Comunismo utópico
Te explicamos qué es comunismo utópico y cómo surgen estas corrientes socialistas. Diferencias entre comunismo utópico y científico.
¿Qué es el comunismo utópico?
Se denomina comunismo utópico al conjunto de corrientes socialistas que existían en el siglo XVIII cuando los filósofos Karl Marx y Federico Engels surgieron con sus teorías de un comunismo científico, es decir, amparado en las leyes de la historia, según una doctrina teórica que bautizaron como “materialismo histórico”.
Para distinguir, así, al socialismo marxista de las corrientes ya existentes al respecto, que intentaban alcanzar la Revolución mediante procedimientos y postulados diversos, se propuso esta distinción entre sus propuestas. A menudo se acusa al comunismo utópico de oponerse al sistema capitalista de la plusvalía, pero carecer de herramientas para explicarlo, entenderlo y por lo tanto, superarlo.
Es común, por lo tanto, referirse a los pensadores del comunismo utópico con los nombres de “socialismo utópico”, “socialismo premarxista”, “protosocialismo” o “primer socialismo”.
Los representantes más importantes de esta escuela de pensamiento socialista fueron Robert Owen (Inglaterra) y Henri de Saint-Simon, Charles Fourier, Flora Tristan y Étienne Cabet (Francia). También conviene nombrar a Graco Babeuf, Filippo Buonarotti y Auguste Blanqui, por sus ideas sociales insurreccionales.
El comunismo utópico llegó a su fin durante el siglo XIX, cuando surgió el gran movimiento socialista coordinado por la Asociación Internacional de Trabajadores (1864-1876) que se fundamentaba en las ideas de Marx y de Bakunin. Sin embargo, su legado tendría una marcad influencia no sólo en el marxismo, sino en la socialdemocracia, el cooperativismo, el movimiento hippie, el ecologismo y el socialcristianismo.
Ver además: Comunismo de guerra
Diferencias con el comunismo científico
La diferencia entre estas dos vertientes del socialismo, a pesar de que en la llamada “utópica” haya diversos enfoques y aproximaciones a la materia, se fundamenta en el método empleado para comprender y derrotar el sistema capitalista.
A los socialistas utópicos se los acusa de ser meramente críticos del sistema, mientras que el socialismo marxista o científico habría propuesto un método crítico de comprensión de la realidad, que entendía la historia como una perenne lucha entre las clases sociales (la célebre lucha de clases) por asumir el control de los medios de producción. A dicho enfrentamiento el marxismo lo denominó “el motor de la historia”.
Otra diferencia radica en que el marxismo unificó en torno a sus postulados las distintas aproximaciones críticas al capitalismo, mientras que el socialismo utópico consistía en una diversidad de corrientes, a menudo contradictorias entre sí, que procuraban una nueva vía hacia una sociedad más justa.
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Las colonias utópicas
Las principales corrientes del socialismo utópico intentaron establecer colonias utópicas o comunidades utópicas, no llamadas de esa manera en su momento, y que eran intentos por fundar colonias agrícolas comunitarias que no dependieran del modelo capitalista sino que exploraran otras formas de relación más solidaria.
Sin embargo, estas comunidades fracasaron debido a discrepancias filosóficas y problemas económicos, y al surgimiento de camarillas y liderazgos personalistas en su seno. La mayor parte de estas comunidades experimentales se intentaron fundar en Francia, Brasil y Estados Unidos.