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Democracia

Te explicamos qué es la democracia, los tipos que existen, su historia, principios y características. Además, qué es una dictadura.

¿Qué es la democracia?

La democracia es uno de los sistemas políticos y de organización social más populares del mundo contemporáneo, a pesar de haber sido inventado en la Antigüedad Clásica. Su rasgo fundamental es que confiere el poder de decisión en la conducción del Estado (es decir, la soberanía) al pueblo, que se expresa mediante la voluntad de las mayorías.

Esto significa que, en una democracia, las instituciones están para ejecutar y defender la voluntad del pueblo, ya que este último les transfiere o delega el control del Estado en mayor o menor medida.

Por ejemplo, las decisiones trascendentales de la vida nacional deben someterse a consulta o votación popular, tales como la designación de los cargos políticos de los poderes ejecutivo y legislativo. Para que este método de consulta sea válido, todos los ciudadanos en edad y condiciones legales para elegir deben poder hacerlo libremente, de manera secreta y universal.

Es común confundir la idea de democracia y la república, siendo que esta última implica la separación de poderes públicos y la igualdad ante la ley, elementos que hoy en día consideramos indispensables para la existencia de un gobierno democrático. Sin embargo, se trata de nociones distintas, por lo que en principio puede haber democracias no republicanas y repúblicas no democráticas.

Ver también: Formas de gobierno

Características de la democracia

En general, la democracia se caracteriza por:

  • Elegir a sus representantes políticos mediante el sufragio popular, sea de manera directa o indirecta.
  • Respetar la institucionalidad republicana, esto es, la independencia de poderes y el imperio de la ley (Estado de derecho).
  • Separar completamente los espacios de lo legal (Estado) y lo moral (Religión), y por lo tanto guiarse por una Constitución Nacional en lugar de un libro sagrado.
  • Respetar los derechos humanos fundamentales y garantizar las libertades civiles básicas, según lo contemplado en la Declaración Universal de Derechos de Humanos y en su propio texto constitucional.

Historia de la democracia

El origen mismo de la palabra “democracia” da ciertos indicios respecto a cuándo se inventó el sistema. Compuesta por las voces griegas dêmos, “pueblo”, y krateîn, “poder”, de modo que equivaldría a algo así como “el poder del pueblo”.

La palabra fue usada por primera vez en la Atenas de la Antigua Grecia, gobernada por una asamblea de ciudadanos en la que podían participar los varones atenienses libres (o sea: ni mujeres, ni esclavos, ni extranjeros), alrededor del siglo VI a. C.

La democracia ateniense no se regía por los mismos valores morales de la democracia moderna, pero sí administraba el poder a través del voto popular y el criterio mayoritario. Además involucraba directamente (elegidos por sorteo) a los ciudadanos en el desempeño de la administración del Estado. No había reyes ni sacerdotes gobernantes, a diferencia de otras civilizaciones de la época.

Se conocen también repúblicas más o menos democráticas en la Antigua India, algunas de las cuales fueron incluso previas a la democracia ateniense. Sin embargo, fueron conquistadas por caudillos militares y desaparecieron hacia el año 400 a. C. Muchos de sus preceptos democráticos tempranos permanecen en la literatura de los Vedas.

Por su parte, la teoría democrática moderna comenzó a gestarse en la antigua república romana, cuyos mecanismos democráticos eran en algunos aspectos más laxos que los griegos. El punto de vista moral del judaísmo y del cristianismo naciente, además, ayudaron a construir un sentido de igualdad que nunca antes había existido en el mundo Antiguo, gobernado desde sus inicios por la aristocracia.

Sin embargo, la República Romana degeneró en despotismo imperial y luego desapareció, convertida en docenas de pequeños reinados feudales. Muchos de ellos, como las ciudades libres de Italia, Alemania y Países Bajos, se administraron mediante gobiernos más o menos democráticos durante el Medioevo, a través del poder de las instituciones municipales.

Sólo después del Renacimiento, en la Edad Moderna, la república como sistema de gobierno resurgió en Occidente, de la mano de la burguesía y del naciente capitalismo.

El derrumbe del Antiguo Régimen y de la Monarquía Absolutista, en ese sentido, marcó el regreso de la democracia como método de elección de las autoridades e instituciones. En muchos casos convivieron con el poder de la realeza, asignándole a este último cada vez funciones más simbólicas y representativas.

Los primeros gobiernos democráticos modernos de Europa fueron la República de las Dos Naciones (lituano-polaca), predecesora de la Monarquía Constitucional, durante los siglos XVI y XVII; y la República Francesa posterior a la Revolución de 1789.

A partir de entonces, los vientos del cambio democrático no dejarían de soplar a lo largo del siglo XIX y XX, derrumbando Imperios hasta convertirse en el sistema político más popular no ya de Occidente, sino del mundo entero.

