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Ostrácodos: características, hábitat, clasificación, alimentación


Los ostrácodos (Ostracoda) son una clase de crustáceos bivalvos con el cuerpo completamente encerrado entre las valvas, y sin división evidente del cuerpo. Su tamaño es generalmente reducido (entre 0,1 y 2,0 mm), aunque existen algunas especies que pueden superar los 3 cm de longitud.

Son los crustáceos con menor número de apéndices corporales. Además de cuatro pares de apéndices cefálicos, solo cuentan con uno a tres pares de apéndices torácicos. Los dos pares de antenas (anténulas y antenas) generalmente son utilizados para locomoción.

Se conocen cerca de 80 mil especies, de las cuales cerca del 80% son formas fósiles. Los primeros registros de ostrácodos fósiles datan del Cámbrico inferior, con especies que se caracterizaban por tener un caparazón quitinoso pobremente calcificado.

Actualmente habitan tanto en aguas marinas como salobres y dulceacuícolas. Algunas especies son bentónicas, otras forman parte del plancton.

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Características y morfología

El caparazón está formado por dos valvas unidas dorsalmente por una charnela. Estas valvas están formadas por carbonato de calcio y quitina, y pueden ser iguales o desiguales en tamaño. Estas conchas están comprimidas lateralmente y su superficie puede ser lisa o presentar gránulos, estrías u otras ornamentaciones.

Las valvas están compuestas por dos capas, una de quitina y otra de carbonato de calcio. La cantidad de este compuesto que impregna el exoesqueleto varía en las distintas especies. Este caparazón es mudado completamente cuando el organismo necesita crecer.

El cuerpo está completamente encerrado entre las dos valvas, al contrario de lo que ocurre en cladóceros y conchostracos. No hay señales externas de segmentación, la cual solo queda indicada por la presencia de los apéndices pareados.

Presentan cuatro pares de apéndices cefálicos, pues el segundo par de maxilas está ausente. Los apéndices del tórax pueden variar entre uno y tres pares, y no hay apéndices abdominales.

El primer par de antenas (anténulas) presenta una sola rama, mientras que el segundo posee dos ramas. Ambos pares de antenas pueden diferir en ambos sexos.

La porción final del cuerpo está representado por un par de ramas caudales que puede variar en forma y estructura dependiendo de la especie.

Las larvas también presentan un caparazón bivalvo.

El tamaño de los ostrácodos generalmente no excede los 2 mm de longitud. Sin embargo, las especies de Gigantocypris pueden llegar a medir hasta 3,2 cm. Estas últimas especies son habitantes de aguas profundas (por debajo de los 900 metros de profundidad).

Hábitat

Los ostrácodos son casi exclusivamente acuáticos. Solo dos especies han sido señaladas en hábitats terrestres, asociadas a musgos y humus.

En agua dulce, pueden ser encontrados prácticamente en cualquier cuerpo de agua, desde ríos y lagos, hasta charcas temporales y fitotelmatas. Las fitotelmatas son contenedores vegetales de agua, como troncos de árboles y hojas.

En ambientes marinos y estuarinos también son especies ubicuas; pueden encontrarse desde estuarios y marismas, hasta en aguas oceánicas. Pueden habitar desde ambientes someros hasta los 7 mil metros de profundidad.

La mayor parte de las especies son bentónicas, habitando sobre el fondo marino, trepando sobre plantas y animales sésiles, o excavando en el sustrato. Algunas especies han sido halladas como comensales de equinodermos o de otros crustáceos, principalmente bogavantes y cangrejos.

Taxonomía y clasificación

El taxón Ostracoda fue erigido por el entomólogo francés Pierre André Latreille, en 1802. Hasta fecha reciente, algunos autores incluían a los ostrácodos como una subclase dentro de la clase Maxillopoda, sin embargo, actualmente son considerados como una clase aparte.

La ubicación taxonómica de los ostrácodos en categorías superiores es incierta, debido principalmente a la dificultad para establecer comparaciones entre especies fósiles y recientes.

La clasificación en este grupo se basa tanto en caracteres del cuerpo como de las valvas. En las mayorías de los registros fósiles solo están disponibles las valvas.

Otra dificultad es la falta de uniformidad en la terminología usada por los diferentes autores para la descripción de las especies.

El portal World Register of Marine Species (WORMS) ofrece una clasificación actualizada del grupo, en la que sugiere la presencia de seis subclases, dos de las cuales incluyen solo especies fósiles.

Sin embargo, este portal adolece de varios errores. En primer lugar, no señala la fuente de tal clasificación. Tampoco señala las autoridades taxonómicas de varios grupos, ni posee todas las sinonimias, por lo que se dificulta determinar si algunos taxones  (e.g. Familia Egorovitinidae Gramm, 1977) han sido rechazados, sinonimizados o involuntariamente omitidos.

Una de las clasificaciones más difundidas considera la presencia de tres subclases:

Palaeocopa

Formas exclusivamente fósiles, no existen especies recientes.

Podocopa

Ostrácodos que carecen de rostro e incisión rostral. Tampoco poseen corazón. El caparazón, por su parte, presenta diferentes niveles de calcificación.

Las antenas son usadas para caminar, son birramosas, con la rama interna (endopodito) más desarrollada que la externa (exopodito).

Myodocopa

Los integrantes de esta subclase poseen rostro e incisión rostral. El sistema circulatorio presenta un corazón ubicado dorsalmente. El caparazón está pobremente calcificado en los representantes de este grupo.

