Geología

Eoceno: características, subdivisiones, geología, especies


El Eoceno fue una de las épocas que integraron al período Paleógeno de la Era Cenozoica. Fue una época de grandes cambios desde el punto de vista geológico y biológico; se formaron grandes cordilleras producto de la colisión de las grandes masas continentales, las cuales se desplazaban gracias a la deriva continental.

Así mismo y de manera contradictoria, fue una época de separación, ya que el supercontinente Pangea, que hasta hacía poco había sido una única masa terrestre, se separó casi en su totalidad.

Desde el punto de vista biológico, fueron varios los grupos de animales que evolucionaron y se diversificaron en esta época, entre los que se cuentan las aves y algunos mamíferos marinos.

Índice del artículo

Características generales

Duración

La época del Eoceno tuvo una duración aproximada de 23 millones de años, distribuidos en cuatro edades.

Época de cambios

El Eoceno fue una época en la que el planeta experimentó una gran cantidad de cambios desde el punto de vista geológico, siendo el más significativo la ruptura del supercontinente Pangea para originar los continentes tal como se conocen hoy en día.

Eventos climáticos

En esta época tuvieron lugar dos eventos climáticos de gran trascendencia: el Máximo Térmico del Paleoceno – Eoceno y el evento Azolla. Ambos fueron opuestos, ya que uno significó un aumento de la temperatura ambiental, en tanto que el otro consistió en un descenso de la misma. Ambos trajeron consecuencias para los seres vivos que poblaban el planeta en esa época.

Aves

Uno de los grupos de animales que experimentó mayor diversificación fue el de las aves. Muchas de las que habitaron el planeta en esta época fueron depredadoras temibles, algunas de tamaños considerables.

Geología

Durante la época del Eoceno la Tierra experimentó una intensa actividad geológica que tuvo como consecuencia la fragmentación total del supercontinente Pangea.

Fragmentación total de Pangea

Antes de iniciarse esta época, el supercontinente Pangea ya había comenzado a fragmentarse. En la parte norte, conocida como Laurasia, se fragmentó ampliamente, dando lugar a la separación de lo que hoy se conoce como Groenlandia, Europa y Norteamérica.

Cada uno comenzó a desplazarse, gracias a la deriva continental, hacia las posiciones que ocupan actualmente. De manera tal que Groenlandia se desplazó hacia el norte, Norteamérica hacia el oeste, y Europa hacia el este.

Así mismo, un fragmento de África, conocido como subcontinente índico (lo que hoy es la India), colisionó con el continente asiático. De igual forma, lo que actualmente es la península arábiga, colisionó también con Eurasia.

Es importante recordar que al inicio de esta época, había algunos fragmentos de Pangea que aún se encontraban unidos, como por ejemplo Australia y la Antártida. Sin embargo, llegó un momento en que debido a la deriva continental, ambos trozos se fueron separando. La Antártida se desplazó hacia el sur, a la posición que ocupa hoy en día, y Australia se desplazó un poco hacia el norte.

Cambios en los cuerpos de agua

El movimiento de las grandes masas de tierra trajo como consecuencia un reordenamiento de los océanos y mares que existían en aquel momento. El mar de Tetis terminó desapareciendo, gracias al acercamiento entre el continente africano y Eurasia.

Al contrario pasó con el océano Atlántico, el cual se fue ensanchando y ganando cada vez más terreno con el desplazamiento de Norteamérica hacia el oeste. El océano Pacífico se mantuvo como el océano más grande y profundo del planeta, como lo es en la actualidad.

Orogenia

Durante esta época la actividad orogénica fue bastante intensa, producto del desplazamiento y la colisión de los diferentes fragmentos que conformaban Pangea.

El Eoceno fue una época geológica en la que se formaron una gran cantidad de las cadenas montañosas que se observan hoy en día. La colisión de lo que actualmente es India con el continente asiático originó la formación de la cadena montañosa que ostenta los picos más altos del mundo, la cordillera del Himalaya.

Así mismo, en lo que es Norteamérica también hubo actividad orogénica, formándose cadenas montañosas como las montañas Apalaches.

