Renta fija
La renta fija es un tipo de inversión formada por todos los activos financieros en los que el emisor está obligado a realizar pagos en una cantidad y en un período de tiempo previamente establecidos.
Es decir, en la renta fija el emisor garantiza la devolución del capital invertido y una cierta rentabilidad. O dicho de otra manera, si adquirimos un instrumento de renta fija, conocemos los intereses o rentabilidad que nos van a pagar desde el momento en que compramos dicho instrumento.
Que los títulos estén garantizados por el emisor no quiere decir que sea una inversión sin riesgo, ya que puede que el emisor no pueda cumplir con lo acordado. Aún así, la renta fija es generalmente una inversión con menor riesgo que la renta variable. Por ello, la rentabilidad esperada de la renta fija va a ser menor.
¿Por qué se llama renta fija?
Se le denomina «fija» precisamente porque conocemos desde el principio la cantidad que nos van a pagar en cada momento. Generalmente, pagan un cupón fijo cada seis meses. Por ello, la rentabilidad es fija desde la emisión del título hasta el vencimiento.
Estos pequeños prestamistas o inversores pueden acudir al mercado y vender esos títulos. En consecuencia, el precio de estos sí que varía. ¡Ojo! no se llama renta fija porque el precio no varíe, como se podría confundir. Y entonces, ¿por qué el interés de la renta fija es fijo?
El interés es fijo si mantenemos los títulos hasta el vencimiento, ya que el emisor se ha comprometido a ello. Si el precio sube o baja en los mercados financieros durante el tiempo en el que esté cotizando el título no nos importa, siempre y cuando no vendamos el título, en ese caso el tipo de interés que vamos a recibir va a ser el que nos prometieron al principio. Si vendiésemos o comprásemos antes del vencimiento el interés sí que sería diferente. Aún así, también conoceremos el tipo de interés aunque compremos los títulos en el mercado y no directamente al emisor en el momento de la emisión, porque las cantidades que nos va a pagar el emisor las conocemos de antemano.
La renta fija es el tipo de inversión contrario a la renta variable. Un ejemplo de renta variable son las acciones. En la renta variable no sabemos qué interés o dividendo nos van a pagar durante el período en que compremos.
Tipos de renta fija
Existen dos tipos de renta fija, la renta fija que proviene de deuda pública y la que proviene de deuda privada, por otro lado, existen diferentes tipos de deuda en relación a su capacidad de devolución asignado por las agencia de calificación crediticia (agencias de calificación).
- Deuda pública: Es emitida por entes públicos. Por ejemplo, un país.
- Deuda privada: Es emitida por entidades privadas. Por ejemplo, una empresa del sector textil.
Los títulos de renta fija son activos financieros parecidos a los préstamos bancarios. La diferencia radica en que en la renta fija, la deuda total se divide entre un gran número de prestamistas que compran porciones de esa deuda, conocidas como títulos de deuda o bonos.
Terminología renta fija
Es importante conocer bien la terminología de la renta fija si vamos a trabajar con ella:
- Emisor: Es la entidad pública o privada que emite la deuda, es decir, los títulos. Es la entidad que pide la deuda.
- Principal o nominal del bono: Es la cantidad de dinero que pide prestado el emisor, correspondiente a cada título.
- Cupón: Es el tipo de interés que debe pagar el emisor. Se expresa como un porcentaje del principal.
- Fecha de vencimiento: Es el momento en el que el emisor debe devolver el dinero, momento en que termina el préstamo.
Como sabemos lo que nos va a pagar el emisor en cada momento, podemos calcular el precio teórico de los títulos, sumando los flujos futuros de caja que vamos a recibir, utilizando el método del valor actual neto (VAN). También podemos utilizar el método de la tasa interna de retorno (TIR) para calcular la rentabilidad que vamos a recibir si compramos el título de renta fija en el mercado.
Ejemplo de renta fija
Por ejemplo, si una empresa emite un bono a un año con un valor nominal de 1000 euros y un cupón del 5%. Significa que nosotros en el momento de la emisión vamos a prestarles 1000 euros y al cabo de un año, en la fecha de vencimiento ellos nos darán 1050 euros. Por lo tanto, en el mercado secundario, el precio de este bono irá subiendo desde los 1000 euros en el momento de la emisión hasta los 1050 euros a final de año. Si comprásemos el bono a mediados de año el precio debería estar alrededor de los 1025 euros.
Generalmente los bonos se suelen emitir al descuento, esto es cuando la cantidad que pagamos a la entidad, en la emisión del título, está por debajo del nominal y la cantidad que la entidad nos devolverá en la fecha de vencimiento será el principal.
Por ejemplo, una empresa que emite un bono a un año a un precio de 950 euros con un principal de 1000 euros y un cupón cero. Nosotros pagaremos por el bono en el momento de la emisión 950 euros y al cabo de un año la entidad nos dará 1000 euros. El tipo de interés será aproximadamente un 5%.
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