Tipos de factibilidad

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Los tipos de factibilidad son las diferentes formas que indican si se pueden conseguir unas metas determinadas con una serie de recursos disponibles o posibles.

Así, se puede analizar la producción, el aspecto financiero o el comercial, entre otros. Por eso, aunque la forma de realizar el estudio es similar en todas, dependiendo de qué busquemos nos centraremos en una u otra área.

Veamos los tipos de factibilidad más importantes.

Tipos de factibilidad

Si bien en un negocio se puede analizar casi cualquier aspecto, vamos a centrarnos en los más relevantes. Así, tendremos la factibilidad financiera, la comercial, la técnica, la operativa, la legal y la política. Vamos a ver en detalle cada una de ellas:

  • Factibilidad financiera: Esta se centra sobre todo en el aspecto económico. De esta manera se interesa por la inversión inicial, los diferentes gastos y los ingresos esperados, así como las formas de financiación.
  • Factibilidad comercial: Esta es quizá la más relevante. Analiza la viabilidad en el mercado de un producto o servicio. Se interesa, sobre todo, por satisfacer las necesidades del cliente que a su vez es el centro de toda empresa.
  • Factibilidad técnica: Aquí la tecnología adquiere especial relevancia. Se busca conocer qué recursos técnicos precisa la empresa para llevar a cabo un proyecto. Sobre todo, los relacionados con las tecnologías de la información y comunicación (TIC).
  • Factibilidad operativa: Esta es similar a la anterior pero tiene en cuenta los procesos productivos. Así, estará interesada en conocer las diferentes fases de realización de un producto o creación de un servicio y sus costes.
  • Factibilidad legal: Como su nombre indica estudia las leyes, normas o reglamentos que afectan a un negocio o un proyecto empresarial. Por tanto, en este caso lo que interesa es el marco jurídico necesario para llevarlo a cabo.
  • Factibilidad política: Esta es muy habitual, sobre todo, en grandes empresas. Lo que intenta averiguar es si esta cumple con sus convenios y acuerdos internos. Por ejemplo, los relacionados con sindicatos, empleados o accionistas. Un ejemplo habitual son las guarderías para los hijos de los empleados.

Todos los tipos de factibilidad precisan de la viabilidad

Con independencia del tipo de factibilidad, todas ellas precisan del visto bueno de la dirección general. Este paso es imprescindible, ya que esta es la responsable del estudio de viabilidad. No debemos confundirla con la factibilidad, ya que son conceptos diferentes. Además, una se encarga del análisis parcial y la otra del global.

El trabajo de la dirección general es recopilar los diferentes informes y emitir uno general en que se analice si el proyecto se puede llevar a cabo o no. Por tanto, decidirá si es viable. Por eso precisa de los diferentes tipos de factibilidad que emite el departamento financiero, el comercial, el técnico, operativo, legal o, en su caso, los responsables de las políticas internas.