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Hedonismo

Te explicamos qué es el hedonismo, sus corrientes, características y principales representantes en la historia y en la actualidad.

¿Qué es el hedonismo?

El hedonismo es la escuela filosófica y doctrina moral que considera el placer como el único y supremo bien de la existencia humana, de modo que la satisfacción se convierte en el único fin y fundamento de la vida.

Su nombre proviene del vocablo griego hédoné, equivalente a “placer”, y sus orígenes provienen de la Antigüedad clásica, aunque han existido formas distintas de hedonismo a lo largo de la historia. A menudo se confunde al hedonismo con la búsqueda de los placeres meramente físicos, lo cual es sólo un aspecto de lo valorado por esta doctrina.

El arte, la amistad, el conocimiento, la simpatía, son formas de placer perseguidos por los hedonistas. Por otro lado, las formas físicas son consideradas como efímeras o incluso contraproducentes, pues brindan breves instantes de intenso placer a cambio de sufrimientos que pueden llegar a ser mucho más duraderos.

En la antigüedad griega, dos grandes escuelas de pensamiento filosófico hedonista surgieron: la cirenaica y la epicúrea, dirigidas por Aristipo de Cirene y Epicuro de Samos, respectivamente.

  • La escuela cirenaica. Era conducida por Aristipo de Cireno, discípulo de Sócrates, y uno de los grandes representantes clásicos del hedonismo. Fundada entre los siglos IV y III a. C., planteaba que el placer puede ser elegido individualmente, mediante la realización de los deseos personales, pasando por encima a los deseos de los demás, incluso si ello significaba cometer actos inmorales. Del mismo modo, invitaba a pensar únicamente en el hoy, dado que el futuro es incierto, extrayendo la mayor cuota de placer del momento vivido.
  • La escuela epicúrea. En cambio, tenía como objetivo evitar a toda costa el sufrimiento, procurándose la felicidad a toda costa mediante el empleo de la prudencia y la razón, aplicando así la doctrina socrática y la “buena vida” aristotélica. Así, el autocontrol y el manejo de los placeres constituían la guía para evitar futuros sufrimientos, lo que a menudo condujo a sus seguidores a una vida guiada por la indiferencia hacia el dolor, en lugar del disfrute positivo.

El hedonismo clásico sucumbió al pensamiento cristiano durante el medioevo. Sin embargo, fue revivido en el siglo XVIII por el filósofo y economista británico Jeremy Bentham (1748-1832), convertido en una doctrina moral y psicológica, de la mano del utilitarismo de la época.

Así el hedonismo llegó a la actualidad, a pesar de hallarse constantemente bajo ataque de las doctrinas morales y del moralismo.

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Características del hedonismo

El hedonismo se caracteriza por lo siguiente:

  • Se trata de una doctrina filosófica y moral que comprende el placer como el valor supremo y único de la existencia humana. Dicho placer, no obstante, no necesariamente se entiende como placeres físicos o sexuales, sino que también involucran a los placeres del espíritu, o a la ausencia misma de sufrimiento.
  • En tanto escuela filosófica, surgió en la Grecia Clásica con las dos escuelas del hedonismo: la cirenaica dirigida por Aristipo de Cirene, y la epicúrea dirigida por Epicuro de Samos.
  • Es generalmente una forma de pensamiento individualista, contraria a las doctrinas de bienestar social como el utilitarismo, y también a las doctrinas morales, como la mayoría de las religiones.
  • La mayoría de los hedonistas trataban al placer y al sufrimiento como si fueran variantes del calor y el frío, o sea, gradualmente, mediados por una escala simple y única.

Tipos de hedonismo

Hemos visto ya las dos escuelas clásicas del hedonismo: la cirenaica y la epicúrea. Pero el pensamiento hedonista no se limita a ellas, sino que reapareció en la historia de las ideas de distintas formas, como son:

  • El eudemonismo. De origen griego clásico también, específicamente en el propio Aristóteles, es una doctrina que justifica todo aquello que resulte necesario para alcanzar la felicidad. Los eudemonistas afirmaban que para alcanzar la felicidad se debe actuar conforme a la naturaleza, persiguiendo el punto medio entre nuestra parte animal (física) y nuestra parte social (mental).
  • El libertinismo. Una forma extrema de hedonismo que considera cualquier tipo de restricción moral o sexual del individuo no sólo innecesaria, sino además perjudicial, contraria a la naturaleza misma del ser humano. Fue defendida por el poeta y escritor inglés John Wilmot (1647-1680), así como por el célebre Marqués de Sade (1740-1814) en sus escritos literarios, lo cual le valió la cárcel y finalmente el manicomio, además de la prohibición de sus obras por parte de la Iglesia Católica.
  • El utilitarismo. Nacido entre el siglo XVIII y XIX de la mano de los filósofos británicos Jeremy Bentham (1748-1832), James Mill (1773-1836) y John Stuart Mill (1806-1873), esta doctrina daba un giro al hedonismo tradicional y lo dirigía al bienestar social de la mayoría, a partir de la idea del placer de ser útil. Desde una mirada más estricta del hedonismo, sin embargo, esta doctrina quedó por fuera, por no ser precisamente individualista en el planteamiento de los placeres.
  • El hedonismo contemporáneo. Defendida principalmente por el filósofo francés Michel Onfray (1959-) y por la escritora y sexóloga francesa Valérie Tasso (1969-). Procura hallar un modo de vivir la sociedad contemporánea de una manera jubilosa, que considera las pasiones del cuerpo como aliadas y no como enemigas, y que privilegie el instante por encima del devenir.

