Definición de glicerina
La unión del vocablo griego glykerós (que puede traducirse como “dulce”) y del sufijo -ine llegó al francés como glycérine, que en nuestro idioma se convirtió en glicerina. El concepto alude a un alcohol espeso que se halla en los cuerpos grasos.
Cabe recordar que un alcohol es un compuesto orgánico que presenta un grupo hidroxilo vinculado a un radical alifático o a uno de sus derivados. Los grupos hidroxilos son radicales formados por un átomo de oxígeno y otro de hidrógeno; las moléculas alifáticas, en tanto, presentan una estructura de cadena abierta.
En el caso de la glicerina, la sustancia cuenta con tres grupos hidroxilos. A temperatura ambiente, aparece como un líquido incoloro con un elevado coeficiente de viscosidad. La glicerina se encuentra en los fosfolípidos y en los triglicéridos y es uno de los productos de la fermentación alcohólica.
Todos los aceites y las células vegetales y animales contienen glicerina. La sustancia tiene múltiples usos a nivel industrial.
La mayoría de los jabones, diversos jarabes, anticongelantes, lubricantes y barnices, por ejemplo, llevan glicerina en su composición. La glicerina también tiene un uso extendido en la fabricación de explosivos.
Sin embargo, es importante señalar que existe el jabón de glicerina propiamente dicho, que se fabrica con el denominado jabón base de glicerina. Es una mezcla de éste y otros compuestos que se diferencia de la glicerina vegetal. Si bien hay muchas personas que lo elaboran de forma casera, la mayoría lo compra en la farmacia, en el supermercado o en tiendas de belleza. Este producto tiene una serie de propiedades excelentes para el cuidado de la piel, y por eso se trata del más recomendado por los dermatólogos.
En la eterna búsqueda de productos que mantentan la piel hidratada, bella, joven y sana damos muchas veces con mezclas excesivas de componentes químicos sintéticos, que nos perjudican más de lo que nos benefician. Para evitar esto, hay quienes combinan varios productos, cada uno con menos propiedades pero más definidas; sin embargo, el jabón de glicerina es la mejor opción, dada la pureza de su composición, que nos permite usarlo todos los días sin preocuparnos.
Una de las características más destacadas del jabón de glicerina es que su PH es neutro, o sea que su acidez es similar al de nuestra piel. En otras palabras, no debemos temer que la maltrate. Además, es adecuado para cualquier tipo de piel: sensible, seca, grasa o normal, e incluso se puede usar en caso de enfermedad cutánea.
La piel se mantiene húmeda gracias al uso del jabón de glicerina, y eso lo vuelve especialmente beneficioso para tratar la sequedad. En el caso del rostro, por ejemplo, al lavarlo con un jabón común suele quedar demasiado seco, mientras que con uno de glicerina conserva su humedad natural.
Por otro lado, como se menciona anteriormente, las pieles grasas también se benefician a través del uso de jabón de glicerina: no olvidemos que la solución no consiste en secar la piel, sino en detener el exceso de producción de sebo. En este marco, la glicerina limpia la piel profundamente y normaliza los niveles de grasa. En poco tiempo, el rostro recupera su aspecto sano, sin demasiado brillo.
La nitración de la glicerina (es decir, el agregado de un grupo nitro al compuesto) permite la obtención de nitroglicerina, un líquido aceitoso que funciona como un explosivo de gran potencia. Con nitroglicerina y otras sustancias se elabora la dinamita.
La nitroglicerina también se usa en la farmacología. En este marco, contribuye a tratar la hipertensión ya que tiene propiedades vasodilatadoras, ayudando a relajar arterias y venas.