Raza
Te explicamos qué es una raza en biología, a qué se llamó razas humanas y qué es el racismo. Además, diferencias entra raza y etnia.
¿Qué es la raza?
El término “raza” se emplea en la biología para distinguir, en ciertas especies de seres vivos, los distintos grupos en que una misma especie puede subdividirse, tomando en cuenta sus rasgos fenotípicos (su apariencia física) transmitidos por herencia genética.
Fue un término muy utilizado entre los siglos XVI y XIX, siendo empleado como sinónimo de subespecie, hasta que en 1990 su uso fue descartado en ámbitos especializados, sobreviviendo únicamente en la lengua coloquial.
De hecho, el uso del término está hoy restringido a ciertos de animales domésticos como perros, vacas o caballos, por ejemplo, en cuya evolución el ser humano ha tenido mucho que ver, a través de siglos de reproducción controlada e inseminación artificial, para obtener animales con rasgos deseados, como perros de una determinada apariencia, vacas que producen más leche, etcétera. En la botánica, en cambio, el término no se utiliza.
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Raza en seres humanos
Desde tiempos antiguos, las complejas interacciones sociales del ser humano han dado lugar a intentos por definir o caracterizar los distintos grupos humanos que existen, basándose mayormente en sus rasgos físicos, aunque a menudo también en los sociales o culturales.
Muchos nombres se emplearon para llamar a cada tipo de colectividad, pero sería a partir del siglo XVI que surgió el de “raza”, probablemente tomado del italiano razza, con el que se denominaban tanto a las distintas cepas de vino local, como a la gente que compartía ocupaciones.
A raíz del expansionismo y colonialismo europeo, surgió el interés por distinguir de manera racional y científica entre las distintas culturas encontradas en los demás continentes. Así, en el siglo XVII se dieron los primeros intentos por categorizar a los seres humanos por “raza”.
El primer libro que propuso un estudio “científico” de los grupos humanos se publicó en 1684 y fue la Nouvelle division de la terre par les différents espèces ou races qui l’habitent (“Nueva división de la Tierra por las diferentes especies o razas que la habitan”) del viajero y médico francés Francois Bernier (1625-1688).
Con el paso de los siglos, esta mirada racial permeó las nacientes ciencias sociales. Así surgieron campos de estudio dedicados a las “razas”, especialmente las tenidas por exóticas y, en el fondo, primitivas o inferiores. Todo siempre medido con el rasero de los valores sociales, culturales y políticos de Europa.
En el siglo XVIII y XIX surgieron las primeras teorías de antropología racial, según las que todo se reducía al aspecto físico: se propusieron incluso métodos antropológicos de distinción racial en base al tamaño del cráneo, el tipo de cabello y, claro está, el color de la piel.
La gran obra que formalizó esta visión biológico-racista de la humanidad fue el libro del escritor francés Joseph Arthur de Gobineau (1816-1882) titulado Ensayo sobre la desigualdad de las razas humanas y publicado entre 1853 y 1855. Esta obra que influyó inmensamente en los movimientos racistas y nacionalistas del siglo XX, tales como el nacionalsocialismo alemán.
Los primeros en cuestionar empíricamente este legado antropológico racista fueron los antropólogos estadounidenses Franz Boas (1858-1942) y Ashley Montagu (1905-1999), quienes rechazaron que “raza” fuese equivalente de “subespecie”, apoyándose en datos genéticos y en el impacto del medio ambiente sobre el fenotipo humano.
Estudios posteriores en el siglo XX demostraron que la supuesta variación racial se corresponde en el mayor de los casos con un 5% del genoma total de la especie, lo cual significa que no se trata, en ningún caso, de subespecies humanas distintas.
La única excepción a este legado lo constituye el uso de “raza humana” como equivalente de “humanidad”, es decir, de la especie humana en su totalidad, sin distinciones.
Racismo
Como hemos visto, el racismo, o sea, la discriminación de los seres humanos por su etnicidad, tiene una larga y penosa historia que se remonta a la antigüedad. Sin embargo, comenzó formalmente a llamarse “racismo” debido al empleo del término “raza” a durante el colonialismo europeo.
Por lo tanto, se trata de un término está fuertemente vinculado con aspectos históricos y sociopolíticos de la Europa colonialista, cuyo encuentro con las culturas de Asia, África y América se dio en términos de exotismo, sometimiento y explotación.
Por ejemplo, mucha de la necesidad de distinguir entre “razas” humanas obedecía al mercado de esclavos, en el que se exaltaban ciertos rasgos físicos como la fuerza y la resistencia, o rasgos sociales como la docilidad. Esta visión totalmente racista de la humanidad, según la cual unos nacían para gobernar y otros nacían para ser gobernados, se afianzó a lo largo del tiempo y sería la base de las sociedades coloniales de los siglos XVII y XVIII.
Finalmente, en el siglo XIX el debate sobre las razas ocupó buena parte de la producción intelectual de Occidente, cimentado sobre interpretaciones biológicas, haciendo de dichas distinciones algo supuestamente natural, duradero y primordial, de modo que no se podían cambiar y cualquier intento por subvertirlas podía ser catalogado de “contra natura”.
Es así que el concepto de “raza” acabó siendo un asunto ideológico, ya que a cada “raza” podía atribuírsele ciertos aspectos culturales, políticos o morales, sin tomar en cuenta la historia de cada cultura ni sus propias particularidades.
Según ello, por ejemplo, los africanos eran fuertes y resistentes, con poca capacidad para la inventiva y el intelecto, lo cual en el fondo constituía una justificación “científica” para el maltrato histórico que habían padecido a manos de los conquistadores europeos.
El racismo en la actualidad no ha desaparecido, a pesar de que buena parte de la humanidad habita en comunidades multiculturales y de que la migración global es un fenómeno notoriamente enriquecedor de las sociedades. Sin embargo, el legado humanista y republicano de la igualdad entre los hombres, inspirado en los ideales de la Revolución Francesa, podría ser a largo plazo la solución para un problema social tan antiguo como es el racismo.
Más en: Racismo
Raza y etnia
El consenso científico actual, a comienzos del siglo XXI, considera que la categoría de “raza” aplicada al ser humano no pertenece al ámbito de lo biológico, sino de lo social, es decir, que se trata de una forma de distinción histórica, arbitraria, sin sostén en las ciencias exactas, lo cual no significa que no existan diferencias genéticas, culturales, sociales y de todo tipo entre los grupos humanos que pueblan la Tierra.
Sin embargo, una etnia es un grupo dotado generalmente de características fenotípicas heredables a sus descendientes, y de rasgos socioculturales específicos transmitidos de generación en generación. Este término proveniente del griego ethnos, “pueblo” o “nación”.
La virtud de dicho concepto es que hace hincapié en rasgos culturales más que en distinciones biológicas o anatómicas, y por lo tanto se corresponde mucho mejor con la naturaleza diversa y compleja de la humanidad.
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Referencias
- “Raza” en Wikipedia.
- “Raza (clasificación de los seres humanos)” en Wikipedia.
- “Racismo” en Wikipedia.
- “Raza” en el Diccionario de la Lengua de la Real Academia Española.
- “¿Debemos seguir empleando el concepto de raza?” en El País (España).
- “Racismo: cómo la ciencia desmontó la teoría de que existen distintas razas humanas” en BBC News Mundo.