremidades articuladas, tales como los insectos, los crustáceos, los arácnidos y los miriápodos. Están presentes en todos los ecosistemas del mundo y juegan todos los roles ecológicos posibles.
  • Phylum brachiopoda (“patas cortas”), compuesto por animales con dos valvas (cáscaras rígidas) unidas en su región posterior del cuerpo, habitantes de los fondos oceánicos, en donde se fijan a materiales duros a través de un único pie que poseen, o bien se entierran en la arena u otros sustratos blandos. Se conocen sólo 335 especies actuales, aunque hay registros fósiles de más de 16.000 especies extintas.
  • Phylum bryozoa (“animales-musgo”), comprende pequeños animales coloniales, similares a los braquiópodos, que llevan una vida fija, alimentándose mediante una corona de tentáculos que usan para filtrar el agua y capturar microorganismos. Se conocen unas 5.700 especies, de las que apenas 50 habitan en agua dulce.
  • Phylum chaetognatha (“mandíbulas espinosas”), animales mejor conocidos como “gusanos flecha”, que integran el zooplancton marino en todo el planeta. Son depredadores, de cuerpos casi transparentes y forma de torpedo, que miden entre 2 mm. y 12 cm. Se conocen unas 121 especies distintas.
  • Phylum chordata (“dotados de cuerda”), otro de los filos animales de gran biodiversidad, adaptados a casi todos los nichos ecológicos. Los cordados se caracterizan por presentar durante su desarrollo embrionario: una cuerda dorsal o notocorda, un cordón nervioso hueco que luego dará origen a la médula espinal, y una cola postanal en algún momento de su desarrollo. Además, tienen un aparato digestivo completo (con boca y ano diferenciados). Este filo abarca tres subfilos diferentes de inmensa diversidad biológica, por lo que ameritan ser nombrados:
    • Subfilo urochordata o tunicata, grupo de más de 2.000 especies marinas con distintos tipos de vida colonial, solitaria o bentónica, de sexualidad hermafrodita y ciclo vital muy inactivo. Se les considera a menudo los cordados “inferiores”.
    • Subfilo cephalochordata (“con cabeza de cuerda”), un grupo de apenas 33 especies que habitan las zonas costeras y los fondos arenosos, considerados el eslabón evolutivo entre los cordados inferiores y los superiores o vertebrados.
    • Subfilo vertebrata o craniata (“con vértebras” o “con cráneo”), el grupo más diverso y variado de todo este segmento, en el que se hallan alrededor de 73.000 especies diferentes de animales dotados con una columna vertebral y un cráneo, o al menos esbozos de ellos, y que se encuentran en todos los hábitats posibles. Los animales más complejos evolutivamente se hallan en este renglón, organizados en distintas clases: myxini (mixinos), hyperoartia (lampreas), chondrichthyes (peces cartilaginosos), actinopterygii (peces con aletas radiadas), sarcopterygii (peces con aletas lobuladas), amphibia (anfibios), reptilia (reptiles), mammalia (mamíferos) y aves (aves).
  • Phylum Cycliophora (“portador de ruedas”), filo de un único género de animales conocidos, de hábitos simbióticos, descubiertos en 1995 en la boca de un crustáceo marino. Poseen una ventosa para fijarse y una corona tentacular con la que alimentarse.
  • Phylum echinodermata (“piel espinosa”), este es el único caso de animales con simetría pentarradial secundaria, y un sistema vascular acuífero, lo cual los hace una excepción dentro de la tendencia general de la clasificación. Poseen un esqueleto interno calcáreo, que a menudo comprende espinas y púas, como los erizos y las estrellas marinas. Se conocen alrededor de 7.000 especies actuales.
  • Phylum entoprocta (“ano interior”), pequeños animales acuáticos de los que se conocen unas 170 especies, con forma de cáliz y una corona tentacular usada para filtrar el agua y en la que se encuentra también el cono anal. No poseen aparato respiratorio ni circulatorio.
  • Phylum gastrotricha (“estómago de pelos”), animales acuáticos diminutos (menos de 4 mm.) que se alimentan de materia orgánica proveniente de bacterias, hongos y protozoos, y sirven de alimento a otras especies como los anélidos, nemátodos y artrópodos marinos. Se conocen alrededor de 400 especies distintas.
  • Phylum gnathostomulida (“pequeña boca con mandíbula”), animales con forma de gusano y hábitat marino, y que se nutren de hongos y otros microorganismos en ambientes anaeróbicos. Sus casi 100 especies conocidas poseen una boca con mandíbula, a pesar de su diminuto tamaño.
  • Phylum hemichordata (“con media cuerda”), animales de aspecto vermiforme que no poseen una auténtica notocorda durante su formación embrionaria (por ende, no son cordados), pero sí algo muy similar, por lo que podrían estar emparentados evolutivamente. Actualmente se conocen apenas unas 100 especies.
