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Monarquía

Te explicamos qué es una monarquía, su origen, tipos y países con monarquía en la actualidad. Además, diferencias con una república.

¿Qué es una monarquía?

Las monarquías son aquellas formas de gobierno en las que la mayor suma de poder político recae sobre una sola persona, que ostenta el título de rey (del latín rex) o monarca, y que se desempeña como jefe de Estado. La palabra proviene de las voces griegas monos (“uno solo”) y arkhein (“mandar”, “gobernar”), de modo que, en principio, se trata del gobierno de una sola persona.

Sin embargo, para que un gobernante pueda ser considerado un monarca, deben cumplirse las siguientes condiciones:

  • El poder debe ejercerse de manera estrictamente unipersonal, o sea, por una sola persona y sin vicarios o intermediarios (aunque en distintas ocasionas las monarquías pueden atravesar regímenes especiales).
  • El cargo de rey debe ser vitalicio, esto es, que debe ejercerse hasta la muerte, a menos que se produzca antes un derrocamiento.
  • El poder debe ser hereditario, o sea, debe transmitirse por sangre, de padres a hijos, y en caso de no haberlos, a los familiares más próximos según la línea familiar. En algunos casos puede darse una elección, pero siempre a partir de un pequeño grupo que administra el poder.

Es decir que los monarcas son gobernantes vitalicios cuyo poder suele ser más o menos absoluto. Antiguamente, los reyes se pensaban designados por Dios mismo para gobernar, o en ocasiones se pensaba que eran ellos mismos dioses (como los faraones del Antiguo Egipto), y por ende su voluntad era sagrada.

Pero en las versiones modernas de la monarquía los reyes deben generalmente coexistir con un aparato democrático. Por eso, sus poderes presentan frenos, límites y se hallan inscritos en la constitución nacional.

En la mayoría de las monarquías contemporáneas de occidente, de hecho, el rey o la reina cumple funciones más bien representativas y el ejercicio de la jefatura de gobierno recae sobre Primeros Ministros o Presidentes electos conforme a la voluntad popular.

Ver además: Teocracia

Origen de la monarquía

Las primeras monarquías de la historia surgieron en los tiempos más remotos, luego de que la humanidad adoptara la vida sedentaria en el neolítico, gracias a la invención de la agricultura.

Los primeros reinados de los que se tiene registro provienen de las culturas sumeria y egipcia, alrededor del año 3.000 a. C. Consistían en gobiernos religiosos, en los que la figura del rey podía ser al mismo tiempo dios, sacerdote o caudillo militar. Pero dependiendo del caso podía primar una de estas figuras sobre las demás, según las características propias de cada civilización.

De esa forma, a lo largo de la Antigüedad, las monarquías proliferaron y pronto lucharon entre sí, convirtiendo a los ganadores en grandes imperios. El mayor de dichos imperios en Occidente fue el Imperio Romano.

La monarquía romana se estableció a partir de la antigua república en el año 27 a. C., y llegó a dominar todo el mar Mediterráneo y sus adyacencias en Europa, África y Medio Oriente, todo sometido a la voluntad de un único emperador. Esta monarquía fue determinante en la vida de Europa y de la región. Sus últimos restos (conocidos como el Imperio Bizantino) cayeron en el año 1453 d. C.

Sin embargo, a lo largo del mundo hubo muchas otras formas de monarquías imperiales, como los califatos islámicos, el imperio seléucida, el imperio aqueménida, el imperio japonés, el imperio mongol o las distintas dinastías chinas imperiales. Cada una de ellas estuvo dominada por un monarca de manera más o menos absoluta.

Tipos de monarquía

Dependiendo del grado de poder que posea el monarca y de la existencia de otras instituciones políticas en el Estado, podemos diferenciar entre los siguientes tipos de monarquías:

