Monarquía absoluta

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La monarquía absoluta es una forma de gobierno. En esta, el rey es la máxima autoridad gubernamental, y además, este ostenta los tres poderes del Estado (legislativo, ejecutivo y judicial). No habiendo así ningún atisbo de democracia.

Una monarquía absoluta se encuadra dentro de los regímenes autocráticos, caracterizados por su ausencia de democracia.

En ella, el poder lo ejerce el rey, concentrando en él todos los poderes del Estado y sin ningún tipo de límite formal. La inspiración es divina, es decir, el rey imparte gobierno y justicia en nombre de Dios, legitimando así su trono y su dinastía. Debido a su naturaleza, la administración y la toma de decisiones está altamente centralizada.

Origen de las monarquías absolutas

A pesar de que en Inglaterra, en sus comienzos, el gobierno monárquico era absoluto, no fue hasta el inicio de la Edad Moderna cuando empezó a expandirse la monarquía absoluta como forma de gobierno.

Se pasó de la monarquía feudal de la Edad Media, en la que el poder de la nobleza y el clero ponían freno al rey; a la absoluta en la Edad Moderna, en la que el rey, sin oposición alguna, acumulaba todo el poder estatal en su persona.

Su fin, como forma de gobierno generalizada, comenzó con el fin de la Edad Moderna y el comienzo de la Contemporánea. No obstante, siguen existiendo monarquías absolutas como la de Arabia Saudí. Caracterizada por su violación de los derechos humanos, su amplia desigualdad, los escasos derechos de las mujeres y el uso despótico del poder.

Características de la monarquía absoluta

Las monarquías absolutas poseen una serie de características comunes:

  • Poder absoluto: No existe la división de poderes (legislativo, ejecutivo y judicial), el monarca concentra en su figura los tres poderes. A consecuencia, ejerce un uso ilimitado y despótico de su autoridad. Los únicos límites no formales que encuentra son la religión, las costumbres y las tradiciones. 
  • Derecho divino: El rey no puede ser juzgado por ningún tribunal. Al impartir gobierno y justicia en nombre de Dios, solo tiene que rendir cuentas ante él.
  • Sucesión hereditaria: El trono se hereda de padres a hijos. Habitualmente, era el primogénito varón, pero ha habido excepciones en las que, para conservar el linaje, se ha hecho reina a una mujer, hija del rey.
  • Centralización administrativa: No reconoce ningún otro poder, la administración y las decisiones están totalmente centralizadas.
  • Sociedad estamental: Hasta el inicio de la Revolución Francesa y el fin del Antiguo Régimen,  la sociedad se dividía en estamentos. Situándose la nobleza en la cúspide, en el escalón intermedio el clero, y en la base el tercer estado, ocupado por el pueblo llano, aglutinando más del 95% de la población.

Monarquías absolutas en el presente

A pesar de ser una forma de gobierno antigua y casi extinta, encontramos algunos ejemplos en los que aún sigue vigente:

  • Arabia Saudí: El país islámico tiene como ley fundamental el Corán, con lo cual, sus escritos se sitúan en la cúspide legislativa. El rey acapara todos los poderes, los cuales no tienen límite. La mujer se encuentra muy relegada en el plano público y privado, y aunque se perciben visos de progreso, este es excesivamente liviano. También, se caracteriza por violar constantemente los derechos humanos y por una desigualdad entre ricos y pobres muy alta.
  • Catar: Se encuentra en una situación parecida al caso saudita, los tres poderes están controlados por el emir. Los partidos políticos también se encuentran prohibidos. Y los ciudadanos no disfrutan de derechos políticos, por lo que poseen escasas libertades civiles. A pesar de ello, gracias al petróleo, se encuentra entre los países más ricos del mundo.