Valores prioritarios: características, formación y ejemplos
Los valores prioritarios son aquellos que se consideran indispensables para el óptimo desarrollo de los seres humanos, estando usualmente vinculados con la seguridad, el orden y el bienestar en general. El objetivo de estos valores es fomentar el desarrollo moral de los individuos.
Los valores son creencias personales relacionadas con cómo se concibe al mundo y cómo cada persona se relaciona con la propia vida a través de las acciones. Funcionan como grandes rectores de la personalidad y están vinculados con la sociedad.
Es importante reconocer que solo a partir de finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX se incorporó a la vida social el concepto más claro de lo que son los valores. Fue en este momento cuando comenzó a verse un sistema teórico estructurado acerca de los mismos.
Antes no se tenía tan claro el concepto e históricamente se habla de valor por primera vez en el campo de la economía. Pensadores como Adam Smith se refirieron a lo que valen los objetos.
A partir de esta noción se desarrolló el término en el ámbito filosófico por pensadores de relevancia como Immanuel Kant (1724-1804) y Friedrich Nietzsche (1844-1900). Luego surgió la axiología a mitad del siglo XIX.
Estos pensadores concluyeron que los valores no son ideales como la belleza, por ello se debe esperar que su transmisión y exigencia implique que puedan observarse y que estén presentes en las diversas actividades que lleva a cabo el ser humano. Es decir, cada grupo cultural debe tener valores que dan cuenta de lo que es importante para cada uno.
Los valores pueden clasificarse, aunque esta puede que no sea igual en todos los ámbitos porque existe un matiz cultural según la sociedad en la que se desarrolla cada individuo.
Sin embargo, sí es posible distinguir unos valores prioritarios de otros relativos; los primeros corresponden a aquellos de necesidad imperiosa gracias a los que se puede obtener el desarrollo moral de las personas.
Se ha observado que cada vez hay más crisis de valores que vienen dadas por las crisis de las sociedades.
Índice del artículo
- 1 Características de los valores prioritarios
- 2 Formación
- 3 Ejemplos de valores prioritarios
- 4 Temas de interés
- 5 Referencias
Puede decirse que los valores dirigen el comportamiento de las personas; por esto se considera que están íntimamente relacionados con la moral y con el legado cultural de una sociedad.
En cuanto a los valores prioritarios en específico, puede decirse que tienen tres características fundamentales:
Tal como lo señala Rudolf H. Lotze, filósofo neokantiano pionero de la axiología, los valores prioritarios se ubican en la categoría del “valer”; por lo tanto, se puede decir que tienen una jerarquía que permite clasificarlos como más importantes que otros. Por ello es posible hablar de valores prioritarios sobre otros que no lo son.
Igualmente se establece que no solo hay niveles de importancia, sino también existen valores y contravalores, pues se contraponen hasta llegar a anularse y contradecirse mutuamente.
Se considera que los valores prioritarios son necesarios para poner vivir una vida plena y obtener un desarrollo óptimo. En este sentido, abarcan tanto ámbitos bastante palpables como otros de carácter más espiritual.
Por ejemplo, entre los valores prioritarios destacan la necesidad de seguridad, la búsqueda del orden, la responsabilidad y la honestidad. Así mismo, también se consideran valores prioritarios la fe, el amor, la creatividad, la esperanza, la libertad o la paz, entre otros.
Puede decirse que los valores prioritarios están revestidos de gran importancia en el sistema social.
Si se destaca el punto de vista culturalista —que defiende que los valores se adquieren prácticamente de forma automática a través de la socialización y la identificación con la propia cultura—, entonces cobran importancia todas las asociaciones primarias que servirían de base para esto.
Las asociaciones sociales primarias por excelencia son la familia y la escuela. En la familia deben estar las condiciones favorables para iniciar el aprendizaje de valores; esto supone un clima moral, seguridad, confianza y orden, pues de lo contrario no será posible fomentar la internalización de los valores.
Si se genera un escenario adverso se estaría gestando el clima adecuado para el surgimiento del contravalor. Lo mismo aplica para el ámbito de la escuela.
La escuela es considerada portadora de la responsabilidad social de la transmisión del legado de los valores de una sociedad, por lo que es uno de los ámbitos principales a través de los cuales se lleva a cabo la formación en valores prioritarios.
Así mismo, el hogar es el escenario más elemental desde el cual cada individuo reconocerá la importancia de un valor determinado y comenzará a incorporarlo como parte fundamental de su accionar.
Los seres humanos aprendemos por imitación, por lo que es determinante que dentro de estos escenarios más elementales los valores prioritarios tengan un lugar preponderante.
Por último, la sociedad en sí también juega un papel fundamental en el proceso de formación en valores prioritarios. Es probable que una sociedad considere de mayor importancia unos valores que otros, afectando de forma directa la manera en la que un individuo en específico percibe el mundo en el que vive.
El valor de la seguridad es considerado prioritario debido a que para los seres humanos resulta necesario contar con la tranquilidad que significa vivir de forma segura y sentirse resguardado.
Este valor prioritario no está enmarcado en el ámbito religioso, sino que se trata de la necesidad que tienen los seres humanos de creer en algo más allá de ellos mismos.
Se puede tener fe en un ser espiritual o en otra persona; en cualquier caso, la fe se considera prioritaria debido a que da cabida a otro valor que es capaz de mover voluntades: la esperanza.
También es considerado un valor prioritario debido a que gracias a la esperanza los seres humanos pueden encontrar la motivación necesaria para desarrollarse en diversos ámbitos. Este valor puede funcionar como una especie de motor que fomenta el crecimiento y la obtención de bienestar.
Este es quizá uno de los valores prioritarios más relevantes. La libertad representa la posibilidad de crecer, desarrollarse e ir en búsqueda de la superación personal. Cuando no hay libertad se hace mucho más difícil recrear las condiciones adecuadas para promover el desarrollo personal de los individuos.
Teniéndose en cuenta que la libertad es uno de los valores fundamentales de todo ser humano, inmediatamente se debe priorizar el de la tolerancia. Se puede ser libre para decidir que algo no te gusta, pero se debe ser tolerante para entender que a otros si les gusta y, no por ello, vivir en confrontación.
Para muchos es el valor más importante que deben desarrollar los seres humanos. De hecho, filósofos como Kant afirmaban que “a todas las personas se les debe respeto por el simple hecho de ser personas”. Se trata de la consideración y valoración entre individuos a la hora de interactuar.
La búsqueda de lo justo es una necesidad que tienen todas las sociedades para lograr el bien común. Es una búsqueda de armonía entre los ciudadanos, basada en una serie de normas y pautas que deben cumplirse. Es uno de los valores prioritarios más protegidos, ya que su incumplimiento puede tener penas legales.
Este valor prioritario se basa en el apoyo entre individuos para encontrar un mayor bienestar común. Genera un vínculo común de armonía y fraternidad, que puede derivar en solidaridad de los más pudientes respecto a los más necesitados.
Valores humanos.
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