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Espiritismo

Te explicamos qué es el espiritismo y en qué se diferencia de la espiritualidad. Además, te contamos su historia y cuáles son sus creencias.

¿Qué es el espiritismo?

Con el término “espiritismo” normalmente se hace referencia a un conjunto de convicciones, prácticas pseudocientíficas y doctrinas religiosas que comparten la creencia en la existencia inmortal de las almas de los fallecidos, las cuales pueden ser contactadas mediante rituales determinados (usualmente con la presencia de médiums o de sacerdotes) y que incluso pueden llegar a manifestarse en el mundo real.

En términos más simples, el espiritismo es el conjunto de prácticas y doctrinas que aspiran a superar la barrera entre el mundo de los vivos y el mundo de los muertos, con el propósito de obtener información, disipar embrujos y posesiones, o simplemente reunir a las personas con algún familiar fallecido.

No existe una entidad central que estandarice este tipo de prácticas, como una iglesia o una organización formal. Por eso, bajo el nombre de “espiritismo” pueden hallarse desde pseudociencias europeas hasta tradiciones religiosas de América Latina y el Caribe.

En general, el espiritismo atribuye a los espíritus de los fallecidos conocimientos, poderes y capacidades sobrenaturales, capaces de influir de manera determinante en el destino de los vivos. Estos espíritus (fallecidos recientes y antiguos) pueden tener intenciones egoístas o malignas, o bien pueden brindar soluciones y consejos, pero se les debe contactar de la manera adecuada y a menudo ofrecer algún tipo de favor o resarcimiento.

El contacto con los espíritus se realiza a través de sesiones especiales, bajo la guiatura de personas experimentadas en el trato con espíritus, incluso capaces de cederles su cuerpo en posesión, temporalmente, para que puedan hablar a través de sus cuerdas vocales. Esto último es tarea de los llamados “médiums” (o sus equivalentes en distintas religiones espiritistas).

Por esta razón, el campo del espiritismo ha sido particularmente propenso a los engaños, fraudes y manipulaciones desde su popularización en el Occidente moderno del siglo XIX.

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Origen e historia del espiritismo

Resulta difícil fijar un punto de origen universal para el espiritismo, dado que la creencia en el alma inmortal y en la existencia después de la muerte han acompañado a la humanidad desde épocas muy tempranas. Los espectros, los fantasmas y los viajes hacia el inframundo en busca de algún secreto o en pos de la amada perdida son motivos muy recurrentes en la mitología y la literatura de la Antigüedad, y tienen equivalentes en casi todas las culturas conocidas.

De hecho, en numerosos cultos y religiones de origen asiático, africano y americano los espíritus juegan un papel importante, como guardianes de su descendencia, consejeros ocasionales o fuente de peligros y enfermedades.

En las sesiones de santería de la religión yoruba caribeña, por ejemplo, es común la invocación de espíritus tutelares, pertenecientes a personajes históricos o ánimas del imaginario popular, para que realicen tareas y concedan favores, a cambio de bebida, comida y tabaco, por ejemplo.

Sin embargo, el espiritismo tuvo un rol protagónico en Occidente a partir de mediados del siglo XIX, cuando surgió como una pseudociencia vinculada al entretenimiento de la joven burguesía industrial.

Se le atribuyen distintos eventos fundacionales en Francia, Inglaterra y Estados Unidos, como las presencias sobrenaturales de la granja de los Fox en Hydesville, Nueva York (1848), pero lo cierto es que su gran popularización se debió a la publicación en 1857 de El libro de los espíritus del francés Hyppolite León Denizard Rivail, alias Allan Kardec (1804-1869), la primera de una serie de publicaciones espiritistas, fruto de sus investigaciones en la materia.

El éxito de las obras de Kardec fue tal que pronto hubo sociedades espiritistas en numerosos países de Europa y en los Estados Unidos, dedicadas a contactar con los difuntos a través de distintos métodos y procedimientos.

A pesar de las condenas que estas prácticas suscitaron tanto en la Iglesia católica como en las protestantes, en 1893 surgió en Estados Unidos la Asociación Nacional Espiritista y en buena parte de Occidente la existencia de los espíritus se presentó como un campo de estudio “científico”, que indagaba también en fenómenos como la clarividencia, la telepatía y la precognición.

Sin embargo, hacia comienzos del siglo XX ya se habían demostrado y confesado numerosos engaños en el ámbito del espiritismo. Equipos de investigadores colaboraban con magos e ilusionistas profesionales como el célebre Harry Houdini (1874-1926) para comprobar los métodos fraudulentos de la mayoría de los médiums y espiritistas.

Esto ocasionó un severo desprestigio de la disciplina, que cedió rápidamente el terreno ganado en casi todo el mundo, con la notoria excepción de Francia y Brasil, los dos países en que más se practica el espiritismo hoy en día.

