InicioSer humano

Ser humano

Te explicamos qué es el ser humano, a cuál especie pertenece y sus características. Además, las diversas teorías sobre su origen.

¿Qué es el ser humano?

Cuando hablamos del ser humano o directamente del humano, nos referimos a nuestra especie: el Homo sapiens (del latín “hombre sabio”), perteneciente al orden de los primates y a la familia de los homínidos, creadores de la civilización que hoy en día domina y transforma el planeta Tierra.

La evidencia más antigua de actividad de los seres humanos en el planeta data de 315.000 años, y se encuentra en Marruecos. En ese momento, la nuestra era apenas una especie entre varias del género Homo, sumamente diversificado y cuyas otras especies ya se han extinguido.

Después de la desaparición del Homo neardentalis (el “hombre del neardental”) hace 28.000 años y del Homo floresiensis (el “hombre de las flores” o Hobbit) hace aproximadamente 13.000 años, somos la única especie del género que perdura.

El ser humano se distingue en base a sus rasgos corporales (bípedo, con articulaciones superiores útiles, capaz de andar erguido y de pelaje escaso), pero también a su capacidad de inventiva e inteligencia, la cual lo distingue del resto de los animales superiores.

En particular su capacidad para el lenguaje articulado, para el pensamiento complejo y abstracto, y para la transformación del medio que lo circunda.

Sin embargo, los seres humanos nos hemos definido a nosotros mismos filosóficamente de maneras muy distintas a lo largo de nuestra historia, a medida que hemos creado y demolido religiones, órdenes sociales e interpretaciones del mundo, en búsqueda de respuesta a nuestras interrogantes esenciales sobre el origen y sentido de la existencia, o el destino final de la misma.

En algunos contextos se empleaba el término “hombre” como sinónimo de ser humano, pero dicha utilización se desestima debido a su ambigüedad, ya que designa también a los individuos adultos del sexo masculino.

Puede servirte: Evolución del hombre

Origen del ser humano

El origen de nuestra especie ha sido motivo de debate a lo largo de la historia de la humanidad, teniendo inicialmente explicaciones míticas o mágico-religiosas de acuerdo a las diversas tendencias culturales que existen, en lo que se ha denominado como el creacionismo: la teoría de que los seres humanos somos obra de un Dios o una voluntad sobrenatural o sagrada que nos otorgó el don de la inteligencia y con la que estamos, por ende, en deuda. Es la postura aún sostenida por numerosos colectivos religiosos, que prefieren interpretar al pie de la letra el contenido de sus textos sacros, como La Biblia.

Sin embargo, a raíz del surgimiento de las ciencias y del discurso racionalista, se fueron acordando más y más posibles explicaciones de índole científica, hasta llegar a la Teoría de la Evolución de Lamarck en el siglo XIX, el primer intento de explicación del origen de la vida a través de la transmisión de caracteres adquiridos, es decir, que una vida heredaba a sus descendientes las cosas aprendidas o adquiridas durante el transcurso de su existencia.

Luego vendría el libro El origen de las especies de Charles Darwin, cuyas teorías fueron perfeccionadas por científicos posteriores, donde se propone que la vida evoluciona en base a cambios lentos y a la presión de la selección natural.

De hecho, el segundo libro de Darwin ya abordaba el tema del origen humano (El origen del hombre, 1871), en la cual se propuso por primera vez que el hombre descendía evolutivamente de alguna forma más simple de existencia, con la cual tendría todavía muchas características en común: los primates.

Esto no significa que “el humano proviene del simio”, como muchos lo explican, sino que el ser humano es un familiar directo de las especies más modernas de primates, que presionadas por el ambiente y por las necesidades históricas fueron adquiriendo cada vez mayores capacidades (caminar erecto, pulgares oponibles, utilización de herramientas, manejo del fuego) y dando origen así a más y más nuevas especies, la última de las cuales es, justamente, la humana.

Sigue con: Teoría de la Evolución de Darwin