Representantes del hedonismo

Los principales representantes del hedonismo a lo largo de la historia serían los siguientes:

  • Aristipo (435-350 a. C.). Filósofo griego nacido en la ciudad griega africana de Cirene, fue discípulo de Sócrates, a quien conoció durante los juegos olímpicos y acompañó hasta el día de su ejecución. Fundador del hedonismo cirenaico, al mando de la cual fue sucedido por su hija Areta, era tildado de “afeminado” debido a que vivía rodeado de lujo y aceptaba toda comodidad que le fuera ofrecida.
  • Epicuro (341-c. 270 a. C.). Filósofo griego fundador del epicureísmo y del hedonismo racional, su doctrina estuvo muy influenciada por las obras de Aristóteles, de Demócrito y de los cínicos. Se rebeló contra el platonismo, contra las ideas del destino y la fatalidad, y fundó su propia escuela, apodada “El Jardín”, a la que permitía el ingreso de mujeres, esclavos y prostitutas. Su obra se ha perdido entera, pero conocemos de ella gracias al filósofo romano Lucrecio y su De rerum natura.
  • John Wilmot (1647-1680). Segundo Conde de Rochester, fue autor de una obra poética libertina, discípulo del pensador Thomas Hobbes y de otros libertinos franceses que buscaban rescatar a Epicuro, como Théophile de Viau o Claude LePetit. Murió de sífilis, alcoholismo y depresión, pero se dice que aceptó la extremaunción sólo en sus últimos minutos.
  • Marqués de Sade (1740-1814). Cuyo nombre real era Donatien Alphonse François de Sade, fue un filósofo y escritor francés cuya obra ficcional está protagonizada por antihéroes, violadores y promiscuos, así como jovencitas virginales que renuncian a su castidad de manera más o menos voluntaria. Su obra fue perseguida por la Iglesia Católica y el marqués sentenciado a cárcel y manicomio durante 27 de sus años de vida. Fue siempre un personaje escandaloso, cuya fama llega hasta nuestros días.
  • Jeremy Bentham (1748-1832). Filósofo, economista, pensador y escritor inglés, fue el fundador del utilitarismo, un modo de pensamiento que lo aproximó a vertientes democráticas y progresistas, bajo el objetivo de lograr “la mayor felicidad para el mayor número” de ciudadanos. Así, para el utilitarismo, lo bueno es lo útil y lo útil aumenta el placer y disminuye el dolor.

Principales opositores al hedonismo

El hedonismo contó con la oposición de los sectores morales de la sociedad desde sus inicios mismos. Su postura se acrecentó con las religiones monoteístas, como el cristianismo, cuya Iglesia Católica se opone rígidamente a las formas sensuales de pensamiento.

Según la doctrina cristiana tradicional, el cuerpo es pasajero y efímero, de modo que no tiene sentido complacerlo en lugar de custodiar la pureza del alma, la que perdurará y será juzgada por Dios.

Por otro lado, filósofos como el británico George Edward Moore (1873-1958), fundador de la filosofía analítica y defensor del realismo filosófico, dedicó buena parte de su obra Principia Ethica de 1903 a la refutación del hedonismo, acusándolo de caer en una “falacia naturalista” al concebir el placer como el bien superior.

De manera similar, psicólogos positivos y cognoscitivos han sugerido que la idea de que la vida se sustente en la búsqueda del placer, en lugar del compromiso, conduce a un mayor índice de insatisfacción, que lo que el psicólogo estadounidense Martin Seligman (1942-) llama “vida comprometida”.

Hedonismo en la actualidad

Existe una vertiente hedonista contemporánea que llevan adelante diversos autores y filósofos, sin convertirse en una doctrina unificada como tal. Por ejemplo Michel Onfray y Valérie Tasso proponen un hedonismo filosófico que no atraviesa el dinero y el consumo capitalista, sino que persigue “el difícil arte de establecer la paz consigo mismo” como lo pone Tasso en su Antimanual de sexo (2009).

Por otro lado, el filósofo británico transhumanista David Pearce plantea el imperativo ético de marchar hacia la abolición del sufrimiento de todos aquellos seres capaces de sentirlo. Esta postura es defendida en su libro El imperativo hedonista, que hace las veces de manifiesto para la Asociación Transhumanista Mundial de la cual Pearce forma parte fundacional.

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Referencias