Orogenia Alpina

Tuvo lugar en el territorio del continente europeo. Originó la formación de varias cadenas montañosas en tres continentes actuales: Europa, Asia y África.

En el continente africano se formó la cordillera Atlas, en tanto que en Europa se formaron los Alpes, los Pirineos, los montes Balcanes y el Cáucaso. Por último, las cadenas montañosas que se formaron en Asia fueron los montes Elburz, la cadena montañosa del Himalaya, Karakórum y Pamir, entre otros.

Esta orogenia fue consecuencia principal de la colisión de la placa tectónica Eurasia con las placas de África, el continente Subindio y Cimmeria.

Este proceso orogénico fue potente y, tomando en cuenta que la deriva continental no se ha detenido y que por ende las masas continentales continúan en movimiento, aún se mantiene activo.

Clima

Aparentemente las condiciones climáticas durante la época del Eoceno fueron bastante estables. Sin embargo, al inicio de esta época, la temperatura ambiental experimentó un aumento súbito de aproximadamente 7 – 8 grados.

Esto se conoció con el nombre de Máximo Térmico del Paleoceno – Eoceno. Así mismo, al final del Eoceno sucedió otro evento que modificó en gran medida las condiciones ambientales reinantes; el evento Azolla.

Máximo Térmico del Paleoceno – Eoceno

Según la opinión de los especialistas, este evento tuvo lugar hace 55 millones de años. Durante este proceso en el planeta prácticamente no había hielo. En los polos, que son los sitios congelados por naturaleza, se apreciaba un ecosistema de bosque templado.

Se cree que la causa principal de este aumento abrupto de la temperatura ambiental,  fue la emisión de enormes cantidades de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera. El porqué de esto aún no está esclarecido.

Ahora bien, a parte del aumento del dióxido de carbono ambiental, algunos científicos coinciden en afirmar que también hubo una elevación exagerada de metano (CH4). De forma natural, en el fondo marino existe una gran cantidad de metano almacenado en forma de hidratos de metano bajo estrictas condiciones de presión y temperatura.

Los especialistas suponen que, de alguna u otra manera, la temperatura de los océanos aumentó, y por ende estos reservorios de metano se vieron perturbados, ocasionando que los hidratos de metano fueran liberados a la atmósfera.

Es bien conocido que tanto el metano como el dióxido de carbono son dos gases de efecto invernadero, por lo que su liberación en la atmósfera es una causa más que probable de la elevación de la temperatura ambiental.

Todos estos cambios ocasionaron que, al menos al principio, el clima del planeta fuese caluroso, de pocas precipitaciones. Sin embargo, conforme fue avanzando el tiempo, esas condiciones parecieron estabilizarse y comenzaron a abundar las precipitaciones.

Gracias al aumento de las precipitaciones, el clima del planeta se volvió húmedo y cálido, manteniéndose así durante gran parte del Eoceno.

Evento Azolla

A mediados del Eoceno tuvo lugar otro evento climático conocido con el nombre de evento Azolla, que trajo como consecuencia una disminución en las concentraciones atmosféricas de dióxido de carbono y la consiguiente disminución de la temperatura ambiental.

La causa de este evento fue la proliferación descontrolada de una especie de helechos, Azolla filiculoides. Este crecimiento tuvo lugar sobre la superficie del océano Ártico.

En aquellos tiempos este océano se encontraba totalmente cercado por los continentes que apenas estaba separándose. Debido a esto, sus aguas no fluían con regularidad.

Así mismo, es pertinente recordar que en aquel momento había una gran cantidad de precipitaciones, lo que ocasionó que grandes cantidades de agua dulce cayeran en el océano ártico.

De igual forma, gracias a las elevadas temperaturas ambientales, la superficie del océano se evaporó rápidamente, aumentando su salinidad y por supuesto su densidad.

Todo esto trajo como consecuencia que en la superficie del océano Ártico se formara una capa de agua dulce, originando las condiciones ambientales favorables para que se desarrollara y esparciera el helecho Azolla.

Conjuntamente con esto, en el fondo del océano fue disminuyendo la cantidad de oxígeno, lo cual dificultó la actividad de los organismos descomponedores de materia orgánica. Por ende, cuando las plantas de helecho morían y descendían al lecho marino no eran descompuestas, sino que experimentaban un proceso de fosilización.

