Riesgo

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El riesgo es la incertidumbre generada por la evolución y resultado de un suceso en concreto. Este suceso puede abarcar cualquier ámbito.

Entendemos como incertidumbre la falta de certeza en una acción o proceso. Un ejemplo de incertidumbre bien podría ser cuando se lanza una moneda al aire, ya que no sabemos con certeza si va caer en sobre la cara o la cruz.

Por otra parte, otro factor que es de vital importancia respecto a riesgo es la volatilidad. La volatilidad nos informa de la inestabilidad de un activo. En el caso anterior de la moneda las probabilidad se ciñen al 50%, pero cuando nos referimos al valor de una inversión es completamente distinto. En una inversión el precio o valor del activo puede subir o bajar en periodos amplios o cortos de tiempo.

Por tanto, la volatilidad de un suceso será alta cuando se den altibajos en torno a la certeza de que se produzca o no, por lo que conllevará a una inestabilidad en su certidumbre. Por otro lado, si el suceso no sufre grandes altibajos y se mantiene de una forma estable la certeza de su resultado, se considera que el mismo posee una baja volatilidad.

Cálculo del riesgo

Aunque se trata al riesgo como un factor negativo, lo cierto es que es necesario identificarlo si queremos analizar una inversión u operaciones similares con una perspectiva realista. Sin ir más lejos el triángulo de la inversión se basa en riesgo, liquidez y rentabilidad:

En un mercado de competencia perfecta no es posible hallar una inversión con los tres factores optimizados al máximo. Es decir, siempre se debe renunciar a uno para poder optar de los otros dos un valor que nos parezca razonable.

En este campo dentro del factor riesgo nos encontramos con el riesgo sistemático y con el específico, que conforman el riesgo total de un activo.

Por un parte el riesgo sistemático se refiere al riesgo que poseen en común activos con una o varias características en común, ya sea el sector empresarial, la zona geográfica u otros factores.

Por otra parte, el riesgo específico trata de reflejar el riesgo individual de ese activo en concreto dadas sus características propias.

En resumen, mientras que el riesgo sistemático es muy complicado de evadir, el riesgo específico se puede mitigar diversificando opciones de inversión.

Tipos de riesgo

Existen muchos tipos de riesgos, desde riesgos de tipo laboral o legal hasta riesgos de carácter tecnológico o medioambiental. Sin embargo, en lo que respecta al mundo empresarial se pueden dividir entre internos y externos.

Por una parte, los riesgos internos son los que genera la empresa y depende de esta mitigarlos o tener un cierto control sobre ellos. Algunos ejemplos son los riesgos relacionados con lo operacional (riesgo de error humano), riesgo de línea de negocio (la falta de diversificación en la gama de productos a la venta) o el riesgo de proveedores (tener uno o pocos suministradores nos puede dejar en una posición de cierta vulnerabilidad de cara a negociaciones futuras).

Por otro lado también se da el riesgo externo, el cual es el más complejo de tener controlado puesto que no depende su evolución de la propia empresa. Algunos de ellos son:

  • Riesgo legal: Consiste en el riesgo de la legislación pueda sufrir algún tipo de cambio y nos pueda afectar perjudicialmente de forma directa o indirecta.
  • Riesgo de reputación: En este caso el riesgo consiste en la exposición a la que está sometida una empresa a nivel de redes sociales y opinión pública.
  • Riesgo de fuerza mayor: Se resume en el riesgo impredecible de catástrofes o desastres naturales que puedan afectar a la empresa.
  • Riesgo de mercado: Es el riesgo que proviene de los agentes relacionados con el mercado, como pueden ser inversores, clientes, proveedores, competencia, etc. Afecta directamente al factor riesgo de una inversión.
  • Riesgo de tipos de cambio y de interés: En este caso nos referimos a los tipos de interés que fijan los bancos centrales y sus respectivos gobiernos, que pueden llegar a generar inflación o deflación. Afecta a la rentabilidad en el triángulo de la inversión.
  • Riesgo de liquidez: Es la incertidumbre que se basa en la conversión de activos a líquido. Afecta al factor liquidez en el triángulo de inversión.

Como se puede apreciar existen multitud de riesgos, algunos dependen del buen desempeño de la empresa a nivel interno y otros se deben tener en cuenta de forma ajena. Estos últimos, son los que mayores problemas pueden causar si no se tienen planes de contingencia en caso de imprevistos. A nivel contable se suelen utilizar las reservas para imprevistos, y a nivel financiero la diversificación suele ser una buena herramienta para diluir el riesgo inherente del mercado.

Ejemplos de riesgos

A continuación, exponemos algunos ejemplos de riesgos:

  1. Riesgo laboral: Riesgo de que durante durante las horas de trabajo se pueda producir un accidente. Un ejemplo sería que en caso de ser cocinero nos quemáramos o nos hiriéramos con algún utensilio de cocina involuntariamente.
  2. Riesgo tecnológico: Trata cualquier riesgo que posea un componente tecnológico. Un ejemplo es el riesgo en el que se incurre si una empresa posee todos los datos de esta en discos duros, los cuales pueden ser atacados cibernéticamente.
  3. Riesgo medioambiental: Tienen que ver con el riesgo de que se pueda producir un imprevisto tanto de nuestra empresa hacia el medio ambiente como del medio ambiente hacia nuestra empresa. El vertido de sustancias tóxicas o el que algún animal nos deteriore algún activo de la empresa son claros ejemplos respectivamente.
  4. Riesgo de solvencia: En este caso un ejemplo sería el riesgo que asume una entidad financiera al prestarnos dinero, ya que se puede dar un posible impago.

Estos son algunos de ejemplos de los distintos tipos de riesgos que existen, aunque no así no son los únicos que se pueden dar.