  • Monarquía absoluta. En la monarquía absoluta el poder está en su totalidad en manos del monarca, sin que exista ningún tipo de división de poderes. El rey ejerce su voluntad de manera indiscutible (su voluntad es la ley), a menudo vinculada con aspectos divinos o religiosos.
  • Monarquía constitucional. En los casos en que el poder monárquico absoluto es más difícil de sostener, muchos reyes transigen con la existencia de otros poderes políticos, cediendo voluntariamente una parte del poder real para permitir la existencia de instituciones. En ese caso, la soberanía nacional pasa del rey al pueblo mismo, y aunque el monarca sigue siendo el jefe de Estado, debe hacerlo dentro de los límites de lo establecido en la Constitución nacional.
  • Monarquía parlamentaria. Un caso similar al anterior, en el que el poder real está limitado por instituciones, en este caso democráticas, como es un parlamento nacional. Así, aunque el monarca sigue siendo una autoridad vitalicia dentro del Estado, con poderes concretos (como nombrar al presidente o ejercer funciones diplomáticas), la jefatura del gobierno reside en un Primer Ministro designado por el legislativo, y de esta forma el rey “reina, pero no gobierna”. Cualquier decisión real debe ser avalada por el parlamento, y la vida bajo este régimen se ajusta a los preceptos de la separación de poderes y la democracia.
  • Monarquía híbrida. En esta última categoría entran los regímenes intermedios entre la monarquía absoluta y la constitucional, en los que el rey cede algunas de sus funciones y poderes a un gobierno relativamente autónomo, pero sin perder por ello su influencia dentro del Estado. Es común en los principados o formas irregulares de la monarquía.

Países con monarquía

En la actualidad (2020), la monarquía en sus distintas formas es el sistema de gobierno de los siguientes países:

En Europa:

  • Reino de Bélgica (gobernado por Felipe Leopoldo Luis María de Bélgica)
  • Reino de Dinamarca (gobernado por Margarita II)
  • Reino de España (gobernado por Felipe VI)
  • Reino de Noruega (gobernado por Harald V)
  • Reino de los Países Bajos (gobernado por Guillermo Alejandro)
  • Reino de Suecia (gobernado por Carlos XVI Gustavo)
  • Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte (gobernado por Isabel II)
  • Principado de Liechtenstein (gobernado por Juan Adán II de Liechtenstein)
  • Principado de Mónaco (gobernado por Alberto II de Mónaco)
  • Principado de Andorra (gobernado por los copríncipes Joan-Enric Vives y Emmanuel Macron)
  • Gran Ducado de Luxemburgo (gobernado por Enrique de Nassau-Weilburg y Borbón-Parma)

En Asia y Medio Oriente:

  • Reino de Arabia Saudita (gobernado por Salmán bin Abdulaziz)
  • Reino de Bahréin (gobernado por Hamad II)
  • Estado de Brunéi Darussalam (gobernado por Hassanal Bolkiah)
  • Reino de Bután (gobernado por Jigme Khesar Namgyel)
  • Reino de Camboya (gobernado por Nodorom Sihamoní)
  • Estado de Catar (gobernado por Tamim bin Hamad Al Zani)
  • Emiratos Árabes Unidos (gobernado por Mohamed bin Rashid Al Maktum en Dubái y Jalifa bin Zayed Al Nahayan en Abu Dabi)
  • Estado del Japón (gobernado por Naruhito Shinno)
  • Reino Hachemita de Jordania (gobernado por Abdalá II)
  • Estado de Kuwait (gobernado por Sabah IV)
  • Estado de Malasia (gobernado por Adbullah de Pahang)
  • Sultanato de Omán (gobernado por Haitham bin Tariq Al Said)
  • Reino de Tailandia (gobernado por Maha Vajiralongkorn)

En África:

  • Reino de Esuatini (gobernado por Mswati III)
  • Reino de Lesoto (gobernado por Letsie III)
  • Reino Alauita de Marruecos (gobernado por Mohamed VI)

En Oceanía:

  • Reino Independiente de Samoa (gobernado por Sualauvi II)
  • Reino de Tonga (gobernado por Tupou VI)

Monarquía y república

La elección entre la monarquía y la república fue común a casi todas las naciones de Occidente en su entrada a la contemporaneidad, y depende de qué modelo de gestión del poder político se prefiera.

Por un lado, la monarquía concentra el poder (o al menos un aparte del poder) en una persona de manera vitalicia. Por otro lado, la república designa sus autoridades por votación popular (en el caso de las democráticas) o por otros sistemas de designación que no están emparentados ni con la nobleza de sangre, ni con el derecho divino. Sin embargo, en la república también puede haber formas de autoritarismo, como en algunas repúblicas comunistas.

Sin embargo, en las repúblicas, idealmente, todo poder político posee un contrapeso de acuerdo a la separación y autonomía de los poderes públicos del Estado: un ejecutivo, un legislativo y un poder judicial, cada uno independiente del otro y en capacidad restringir las decisiones del otro, de acuerdo a sus competencias específicas.

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Referencias