Definición de motor eléctrico

Un motor es un dispositivo que, a partir de una fuente de energía, puede generar movimiento. Eléctrico, en tanto, es aquello vinculado a la electricidad: la fuerza manifestada por el rechazo o la atracción entre partículas que están cargadas.

Los motores eléctricos, de este modo, son máquinas capaces de convertir la energía eléctrica en energía mecánica para el desarrollo de un trabajo. Algunos modelos también realizan el proceso inverso, transformando la energía mecánica en energía eléctrica.

Un motor de este tipo puede alimentarse con fuentes de corriente alterna o de corriente continua. Su uso es muy variado: los motores eléctricos se utilizan en relojes, taladros, automóviles, trenes y submarinos, por ejemplo.

La corriente alterna (cuya abreviatura en español es CA) es aquélla en la cual la magnitud y el sentido cambian de manera cíclica. Su desarrollador fue Nikola Tesla, un conocido ingeniero e inventor nacido a mediados del siglo XIX en el Imperio austríaco, quien cedió todas las patentes a la compañía norteamericana Westinghouse Electric para recibir los fondos necesarios para continuar con su investigación y desarrollo.

La corriente continua (CC), en cambio, es un flujo de carga eléctrica continuo que pasa por un conductor, de un punto a otro con potenciales y carga eléctrica diferentes, y que no varía con el paso del tiempo. En pocas palabras, se diferencia de la corriente alterna porque sus cargas eléctricas no cambian de dirección.

Hay tres tipos de motores de corriente alterna: el universal, el síncrono y el asíncrono. Este último es el más usado a nivel industrial, y el que requiere la menor cantidad de mantenimiento. El motor eléctrico universal también se denomina monofásico y puede operar con varios tipos de corriente. Sus núcleos polares y el circuito se construyen con hierro al silicio y se apilan para minimizar la pérdida de energía.

El motor eléctrico asíncrono se caracteriza porque el campo magnético del estator y el rotor giran a velocidades diferentes. En el caso del síncrono, se sincroniza la rotación de su eje con la frecuencia de la corriente de alimentación.

Con respecto al motor eléctrico de corriente continua, existe una clasificación según la forma en la que se conecte, y esto nos da los siguientes tipos: serie, compound, shunt y eléctrico sin escobillas. En electrónica, además, se usan el paso a paso, el servomotor y el sin núcleo.

El serie también se denomina de excitación en serie y tiene un voltaje constante pero un campo de excitación que se incrementa con la carga. El compound posee dos bobinados inductores que origina la excitación de la corriente. El shunt tiene el bobinado conectado en paralelo con el circuito de bobinados. El sin escobillas prescinde de éstas para cambiar la polaridad del rotor.

Aunque las características de los motores eléctricos son diferentes según su clase, a nivel general puede decirse que recurren a un campo magnético para transformar la electricidad en energía mecánica capaz de producir movimiento. Entre las ventajas que ofrecen frente a los motores de combustión destacan el hecho de que no emiten sustancias contaminantes y la escasa demanda de ventilación externa y refrigeración.

Un automóvil equipado con un motor eléctrico, en este marco, almacena la energía eléctrica en baterías recargables. El motor eléctrico brinda un torque instantáneo y le ofrece al vehículo una gran eficiencia.

En comparación a un automóvil “convencional” alimentado con nafta (gasolina), diésel (gasoil o gasóleo) o gas natural comprimido (GNC), el coche equipado con un motor eléctrico es más silencioso y ecológico: al circular, no emite contaminantes. De todas maneras, hay que tener en cuenta que la generación de electricidad sí puede contaminar y afectar el medio ambiente.

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