Las antenas son empleadas para la natación, son birramosas y su rama externa (exopodito) es la más desarrollada, presentando 8-9 artejos.

Alimentación

Se cree que el modelo básico primitivo de alimentación de los ostrácodos es la filtración, empleando para ello los apéndices maxilares, mientras que los restantes mecanismos de alimentación se cree que derivan de esta.

La alimentación de los ostrácodos actuales puede ser suspensivora, es decir, que se alimentan de materia orgánica en suspensión. Este tipo de alimentación se puede observar tanto en formas planctónicas como bentónicas.

Las especies bentónicas también pueden alimentarse de carroña o detritos. Algunas especies son depredadoras de invertebrados y larvas de peces. Incluso, algunas especies de ostrácodos cypridinidos pueden atacar peces adultos.

Al menos cuatro especies de ostrácodos son de hábitos parasíticos. Una de las especies parasita es Sheina orri, que vive en tiburones de aguas australianas. Esta especie ha sido encontrada parasitando branquia de peces; se fija a sus hospederos utilizando las garras de sus mandíbulas y maxílulas.

Reproducción

La reproducción de los ostrácodos generalmente es sexual, con la participación de dos progenitores (dióicos). Sin embargo, también puede ocurrir reproducción asexual por partenogénesis. Los machos y las hembras suelen ser sexualmente dimórficos.

El cuidado parental de los huevos varía entre las distintas especies. La mayoría de las especies de podocópidos depositan sus huevos libremente, o los adhieren a cualquier sustrato y luego los abandonan.

Algunas especies, sin embargo, incuban temporalmente sus huevos en una cavidad entre el caparazón y la parte dorsal del cuerpo.

El huevo eclosiona en una larva nauplius atípica, pues presenta caparazón bivalvo. Posteriormente pasa por seis subestadios larvales hasta llegar a la etapa adulta.

Sexual

Algunas especies pueden emplear la bioluminiscencia como mecanismo para atraer a su pareja.

Los ostrácodos presentan cópula, la cual puede ocurrir de diferentes maneras: el macho puede colocarse en forma invertida y la cópula se da vientre con vientre, o el macho puede montar a la hembra dorsal o postdorsalmente.

El macho presenta un par de penes. Durante la cópula, el macho deposita el esperma en el receptáculo seminal de la hembra. El esperma individual generalmente está enrollado mientras se encuentra en el testículo y, una vez desenrollado puede ser más de 5 veces más grande que su progenitor.

Asexual

La reproducción asexual ocurre por partenogénesis, sin embargo, esta puede ocurrir de diversas maneras entre los ostrácodos. Hay especies en las que la partenogénesis es la única forma de reproducción conocida.

Otras especies presentan tanto reproducción sexual como partenogenética. Cuando está presente la partenogénesis, puede ser tanto geográfica como cíclica.

En la partenogénesis geográfica, las poblaciones de una misma especie, que se reproducen sexual o partenogenéticamente, presentan distinta distribución geográfica.

En la partenogénesis cíclica, la población generalmente consta de solo hembras que se están reproduciendo por partenogénesis, y cuando las condiciones se hacen adversas aparecen tantos las formas sexuales como las partenogenéticas.

Usos y aplicaciones

Los ostrácodos son los artrópodos más comunes en los registros fósiles. Debido a ello, son empleados como una de las herramientas más comunes para determinar la edad de distintos estratos geológicos, así como indicadores de condiciones ambientales en tiempos prehistóricos.

Los estudios de registros fósiles de ostrácodos han ayudado a conocer tendencias climáticas de hace miles de años, así como eventos climáticos históricamente importantes como el Dryas Reciente o la Reversión Fría del Antártico.

Por otra parte, los investigadores también han empleado ostrácodos recientes para interpretar cambios climáticos, como los impactos antrópicos ocasionados principalmente a partir de la Revolución Industrial.

Los fósiles también son útiles como herramienta en la búsqueda de yacimientos petroleros. Entre los grupos más empleados con estos fines se encuentran foraminíferos, radiolarios, ostrácodos y moluscos.

Los ostrácodos, durante su crecimiento, pueden absorber metales traza presentes en el agua de mar e incorporados a la concha durante su secreción. Hasta 26 elementos traza, incluyendo metales pesados y elementos de las tierras raras, han sido detectados en las conchas de algunas especies de ostrácodos.

Debido a ello, algunos autores han propuesto el uso de la composición química de la concha de los ostrácodos como indicadora de contaminación ambiental.

Referencias

  1. R.C. Brusca, W. Moore & S.M. Shuster (2016). Invertebrates. Third Edition. Oxford University Press.
  2. C. Laprida, J. Massaferro, M.J.R. Mercau & G. Cusminsky (2014). Paleobioindicadores del fin del mundo: ostrácodos y quironómidos del extremo sur de Sudamérica en ambientes lacustres cuaternarios. Latin American Journal of Sedimentology and Basin Analysis.
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  6. M.B. Bennett, M.R. Heupel, S.M. Bennett & A.R. Parker (1997). Sheina orri (Myodocopa: Cypridinidae), an ostracod parasitic on the gills of the epaulette shark, Hemiscyllium ocellatum (Elasmobranchii: Hemiscyllidae). International Journal for Parasitology.
  7. M.N. Gramm (1977). A new family of Palaeozoic ostracods. Palaeontology.
  8. Ostracoda. En World Register of Marine Species. Recuperado de marinespecies.org.