Definición de energía eléctrica
La capacidad para iniciar un movimiento o hacer que algo se transforme se conoce como energía. El concepto también se emplea para referirse a los recursos de origen natural que pueden tener una finalidad industrial por medio del uso de ciertas tecnologías asociadas.
Por otra parte, eléctrico (del latín electrum), es lo que trata o guarda relación con la electricidad. Es, según los expertos, una propiedad esencial que se caracteriza por la repulsión o la atracción que se genera entre las porciones de una materia, de acuerdo a la presencia de protones (de carga positiva) o de electrones (cuyas cargas son negativas)
La energía de carácter eléctrico es la modalidad de energía respaldada en esta propiedad que surge por la diferencia de potencial entre un par de puntos. Esta diferencia permite que se establezca una corriente eléctrica (es decir, un flujo de carga que atraviesa toda la estructura de un material) entre ambos.
Se conoce como conductor eléctrico al cuerpo que, al entrar en contacto con otro que está cargado de electricidad, logra transmitirla a todos los rincones de su superficie. Lo habitual es que los conductores eléctricos posean electrones libres que permitan el movimiento de cargas.
Cabe resaltar que la energía de tipo eléctrico puede ser convertida en luz (energía luminosa). Cuando se acciona un interruptor, se incita el movimiento de electrones a través del cable conductor y se cierra un circuito eléctrico.
Es importante tener en cuenta que la energía eléctrica puede generarse de múltiples formas y reflejarse en un dinamo si se trata de una corriente de carácter continuo o en un alternador cuando se trate de corrientes alternas.
Una de las formas de obtener energía eléctrica es a través de la luz solar, valiéndose de paneles especiales que son de público conocimiento. Esta técnica existe desde hace décadas, y se ha usado en distintos ámbitos. En los años 80 y 90, por ejemplo, las denominadas «calculadoras solares» gozaron de mucha popularidad, dada su capacidad de funcionar sin necesidad de pilas. Sin embargo, para su utilización era necesaria una fuente de luz considerable y la carga solía durar poco.
Por otro lado, son muchas las casas que se abastecen de energía proveniente del sol para generar electricidad y, aunque algunos intenten ocultarlo o negarlo, esto es posible desde hace ya mucho tiempo. Alemania es un país que apuesta por este procedimiento, y sus avances en el campo son imprescindibles para que todos comprendamos que no se trata de usar una hora de electrodomésticos al día; por el contrario, la obtención de energía solar es un proceso más limpio, respetuoso con la naturaleza y, cuando se invierte el dinero y la dedicación necesarios en su investigación, tanto o más eficiente que el método nuclear, sin contar el invaluable aumento en cuanto a la seguridad.
Dicho todo esto, es importante entender que la energía eléctrica no es necesariamente perjudicial para el planeta, sino que la forma tradicional de obtenerla acarrea un maltrato al ecosistema y una serie de peligros que no es necesario enfrentar, dada la ayuda del astro solar.
Pese a su uso generalizado y su utilidad, la energía eléctrica puede resultar peligrosa ya que, en contacto con el ser humano, puede causarle la muerte por electrocución. Ciertamente, nuestra evolución nos ha convertido en una especie incapaz de subsistir sin la ayuda de luz o calefacción artificiales, sin el refugio de una casa (generalmente construida por otras personas) o sin medicamentos, entre otras tantas cosas que nos fuerzan a considerar indispensables, tales como la carne animal. ¿Qué sería de nosotros si se cortara el suministro eléctrico durante, tan sólo, un mes?