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Gobierno

Te explicamos qué es el gobierno, sus funciones y las características de cada una de sus formas. Además, diferencias con el Estado.

¿Qué es el gobierno?

El gobierno es uno de los principales pilares operativos de toda forma de Estado. Es el encargado de ejercer y administrar el poder político, si consideramos la rama ejecutiva del poder (o poder ejecutivo). El término proviene de la voz griega kybernéin, que traduce “pilotear un barco”.

Se le dice “gobierno” al conjunto de los dirigentes de una comunidad, y dentro de un Estado republicano, al total de los ministros de una gestión, esto es, al “gabinete” de un jefe de Estado, así como al jefe de Estado mismo.

Sin embargo, una definición más amplia de gobierno incluye al conjunto de autoridades, instituciones y organismos administrativos diversos que ejercen los poderes del Estado, o que ejecutan las funciones del Estado. Esto es, el sistema político a través del cual una comunidad se regula o administra a sí misma.

Desde luego, no se lo debe confundir con el Estado mismo. La forma más sencilla de diferenciarlos es que los gobiernos son pasajeros, pero el Estado no.

Los primeros gobiernos probablemente surgieron en conglomerados humanos cuyas actividades económicas resultaban más complejas, produciendo así un excedente económico que era necesario administrar para su correcto aprovechamiento.

Sin embargo, a lo largo de la historia han sido muchas las formas de gobierno y muchos los cambios que han sufrido. Tradicionalmente, según quién o quiénes ejercen el poder, se distingue entre:

  • Autocracias. O formas de gobierno en las que el poder es ejercido por un único individuo y su camarilla.
  • Oligarquías. O formas de gobierno en las que el poder es ejercido por una minoría poderosa.
  • Democracias. O formas de gobierno en las que el poder es ejercido por una mayoría consensuada.

Ver además: Oligarquía

Funciones de un gobierno

Los gobiernos suelen estar definidos y limitados por los respectivos textos constitucionales que rigen el ejercicio político de sus países, y que les atribuyen poderes, obligaciones y limitaciones. Sin embargo, lo más usual es que las funciones de un gobierno incluyan:

  • Ejercer la defensa y conducción del Estado, tanto en los aspectos militares y territoriales, como en los administrativos y civiles.
  • Conducir la política interior del Estado en materia de orden público, seguridad ciudadana, servicios sociales y vida económica.
  • Conducir la política exterior del Estado, esto es, la cancillería y las relaciones diplomáticas.
  • Administrar el presupuesto nacional y velar por el correcto funcionamiento del Estado, dentro de lo establecido por las leyes y en concordancia con el poder legislativo.
  • Elaborar propuestas políticas y planes de manejo del Estado, así como convocar a consultas, referendos y elecciones.
  • Enfrentar las situaciones irregulares o de excepción que pudieran presentarse, tanto a lo interno como a lo externo, incluyendo guerras, catástrofes naturales, epidemias, etc.
  • Nombramiento de ciertas autoridades estatales, según lo establecido en la ley y la Constitución Nacional.

Formas de gobierno

En la actualidad, las distintas formas de gobierno existentes, o sea, los modelos o los sistemas mediante los cuales se ejerce el poder político en los países, pueden resumirse en:

