Ángel caído
Un ángel caído es un título valor que, después haber sido calificado como activo en grado de inversión, presenta una disminución en su valor muy significativa que lo lleva obtener, rápidamente, la calificación de bono basura.
Con ángel caído, principalmente, hacemos referencia a los bonos (renta fija) emitidos tanto por entes públicos como privados. Sin embargo, también aplica a las acciones (renta variable) que alcanzaron su precio máximo en un escenario determinado y, desde entonces, su precio ha caído sustancialmente.
Características de un ángel caído
Entre las principales razones que se esbozan para la calificación negativa de estos valores es el deterioro financiero del ente emisor. Esto puede ocurrir debido a la caída de los ingresos o sobreestimación del flujo de caja futuro. Asimismo, otra razón puede ser el aumento de deuda a niveles insostenibles. En la práctica, ambos elementos pueden juntarse y generar un impacto más intenso.
Es importante destacar que las calificadoras de riesgo son quienes emiten dicha calificación para los títulos de deuda. Calificadoras como Standard & Poor’s o Moody’s Investors Services, por ejemplo.
Otra característica importante es que, una vez rebajada la calificación, la presión de venta aumenta. Por tanto, genera que la caída del precio se intensifique. Estas decisiones pueden deberse al pánico del mercado, venta de posiciones de fondos de inversión por convenio o la combinación de ambas. En el caso contrario, si el bono llegase a recuperarse, al momento de cambiar de calificación aumenta la presión compradora. En conclusión, las calificadoras tienden a potenciar la volatilidad del precio de los valores.
Riesgo y potencial de inversión de un ángel caído
Los bonos ángel caído pueden representar bonos de alto rendimiento cuando se considera que el emisor puede recuperarse de la crisis. De hecho, en casos de empresas medianamente sólidas, se consideran de mayor calidad que los de alto rendimiento promedio. Esto, debido a la expectativa de que puedan recuperar el grado de inversión una vez pasada la coyuntura.
Por ende, es probable observar que, posteriormente a la rebaja, los valores aumentan de precio. Esto, causado por la presión compradora de inversores con fines especulativos.
Sin embargo, esta acción representa un riesgo elevado. Por ejemplo, supongamos una organización que se vea afectada por otra que ofrezca un mejor producto o servicio. La aparición de competencia con mejores proyecciones o tecnología puede ocasionar que los bonos o acciones no se recuperen. Por lo tanto, se cumple la premisa de que, en busca de altos rendimientos, se esta expuesto a mayor riesgo.