Independencia
Te explicamos qué es la independencia, el origen del término y qué son la independencia psicológica, económica y política.
¿Qué es la independencia?
Por independencia nos referimos, normalmente, a la capacidad de obrar de manera autónoma, es decir, de poder tomar las propias decisiones y velar por la propia existencia sin necesidad de tutorías o controles de nadie. Dicho de otro modo, la independencia se traduce en el control de las cosas que son propias y en la toma de decisiones libres, sin estar sometidas al arbitrio de terceros.
Este es un término proveniente del latín, compuesto por las voces in- (“sin”) y dependere (“colgar de”, “someterse a”), y que se aplica a muy distintos ámbitos de la vida y del saber, como antónimo de dependencia. En general se trata de un término con connotaciones positivas, que se puede usar a propósito de personas, de instituciones o incluso de naciones enteras, y en ámbitos tan diferentes como la vida emocional, la política o la economía.
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Independencia psicológica o personal
En psicología y desarrollo personal, nos referimos a la independencia para señalar el margen de autonomía de los individuos, esto es, su capacidad para tomar sus propias decisiones, emprender sus propios proyectos y, en general, decidir sobre la propia vida sin necesitar de la supervisión de nadie.
Todos nacemos en un estado de dependencia, tanto física como emocional, ya que estamos desde la edad más temprana sometidos a las decisiones de nuestros padres. Son ellos quienes nos dan de comer, nos visten, nos llevan al colegio, etcétera. De nosotros se espera, más adelante, que vayamos relevándolos de dicha labor, tomando poco a poco nuestras propias decisiones y llevando el timón de nuestra vida.
Los primeros indicios claros de independencia psicológica o personal se dan en la adolescencia, a menudo bajo la forma de la rebeldía. Estamos ávidos de tomar nuestras decisiones, incluso antes de tener la capacidad para reflexionar sobre ellas. Pero al iniciar nuestra vida adulta, debemos tomar el mando definitivamente, y ello implica hacernos responsables de lo que decidimos y de nuestro propio bienestar.
Así, una persona independiente psicológicamente será capaz de planificar y ejecutar su vida, sin necesidad de que alguien la lleve de la mano y le diga qué es lo correcto. Eso no significa que no se equivocará, sino que se hará cargo de sus errores, aprenderá de ellos, y asumirá su libertad personal, emocional y existencial con las responsabilidades que ellas implican.
Independencia política
La independencia política atañe, como es evidente, a las naciones y los países. Un país es independiente cuando goza de la soberanía sobre su territorio y sobre las actividades sociales, económicas y políticas que en él tienen lugar. Abarca el control territorial mediante las fuerzas armadas, el control de la burocracia y sus efectos sobre la vida ciudadana, y el poder de decisión respecto de los tratados internacionales que suscribe o no el país.
El clásico ejemplo de naciones no independientes lo constituyen las colonias: naciones sometidas al control de una metrópoli extranjera, desde donde se dictan incluso sus leyes y se deciden sus gobernantes.
Muchas naciones actuales, de hecho, adquirieron su soberanía a través justamente de guerras de independencia, libradas en contra de los Imperios coloniales de Europa. Por ejemplo, las naciones latinoamericanas se liberaron del control de España a través de una serie de cruentas guerras independentistas iniciadas entre 1804 y 1811.
Independencia económica
El término “independencia económica” ha sido empleado en diversos sentidos, dependiendo del contexto. En el más común y general, puede referirse a la solvencia económica, esto es, a la capacidad de un individuo de enfrentar sus deudas y satisfacer sus necesidades sin necesitar de la ayuda de nadie. En este sentido, forma parte de los requisitos para una vida independiente, es decir, para una vida adulta autónoma.
Por otro lado, se ha hablado de “independencia económica” en el contexto de los debates políticos históricos, para referirse a ciertos modelos políticos y económicos de espíritu desarrollista, o sea, que aspiran a desarrollar el potencial productivo de un país hasta hacerlo autosuficiente, y entonces -sólo entonces- abrirse al comercio con el resto del mundo.
Esta tendencia piensa la nación como un sistema autónomo, capaz de sostenerse a sí mismo en lugar de depender del comercio con el extranjero, lo cual le permite negociar con las demás naciones desde una posición de igualdad, y no de necesidad.
Este tipo de propuestas son muy comunes en naciones que fueron colonias europeas, ya que su liberación política no siempre trajo consigo autonomía económica, sino que muchas conservaron el modelo productivo dependiente que exporta materia prima e importa los productos derivados de ésta.
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Referencias
- “Independencia (desambiguación)” en Wikipedia.
- “Independencia política” en Wikipedia.
- “Vida independiente” en Wikipedia.
- “Independencia” en el Diccionario de la Lengua de la Real Academia Española.
- “Etimología de Independencia” en Diccionario Etimológico Castellano En Línea.
- “¿Qué es la dependencia psicológica?” por Alfonso Ramírez de Arellano en Letralia.com.
- “Independencia emocional” en Psicogrupo.