Principios y creencias del espiritismo

El espiritismo no cuenta con un cuerpo homogéneo y universal de preceptos, ni con una doctrina unificada, de modo que sus creencias y principios pueden variar significativamente de un lugar a otro y de un grupo de practicantes a otro. Aun así, el espiritismo plantea una serie de postulados generales, que tienen que ver con lo siguiente:

  • El mundo está habitado por espíritus individuales, eternos, dotados de inteligencia y personalidad propias, que existen al margen de la realidad conocida. Estos espíritus no pueden interactuar con el mundo físico excepto en raras ocasiones, o a través de la posesión de un cuerpo viviente.
  • Los seres humanos que fallecen permanecen en el mundo como espíritus descarnados, pero en un plano de mayor o menor iluminación, dependiendo de sus características de personalidad y su vida vivida. Eventos traumáticos de gran importancia psíquica “anclan” a los espíritus a un lugar, un objeto o una persona.
  • La comunicación entre seres humanos y espíritus descarnados puede realizarse mediante objetos y procedimientos muy específicos, o mediante personas propensas a la posesión (como médiums, sacerdotes o “materias”).
  • La reencarnación existe, de modo que los espíritus descarnados pueden volver a nacer como seres humanos una vez que hayan alcanzado cierto nivel de iluminación o que hayan superado ciertos obstáculos éticos, místicos o emocionales.
  • El espiritismo no tiene doctrina oficial ni es un conjunto único de prácticas, sino que se apega a una filosofía universal: cualquiera puede establecer contacto con los espíritus a su manera, pero acudiendo a un especialista puede prevenir los riesgos que ello pueda traer.
  • No existen ángeles, demonios u otras criaturas sobrenaturales, sino que se trata de espíritus descarnados que han “involucionado” o se han extraviado en sus dolencias personales, convirtiéndose en espectros y causantes del mal. Esto puede ser distinto en las religiones espiritistas, que contemplan la existencia de espíritus mayores o deidades, como los orishas de la religión yoruba.

Diferencias entre espiritismo y espiritualidad

En un sentido muy amplio, la espiritualidad es el cultivo del alma o el espíritu, o sea, la atención de las necesidades ajenas a lo biológico y corporal, que se manifiestan en el ser humano.

Este concepto puede variar mucho, dependiendo de la doctrina filosófica o del punto de vista, y en religiones como la cristiana, por ejemplo, aluden a la salvación del espíritu mediante el código moral y ético propuesto por su doctrina. Por lo tanto, se trata de una categoría mucho más amplia que la del espiritismo, ya que esta última refleja un punto de vista específico respecto a los asuntos del espíritu.

Por otro lado, en el libro más famoso de Allan Kardec, El libro de los espíritus, se explica la diferencia terminológica entre “espiritismo” y “espiritualismo” desde un punto de vista estrictamente espiritista. Según Kardec, se llama espiritualismo a la creencia en una dimensión espiritual del ser humano, o sea, a la creencia en que los seres humanos poseemos una dimensión más allá de la corpórea. Esto vendría a ser lo opuesto al materialismo de las doctrinas ateas.

Por esta razón, Kardec bautiza a su doctrina como espiritismo, y explica que se puede ser espiritualista sin ser espiritista (por ejemplo, practicando una religión que proponga la salvación de las almas), pero que todo espiritista debe ser, necesariamente, un espiritualista, dado que cree en la existencia del espíritu.

Tipos de espiritismo

La práctica del espiritismo se puede dar según numerosas variantes o puntos de vista, ya que tampoco hay un conjunto universal de procedimientos para “contactar a un espíritu”. Así, es posible distinguir las siguientes corrientes espiritistas:

  • Espiritismo “científico”. También llamado espiritismo de mesa o Mesa Blanca, es la variante más apegada a lo propuesto en los libros de Kardec, por lo que a menudo se considera a sí misma “ortodoxa”. Su nombre proviene de que sus prácticas implican sentarse alrededor de una mesa cubierta por una tela blanca, generalmente de lino, usualmente con el médium a la cabeza. Suelen ser sesiones grupales en las que los espíritus se manifiestan de diferentes maneras, dependiendo de su nivel de intensidad y de sus intenciones.
  • Espiritismo de cordón. Heredera de las prácticas chamánicas y religiosas de diferentes pueblos africanos, americanos y asiáticos, esta corriente recibe su nombre del círculo que conforman sus practicantes, de pie y tomados de la mano, mientras entonan cánticos y realizan movimientos coordinados cuyo cometido es inducir al trance a quien “recibirá” al espíritu. En estas sesiones no suele haber guías ni sacerdotes, y se considera que los presentes están mucho más involucrados física y emocionalmente en el proceso de invocación.
  • Espiritismo cruzao. Propio de algunas regiones del Caribe y del continente Sudamericano, es una forma de espiritismo muy vinculada con las tradiciones bantú llegadas a América con los esclavos africanos de la época colonial. En ella se combinan prácticas tanto del espiritismo de mesa como del de cordón, y muchas otras propias del sincretismo entre catolicismo popular y el culto a los orishas de las religiones africanas.
  • Espiritismo indígena. Una corriente muy presente en los pueblos latinoamericanos y caribeños de mayor herencia indígena, especialmente en Puerto Rico y algunas regiones de Venezuela. Es una corriente propia de los entornos rurales, que reivindica el panteón de espíritus mayores de la religión y las tradiciones nativas de distintos pueblos precolombinos como los taínos y los caribes.

¿Es el espiritismo una pseudociencia?

En los ámbitos científicos y académicos, en general, el espiritismo se considera una superstición o una pseudociencia, ya que en su estudio no interviene el método científico, ni se aplican las normas de validación y comprobación por pares que son esenciales para la ciencia. Así lo consideraba, por ejemplo, el epistemólogo argentino Mario Bunge (1919-2020) en su libro La investigación científica (1969).

El espiritismo creció en popularidad durante la década de 1970, de la mano de las doctrinas del llamado “New Age”, junto con diversas terapias de sanación holística y mágica, como la imposición de manos, la sanación por cristales, entre otras. Todas estas doctrinas son consideradas pseudociencias o supersticiones.

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Referencias