Principios de la democracia

No basta con tener elecciones para tener democracia. Todo sistema democrático moderno se debe guiar necesariamente por los siguientes principios:

  • La soberanía popular. El poder político originario debe, necesariamente, emanar del pueblo mismo, capaz de decidir en última instancia cómo desea gobernarse. Dicha soberanía puede transferirse temporal y parcialmente a los representantes políticos mediante el voto popular libre, secreto y universal, pero según los mismos principios no puede serle arrebatado al pueblo. Ninguna democracia designa a sus funcionarios mediante otros criterios que la elección popular, dentro del marco de la ley.
  • La igualdad del voto. Obviamente, existen condiciones mínimas requeridas para ejercer el derecho al voto, como pueden ser la edad mínima elegible o la solvencia con determinadas obligaciones legales, dependiendo de lo estipulado en la Constitución de un país. Pero en principio, el voto de absolutamente toda la población votante debe siempre valer lo mismo y darse bajo las mismas exactas condiciones de secrecía y libertad.
  • La limitación del poder. De manera similar, toda forma de poder político en una democracia deberá necesariamente tener límites, y las distintas instituciones republicanas del Estado deberán velar porque así sea. Por lo tanto, la Constitución o Carta Magna del país rige la legitimidad de todas las autoridades políticas y tendrá la última palabra respecto a los mecanismos y procedimientos para garantizar el respeto a la voluntad popular.
  • El respeto a los derechos humanos. Si bien la democracia consiste en la decisión por voto popular, no todo puede ser sometido a una consulta, y no todo le está permitido a los representantes electos. Obviamente, esto significa el respeto por la ley, pero también el acatamiento de leyes mucho más fundamentales, como son los derechos humanos universales. Ninguna democracia puede existir si el Estado violenta sistemáticamente, por acción o por inacción, los derechos básicos de su población.

Tipos de democracia

No todas las democracias son idénticas, y al hablar de procesos democráticos no siempre nos referimos exactamente a lo mismo, pues existen dos tipos principales de democracia: la directa y la indirecta.

Democracia directa. Es la que mayor rango de decisiones deja a la decisión directa del pueblo, a través de mecanismos de consulta como referendos, elecciones y asambleas, de modo que la decisión sea tomada por el pueblo, sin intermediarios, y a veces incluso ejecutada por ellos mismos, a través de instituciones de participación popular.

Es el tipo de democracia que mayor cercanía supone entre el pueblo y el poder mismo, pero tiene la desventaja de multiplicar la burocracia y enlentecer y encarecer la toma de decisiones.

Democracia indirecta. En ella la soberanía es traspasada temporalmente del pueblo a sus representantes políticos, electos mediante el sufragio directo (cuando la gente elige a sus representantes) o indirecto (cuando la gente elige delegados que a su vez eligen a los representantes).

Este sistema considera que no todo puede someterse siempre a una consulta popular, si se desea tener un Estado operativo y eficiente, por lo que los funcionarios e instituciones deben trabajar en nombre del pueblo y garantizar que sus deseos sean respetados y ejecutados. Este tipo de democracia, a su vez, puede ser de varios tipos:

  • Democracia parlamentaria. Cuando la jefatura de gobierno es ejercida por un Primer Ministro (en vez de un presidente), electo del ala ejecutiva del poder legislativo.
  • Democracia presidencialista. Cuando el poder ejecutivo recae sobre un presidente electo mediante votación popular directa, y es totalmente independiente del poder legislativo.
  • Democracia soviética. Cuando los trabajadores y ciudadanos eligen delegados ante un concejo de poder político local (los soviets), de acuerdo a su pertenencia a ciertos sectores sociales, laborales o geográficos. Estos consejos o soviets ejercen la soberanía en su nombre, para elegir representantes a una comisión más alta de soviets locales y así sucesivamente hasta la Presidencia de la Nación o Secretaría de Estado.

Importancia de la democracia

A pesar de sus críticas, la democracia es el sistema de organización política que mejores resultados ha dado, a lo largo de la historia, en materia de felicidad, desarrollo humano y crecimiento nacional.

No existe todavía un método que permita no sólo conocer la voluntad del pueblo soberano y organizar su práctica, sino también la revisión del sistema mismo y su contraloría, para así mantener un marco mínimo legal dentro del cual puedan resolverse las contiendas políticas pacíficamente.

Sin embargo, trae dificultades, como su necesaria tendencia al debate y a la confrontación de ideas, lo cual puede hacer lento el proceso de toma de decisiones, o incluso la posibilidad de que, al ejecutar la voluntad popular, la democracia se destruya a sí misma. Pero en su mayoría estos inconvenientes tienen que ver con retos culturales o sociales de la población, más que con debilidades propias del sistema democrático.

Ejemplos de naciones democráticas

De acuerdo al Índice de Democracia (Democracy Index en inglés) de la Unidad de Inteligencia de The Economist, en el cual se evalúa el desempeño democrático de 167 países, constituyen el mejor ejemplo de democracia las siguientes naciones, conforme a sus mediciones de 2018:

  • Noruega (9.87/10 puntos)
  • Islandia (9.58/10 puntos)
  • Suecia (9.39/10 puntos)
  • Nueva Zelanda (9.27/10 puntos)
  • Finlandia (9.25/10 puntos)
  • Irlanda (9.23/10 puntos)

Democracia y dictadura

Se entiende por dictadura o autocracia a una forma autoritaria de gobierno, en la que unos pocos (un líder y sus seguidores, un partido político, una junta militar, etc.) imponen mediante la fuerza su autoridad sobre el resto de la nación, sin transitar los canales regulares y por ende sin contar con la legitimación del pueblo soberano. Aunque muchas pueden llegar al poder democráticamente, eso no las convierte en democracias.

Las dictaduras generalmente traen consigo gran sufrimiento y cuotas inmensas de violencia y represión, ya que suelen reordenar la sociedad o impedir su reordenamiento mediante la fuerza. Las dictaduras pueden ser de cualquier signo ideológico y pueden responder a cualquier tipo de fines.

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Referencias