  • Repúblicas. Formas de administración del Estado en las cuales se establece el imperio de la Ley, o sea, el Estado de derecho. No son necesariamente democráticas, ya que democracia y república no son lo mismo, aunque tienden a serlo, en la medida en que la reaparición de las repúblicas en Occidente se dio inspirada los ideales de igualdad, libertad y fraternidad de la Revolución francesa. Dichas repúblicas pueden ser de distinto tipo:
    • Presidencialistas. Cuando un presidente electo ocupa la cabeza del poder ejecutivo, cuyas funciones son independientes de la legislatura. Son ejemplos de esta forma de gobierno las naciones de Argentina, Turquía, Filipinas, Indonesia y Brasil, por citar algunos.
    • Semipresidencialistas. Aquellas repúblicas en las que el presidente es electo para ocupar el poder ejecutivo y designa un primer ministro con el que compartirá la jefatura del Estado, y cuyas labores responderán ante el poder legislativo. Son ejemplo de estas formas de gobierno las naciones de Argelia, Egipto, Haití, Portugal, Francia, Rusia y Taiwán.
    • Parlamentarias. En las que el poder legislativo es la fuerza política más importante y de su seno se elige un primer ministro para que ejerza las funciones del poder ejecutivo, bajo control del resto del parlamento. En algunas de ellas suele elegirse también un presidente, pero que ejerce sólo funciones representativas y ceremoniales. Son ejemplo de esta forma de gobierno las naciones de India, Armenia, Trinidad y Tobago, Bulgaria, Italia, Hungría y Grecia.
    • Unipartidistas. Cuando el poder ejecutivo está en manos de un único partido que hegemoniza el control del Estado, limitando o impidiendo el surgimiento de oposición y generalmente constituyéndose en regímenes no democráticos. Son ejemplo de esta forma de gobierno las naciones de Cuba, Corea del Norte, Vietnam, Laos, China y Eritrea.
  • Monarquías. En las monarquías, la jefatura de gobierno es ejercida normalmente por un monarca o rey, un cargo personal y vitalicio, que puede ser hereditario o elegido. Se trata de una forma de gobierno que proviene de tiempos antiguos y que floreció durante el feudalismo medieval en Europa. Hoy en día tienden, al menos en Occidente, hacia formas más laxas y democráticas en las que el monarca cumple con roles determinados y está sujeto al poder de un parlamento. Estas monarquías pueden ser de los siguientes tipos:
    • Constitucionales. Cuando el monarca o rey se reserva el derecho de nombrar al gobierno, o sea, de controlar el poder ejecutivo, y deja los demás poderes públicos a cargo de sus respectivas instituciones, como el parlamento o los tribunales. Se trata de un sistema que combina la separación de poderes republicana con la monarquía. Actualmente no existe ningún gobierno de esta índole, pero hubo muchos en Europa a lo largo del siglo XIX y a mediados del XX.
    • Parlamentarias. Cuando el monarca o rey tiene el cargo formal de la jefatura de Estado, pero cumple realmente con funciones ceremoniales y representativas, dejando el poder ejecutivo en manos de un Primer Ministro, Presidente o Jefe de gobierno electo. En estos gobiernos existe un Estado de derecho y el monarca no está nunca por encima de la Ley. Son ejemplos de esta forma de gobierno las naciones de Bélgica, España, Reino Unido, Japón, Suecia y Tailandia.
    • Semiparlamentarias. También llamadas semiconstitucionales, operan como gobiernos parlamentarios con separación de poderes y un Primer Ministro electo, pero al mismo tiempo existe un monarca con poderes significativos mediante los cuales puede llegar a ejercer poder total sobre las distintas instancias del Estado. Son ejemplos de esta forma de gobierno las naciones de Jordania, Emiratos Árabes Unidos, Marruecos, Kuwait y Mónaco.
    • Absolutas. Cuando el gobierno es ejercido de manera total por el monarca, tal y como ocurría en los gobiernos de antaño. Por sorprendente que pueda parecer, estas formas de gobierno aún sobreviven, en naciones como Suazilandia, Arabia Saudita, Catar, Omán o Brunéi.
  • Teocracias. Se trata de los gobiernos ejercidos por una institución religiosa, esto es, por algún tipo de iglesia. No existe separación entre Estado e Iglesia, y su legislación se corresponde con la legislación de la religión dominante. Son minoritarios en el panorama actual del mundo, pero alguna vez fueron predominantes en Occidente, durante el Medioevo. Actualmente sólo existen la República Islámica de Irán y la Ciudad del Vaticano.
  • Juntas militares. Por último, nos referimos a las naciones gobernadas enteramente por sus fuerzas armadas, sin ningún tipo de separación de poderes, mediante un régimen total que normalmente es transitorio, pero puede también derivar en una dictadura permanente. Un ejemplo de ello hoy en día es la nación de Sudán.

Más en: Formas de gobierno

Diferencia entre gobierno y Estado

Gobierno y Estado son instancias separadas y su confusión suele conducir a escenarios graves de pérdida del Estado de derecho y de la separación de poderes. De hecho, en los regímenes totalitarios y en las autocracias más brutales, Estado, Gobierno y Partido gobernante pueden amalgamarse en una sola cosa, y es entonces cuando resulta casi imposible que tengan un fin.

El Estado es una instancia primaria de organización social y comunitaria, que a través de un pacto social garantiza la paz, la convivencia y el orden, a cambio de cederle el monopolio de la violencia. Existe Estado allí donde existe la ley, y donde los seres humanos se reconocen como parte de una comunidad.

En cambio, el gobierno es una institución idealmente transitoria, encargada de la administración de los poderes que los ciudadanos conferimos al Estado, en nombre del bienestar común y de la felicidad mutua. El gobierno es efímero, el Estado no. El gobierno representa a un sector de la población total, mientras que el Estado somos absolutamente todos.

Una metáfora útil para entender esto sería la de un barco, cuyo capitán y tripulación se ocupan de que navegue, de que la tripulación esté a salvo y ordenada durante su tránsito por el mar, recibiendo de ésta a cambio una autoridad.

El barco, en su totalidad, vendría siendo el Estado: de él forman parte incluso los polizones. Pero el gobierno son el capitán y sus marinos mercantes, quienes administran el barco durante ese viaje particular. Así, es posible que, cuando los mismos pasajeros vuelvan a casa, el mismo barco sea tripulado y administrado por otros.

Sigue en: Estado

Referencias