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Desigualdad

Te explicamos qué es la desigualdad, en lo social, lo económico, la educación y la ley. Además, qué es la desigualdad de género.

¿Qué es la desigualdad?

La desigualdad ocurre cuando dos o más cosas o situaciones no son iguales, esto es, que no son equivalentes, ni justas, ni se corresponden. Esto puede referirse a cosas muy distintas, dependiendo del contexto.

Por ejemplo, en el campo de las matemáticas, se llama desigualdad a una relación de orden entre dos valores que no son iguales ni equivalentes, o sea, cuando no existe entre ellos una igualdad. Esta última relación se representa con el símbolo de “igual” (=), mientras que las desigualdades se representan con los símbolos “mayor que” (>) o “menor que” (<) dependiendo de cuál se corresponda. Así, por ejemplo, 2 < 3, 3 > 1, y 1 = 1.

Sin embargo, en el contexto de las ciencias sociales, el concepto de desigualdad adquiere numerosos y complejos significados, que hacen alusión a las distintas formas de inequidad que aquejan la vida de los seres humanos. Esto quiere decir que la existencia de los seres humanos no suele ser igualitaria ni equitativa, sino que algunos tienen mucho y otros tienen poco, algunos gozan de ventajas y otros en cambio se ahogan en dificultades.

A continuación revisaremos los distintos sentidos en que esto puede ser cierto.

Ver también: Igualdad

Desigualdad social

La desigualdad social es una categoría muy amplia, en la que se toman en consideración los diferentes aspectos de la vida de las personas y el modo en que éstos influyen en las oportunidades que tienen, el lugar que ocupan en la sociedad o la calidad de vida que les aguarda.

La desigualdad social se puede entender como la desigualdad en el lugar que las personas ocupan en el mundo y en la sociedad, específicamente en lo referido a su raza y etnicidad, su posición económica, su acceso a las instituciones de un Estado, su ejercicio laboral y otros aspectos semejantes.

La desigualdad social se fundamenta en la discriminación, o sea, en el establecimiento de clases y tipos de personas, algunos de los cuales son aceptables y bienvenidos, y otros en cambio despreciables y rechazables.

La desigualdad social se manifiesta, por ejemplo, cuando se le niega un empleo a una persona por su género, etnia, religión u orientación sexual. Otro ejemplo es negarle a las personas de un nivel socioeconómico bajo el ingreso a una tienda o a una institución, ya que se está reservando ciertas oportunidades, ciertos beneficios y ciertas experiencias para un sector específico, privilegiado, de la sociedad. Esto suele traducirse en que algunos tengan mucho y otros, en cambio, muy poco.

Más en: Desigualdad social

Desigualdad económica

La desigualdad económica o desigualdad de ingresos se puede entender como un aspecto apenas de la desigualdad social, referido exclusivamente a lo monetario y económico. Dicho de otro modo, la desigualdad de ingresos tiene que ver con el reparto desigual del dinero, y por ende de los bienes y servicios disponibles, entre los distintos actores de una sociedad, o incluso entre los distintos países del mundo.

Así, existen países de altos ingresos y países de bajos ingresos. Sus respectivos ciudadanos tienen más o menos oportunidades de protagonismo en el mundo dependiendo de a cuál pertenezcan; pero dentro de cada uno de ellos, además, hay ciudadanos con altos ingresos y ciudadanos con bajos ingresos, o sea, clases sociales ricas y pobres: las primeras tienen más de lo que necesitan y las segundas menos de lo que necesitan.

La desigualdad económica, en un mundo capitalista, se transforma rápidamente en otros tipo de desigualdades, dado que todo gira en torno al dinero. Quienes más dinero tienen pueden aspirar no solo a más y mejores experiencias de vida, sino también a más y mejores oportunidades de hacer dinero, lo cual se traduce en que la riqueza tiende a acumularse en pocas manos, dejando a muchos otros en situaciones de necesidad.

Desigualdad educativa

La desigualdad educativa tiene que ver con el reparto poco equitativo del acceso a la educación, ya sea a nivel global, o en un país determinado. Esto permite que en un mismo país convivan personas analfabetas con personas con muchos niveles de estudio.

Esta desigualdad repercute en la capacidad de trabajo de cada una y por lo tanto en su nivel de ingreso económico: las personas menos educadas pueden aspirar a trabajos peor remunerados y constituyen, por lo tanto, hogares más débiles.

Además, la desigualdad educativa conforma una barrera entre las clases populares y las adineradas, ya que la educación es mucho más que simplemente el adquirir un oficio económicamente rentable: es también una forma de concebir el mundo, de entender el funcionamiento del Estado y, por ende, de independencia. La gente más educada es más libre, por el simple hecho de contar con mayores herramientas conceptuales en la vida.

Imaginemos, a modo de ejemplo, a una persona que no sabe ni leer ni escribir. Al principio, contará con la energía física de la juventud y podrá ejercer trabajos exigentes que pueden incluso no estar tan mal remunerados; pero lo hará desde la posición más débil posible, ya que ni siquiera podrá leer y entender el contrato de trabajo al cual se adhiere, y en caso de que su patrono incumpla alguno de los términos del mismo, él ni siquiera podrá enterarse.

Conforme envejezca, las fuerzas empezarán a faltarle y con ellas probablemente las chances de hacer dinero, por lo que deberá depender del resto de su familia y de las pocas oportunidades que la vida, por azar, le depare.

Desigualdad legal

La desigualdad legal o desigualdad jurídica se refiere a la diferencia significativa de trato por parte del Estado y de los organismos de la ley que se da a los ciudadanos dependiendo de su posición socioeconómica, su grupo étnico, su género, religión o su orientación sexual, por ejemplo.

Las situaciones de desigualdad legal generalmente brindan un trato más suave y considerado a las clases pudientes, y uno más duro e inmisericorde a las clases bajas, lo cual contribuye a agrandar el abismo entre quienes más tienen y quienes no.

La desigualdad legal puede darse en la discriminación de ciertos grupos humanos, retirándoles la protección de la ley, o bien puede consistir en un trato diferenciado según estrato social, como cuando se dan penas más largas a criminales de una raza, que a criminales de otra, a pesar de que ambos cometieron el mismo delito.

La desigualdad legal es típica de sistemas jurídicos corruptos, regímenes autoritarios y dictaduras, o bien de Estados fallidos y culturas en las que impera el racismo, sexismo o fundamentalismo religioso profundo.

Desigualdad de género

La desigualdad de género es una forma de desigualdad social, que tiene que ver con la discriminación por motivos del sexo o de la orientación sexual. Esto quiere decir que a ciertos individuos se les priva de oportunidades económicas, educativas, legales o culturales por el simple hecho, por ejemplo, de haber nacido mujer o de ser una persona homosexual.

La desigualdad de género se hace evidente en el mundo contemporáneo de muchas maneras, y es un síntoma de una cultura sexista y patriarcal, que brinda menores oportunidades a las mujeres en materia de desarrollo educativo y profesional, o de protección legal, que a los hombres. Esto es fuente de desigualdades económicas, educativas y legales, naturalmente, como que las mujeres cobren sueldos más bajos por hacer el mismo trabajo que un hombre (la llamada “brecha de género”).

Más en: Igualdad de género

Referencias