Todo esto ocasionó una reducción considerable de dióxido de carbono atmosférico y por supuesto, una disminución de la temperatura ambiental. Existen registros que indican que las temperaturas en el ártico descendieron desde 13°C a -9°C (actual). Esto se mantuvo así por aproximadamente un millón de años.

Finalmente, con el continuo movimiento de los continentes, se ampliaron canales que permitieron la comunicación del océano Ártico con otros océanos, con lo que fue posible la entrada de agua salobre, incrementando la salinidad de las aguas de sus aguas. Con esto, las condiciones ideales para la proliferación del helecho Azolla se terminaron, ocasionando la muerte de este.

Vida

Durante la época del Eoceno, las condiciones ambientales del planeta permitieron el desarrollo de diversas especies, tanto de plantas como de animales. En general fue una época en la que hubo abundancia y diversidad de seres vivientes, gracias al clima húmedo y cálido.

-Flora

Desde el punto de vista de la flora, el cambio experimentado durante el Eoceno fue bastante notorio, lo cual tuvo que ver con el cambio en las condiciones climáticas del planeta.

En los inicios, cuando las temperaturas eran cálidas y húmedas, en el planeta había abundancia de junglas y bosques. Incluso hay evidencias de que en los polos hubo bosques en esta época. Los únicos sitios que se mantuvieron con escasez de plantas fueron aquellos ecosistemas desérticos en el interior de los continentes.

Entre las plantas que dominaban el planeta en aquella época, se pueden mencionar:

Metasequoia

Es un género de plantas que se caracterizan por ser caducifolias, es decir, pierden sus hojas en ciertas épocas del año. Sus hojas son verde brillante, excepto en la época en que se caen, que pierden esa coloración a un color marrón.

Pertenecen al grupo de las gimnospermas (plantas con semilla desnuda).

Estas plantas se encontraban en el hemisferio norte del planeta, distribuidas en toda su extensión, incluso en la zona del Ártico. Determinar esto ha sido posible gracias a los registros fósiles que se han recuperado, principalmente de territorio canadiense cercano e incluso dentro del círculo polar ártico.

Cupresáceas

son plantas que pertenecen al grupo de las gimnospermas, específicamente las coníferas. Este grupo de plantas es bastante versátil, ya que pueden ser tan pequeñas como arbustos o grandes árboles. Además, sus hojas son similares a escamas, dispuestas muy juntas unas con otras. En ocasiones liberan ciertos aromas agradables.

-Fauna

Durante esta época la fauna se diversificó ampliamente, siendo los grupos de las aves y los mamíferos los que dominaron el escenario.

Invertebrados

Este grupo se mantuvo diversificándose en esta época, especialmente en el ambiente marino. Aquí, de acuerdo a los científicos y a los registros recabados, había esencialmente moluscos, entre los que destacaban los gasterópodos, bivalvos, equinodermos y cnidarios (corales).

De igual forma, los artrópodos también evolucionaron durante esta época, siendo las hormigas el grupo más representativo.

Aves

En el Eoceno y gracias a las condiciones ambientales favorables, las aves fueron un grupo que se diversificó bastante. Incluso algunas especies constituyeron fieros depredadores de otros grupos de seres vivos.

Entre las especies de aves que existían en la tierra en aquel tiempo, se pueden mencionar: Phorusrhacidae, Gastornis  y los pingüinos, entre otras.

Phorusrhacidae

Este es un grupo de aves que se caracterizaron por su gran tamaño (llegaron a medir hasta 3 metros de altura), lo cual ha podido comprobarse gracias a los registros fósiles. Por ejemplo, en la región de la Patagonia, hace poco se encontró un cráneo de un ejemplar que tenía una medida de 71 centímetros, desde la cresta occipital hasta el pico.

Otra de sus características distintivas era la incapacidad de volar y su rapidez. Se cree que podían alcanzar una velocidad de 50 Km/h. En lo referente a sus preferencias alimenticias, esta ave era una ágil depredadora de pequeños animales, incluidos algunos mamíferos.

