Despotismo
El despotismo es el abuso del poder por parte de una autoridad. Se realiza de forma arbitraria y fuera del límite de la ley.
Este término suele aplicarse al ámbito gubernamental, siendo así el despotismo una forma de gobierno. En esta, el poder se aplica sin límites y de forma arbitraria.
También puede hablarse de despotismo aplicado a cualquier ámbito en el que una autoridad ejerza su poder de forma abusiva. Por ejemplo, en una empresa, en un cuerpo funcionarial, en una asociación, o en la propia familia. Es decir, es un término que puede ser aplicado a cualquier situación en la que se pueda percibir este comportamiento abusivo.
¿Qué es un déspota?
El déspota es la persona que preside el Gobierno despótico o quien protagoniza la situación despótica.
Es un término que históricamente se ha atribuido a los reyes de las monarquías absolutas, pero también a quién dirigía otro tipo de regímenes no democráticos. El déspota se caracteriza por el desempeño de sus funciones de forma arbitraria y fuera de la ley, así como por tratar a sus súbditos a través de la humillación y la servidumbre.
En otros ámbitos, el déspota puede ser un jefe explotador o padre maltratador. Ya que ejercen sus funciones a través del abuso y fuera de los límites marcados legalmente.
Despotismo ilustrado
El despotismo ilustrado fue una forma de gobierno del siglo XVIII. En esta, las monarquías absolutas desempeñaban su poder sin limitaciones, pero muchas de sus decisiones iban en favor de sus ciudadanos, propiciando así el avance de la sociedad.
Estas decisiones estaban basadas en la ilustración, aceptando a la razón como elemento angular del progreso.
De hecho, “todo por el pueblo, pero sin el pueblo” es la frase que mejor resume la idea del despotismo ilustrado. Resume que las medidas fueron tomadas en su beneficio pero sin su participación.
Esta forma de gobierno poseía las siguientes características:
- El poder era absoluto por parte del monarca.
- La razón como motor del desarrollo social y económico.
- Se hicieron reformas en agricultura, comercio e industria.
- Modernización general de las ciudades.
- Desarrollo de las ciencias y el arte.
Diferencias entre despotismo y tiranía
La tiranía y el despotismo pueden parecer sinónimos, ya que ambos se refieren al ejercicio del poder de una forma abusiva, pero varios autores se han centrado en establecer su diferenciación.
Para el historiador Mario Turchetti, el despotismo es legítimo e incluso legal en algunos países, por el contrario la tiranía es ilegítima e ilegal, puesto que no posee el respaldo del pueblo y, además, viola sistemáticamente los derechos humanos.
Para Rousseau, el tirano es quien usurpa la autoridad y el que entra en el poder contra las leyes, pero gobierna con ellas; y el déspota es quien usurpa el poder soberano y se cree superior a las propias leyes.
Ejemplos de regímenes despóticos
Como representantes del despotismo ilustrado tenemos los ejemplos de Carlos III en España, Federico II de Prusia y Catalina II de Rusia.
Como regímenes despóticos más modernos podemos destacar a Arabia Saudí y a Corea del Norte.
El país árabe está gobernado por una monarquía absoluta cuya ley es la sharia, que sigue férreamente los principios islámicos más radicales. Esto conduce a una discriminación evidente de las mujeres y otros grupos minoritarios, como los practicantes de otras religiones. Además, el asesinato de Khashoggi, periodista muy crítico con el régimen, dejó muchas dudas en torno a la efectividad judicial del país.
Por otro lado, el país coreano está gobernado por una dinastía desde mediados del siglo XX de forma totalmente despótica. En torno al Gobierno de Kim Jong-un giran casos de ejecuciones, desapariciones, persecución de disidentes y otras prácticas totalitarias. El líder tiene total libertad para hacer y deshacer según su criterio personal.