  • Phylum kinorhyncha (“trompa en movimiento”), estos invertebrados marinos de poco tamaño habitan en el fondo oceánico de todo el planeta, y se mueven a través de una serie de espinas especiales que poseen en la parte trasera del cuerpo. Hay unas 250 especies conocidas.
  • Phylum loricifera (“portadores de cota”), es un filo de apenas 28 especies marinas descubierto en 1983, cuyos cuerpos están cubiertos por un esqueleto externo en forma de armadura. Son uno de los poquísimos casos de animales que pueden vivir sin oxígeno.
  • Phylum micrognathozoa (“animales pequeños con mandíbula”), animales invertebrados microscópicos cuya única especie fue descubierta en el 2000. Poseen unas mandíbulas muy complejas formadas por 32 partes móviles, toda una excepción entre los invertebrados.
  • Phylum mollusca (“blando”), otro de los más extensos filos del reino animal, con alrededor de 93.000 especies conocidas. En general son invertebrados no segmentados, de cuerpo blando protegido en ocasiones por una concha calcárea, y que pueden tener diversas extremidades tentaculares. Se los puede encontrar en casi todos los hábitats acuáticos e incluso en la tierra firme, y presentan una gran diversidad de especies, entre las que están las almejas, calamares, pulpos, babosas, ostras, caracoles, etcétera.
  • Phylum nematoda (“similar a un hilo”), compuesto por animales con forma de gusanos redondos o cilíndricos, de los que se conocen 25.000 especies pero se estima que podría haber alrededor de 500.000, siendo así el cuarto filo más numeroso de la clasificación. De vida esencialmente acuática, aunque muchas especies poseen una vida parasitaria, tanto del cuerpo de plantas como de animales, incluido el ser humano. Muchos nemátodos son causantes de enfermedades gastrointestinales.
  • Phylum nematomorpha (“con forma de hilo”), un filo de 320 especies de gusanos parasitoides muy similares a los nemátodos, cuyos adultos hacen vida libre en arroyos o estanques, pero sus larvas parasitan artrópodos o sanguijuelas. Su presencia en ciertos ambientes se entiende como síntoma de contaminación acuática.
  • Phylum nemertea (“ninfa marina”), un grupo de gusanos no segmentados, algo aplanados y de menos de 20 cm de largo, cuyos cuerpos poseen una probóscide o trompa característica. De vida libre y hábitat acuático, se conocen unas 1200 especies distintas.
  • Phylum onychophora (“portador de garras”), conocidos como gusanos aterciopelados, se trata de unas 180 especies conocidas de gusanos similares a las orugas de los insectos, ya que poseen patas terminadas en pequeñas uñas o garras.
  • Phylum phoronida (“descendiente de foroneo”), filo compuesto por 20 especies de animales tentaculados, de cuerpo en forma de “U”, que habitan en las regiones bentónicas del mar, creando colonias en sustratos diros o sedimentos blandos.
  • Phylum platyhelminthes (“gusanos planos”), compuesto por gusanos aplanados y hermafroditas que habitan ambientes acuáticos, terrestres e incluso aéreos, y muchos de los cuales llevan vidas parásitas. Son los animales simples que presentan interneuronas, sobre todo concentradas en una región específica del cuerpo, lo que da a suponer que son un paso intermedio hacia la evolución de un sistema nervioso. Se conocen unas 20.000 especies distintas.
  • Phylum priapulida (de Príapo, deidad griega de enorme falo), animales marinos de forma de gusano, que excavan galerías con su trompa en los fondos arenosos o fangosos. Su tamaño varía entre 5 mm. y 40 cm., y se conocen apenas 18 especies.
  • Phylum rhombozoa (“animales-rombo”), invertebrados microscópicos de vida parásita, que infectan peces, moluscos y especialmente cefalópodos, cuyos cuerpos están compuestos por apenas 30 a 50 células. Se conocen 75 especies diferentes.
  • Phylum rotifera (“portadores de ruedas”), filo de animales microscópicos que habitan las aguas dulces, la tierra húmeda o incluso los musgos y líquenes, de los que se conocen 2.200 especies.
  • Phylum tardigrada (“pasos lentos”), compuesto por alrededor de 1000 especies distintas de tardígrados, también llamados “osos de agua”, animales invertebrados, segmentados y microscópicos que podrían haber sido precursores evolutivos de los artrópodos. Poseen una vida extremófila, es decir, son capaces de soportar condiciones incompatibles con la vida, como el espacio exterior, presiones de hasta 6000 atm, temperaturas de hasta -200 °C o 150 °C, fuertes dosis de radiación ionizante o incluso la deshidratación por períodos muy prolongados (hasta 10 años sin agua).

Cada filo agrupa un conjunto de especies que presentan características corporales, embrionarias y fisiológicas afines, y que por ende pueden comprenderse como variantes de un mismo tema general. Sin embargo, existen niveles intermedios de clasificación taxonómica: clase, orden, familia y género, en ese mismo orden jerárquico. Finalmente, dentro de cada especie animal pueden existir subespecies, variedades o razas.

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Referencias