Gastornis

Los especialistas la han bautizado como el “ave del terror”, por el aspecto que debieron haber tenido.

Entre sus características más notables se pueden mencionar su tamaño (hasta los 2 metros y más de 100 Kg) y su gran cabeza. Su cuerpo era  corto y robusto. Su pico era muy similar al de los loros, con una fuerza impresionante, lo cual le servía para capturar a sus presas.

Se ha planteado que era muy rápida y además no volaba.

 Pingüinos

Este es un grupo de aves no voladoras que incluso han sobrevivido hasta la actualidad. Hoy en día se ubican en la Antártida en el polo sur. Sin embargo, en esta época se cree que habitaron el continente sudamericano, tomando en cuenta algunos fósiles recuperados de este sitio.

En lo referente a su tamaño, los registros recuperados permiten inferir que hubo ejemplares de hasta 1,5 metros, así como también otras más pequeños.

Reptiles

En lo que se refiere al grupo de los reptiles, se tiene conocimiento de que en esta época existieron serpientes de gran tamaño (más de 10 metros de longitud).

Mamíferos

Este grupo continuó diversificándose, especialmente los ungulados, los cetáceos (mamíferos marinos) y algunos carnívoros de gran tamaño.

Ungulados

Son animales que se caracterizan por desplazarse apoyados sobre el extremo de sus dedos, los cuales en ocasiones se encuentran recubiertos por una pezuña. Durante el Eoceno tuvieron su origen los subórdenes que se encuentran representados por los cerdos y camellos, así como también vacas, ovejas y cabras.

Cetáceos

El Eoceno fue la época de oro en lo que se refiere a evolución de este grupo de mamíferos. Los primeros cetáceos que existieron fueron los arqueocetos, los primeros en comenzar a desarrollar características que les permitieron irse adaptando poco a poco a la vida acuática. Algunos exponentes de este grupo fueron los ambulocétidos, los protocétidos y los remingtonocétidos.

Ambulocétidos

Son conocidos como las primeras ballenas existentes. Este cetáceo era de gran tamaño en longitud (más de tres metros), aunque no en altura (Aproximadamente 50 centímetros). Su peso podía rondar los 120 kilogramos.

Físicamente tenía cierto parecido con los cocodrilos, con extremidades largas, las cuales podían funcionar como aletas para desplazarse en el mar. Eran carnívoros. Sus fósiles se han encontrado en la India.

Protocétidos

Eran similares a los delfines actuales, con un hocico alargado y ojos grandes. Presentaba unas extremidades cortas que tenían la función de aletas. Los especialistas creen que vivieron en mares de temperaturas cálidas.

Remingtonocétidos

Eran de gran tamaño. También se asemejaban a un cocodrilo o lagarto, con un hocico alargado y extremidades largas que terminaban en dedos. Sus ojos eran pequeños y sus fosas nasales se localizaban en el área de la frente.

Subdivisiones

Esta época se divide en cuatro edades:

  • Ypresience: duración de 7 millones de años. Integró lo conocido como Eoceno Inferior.
  • Luteciense: duró unos 8 millones de años. Conjuntamente con la edad siguiente conformó el Eoceno Medio.
  • Bartoniense: duró 3 millones de años.
  • Priaboniense: comenzó hace 37 millones de años y culminó hace 33 millones de años. Conformó el Eoceno Superior.

Referencias

  1. Berta A, Sumich J & Kovacs KM. (20119. Marine mammals. Evolutionary Biology. 2ª edició. Califòrnia: Academic Press
  2. Donald R. Prothero (1993). The Eocene-Oligocene Transition: Paradise Lost. Columbia University Press
  3. Keller, G. (1986) Eocene-Oligocene Boundary Reference Sections in the Pacific. Developments in Palaeontology and Stratigraphy. 9 , 1986. 209 – 212.
  4. Marie-Pierre Aubry, William A. Berggren, Marie-Pierre Aubry, Spencer G. Lucas (1998). Late Paleocene-Early Eocene Biotic and Climatic Events in the Marine and Terrestrial Records. Columbia University Press
  5. Strauss, B. (2017). The Eocene Epoch (56-34 Million Years Ago). Extraído de: com/the-eocene-epoch-1091365