Ideas que confrontan pensamiento teológico con teoría evolutiva
Las ideas que confrontan el pensamiento teológico con la teoría evolutiva son posturas que se han desarrollado a lo largo del tiempo al intentar explicar de manera más precisa el origen de la vida y la evolución de las especies vivas.
Tanto el pensamiento evolutivo como el interés en el origen de las especies tienen sus raíces en la antigüedad. Los griegos, los romanos, los chinos y los islámicos han iniciado la búsqueda de una explicación concreta acerca de esos temas, oponiéndose a las ideas de la creación de un dios en particular.
Desde el punto de vista teológico, el creacionismo -descrito en muchas escrituras religiosas- rechaza completamente la evolución de las especies vivas. El debate entre la evolución biológica y el creacionismo es un conflicto entre la ciencia y la teología que se mantiene vivo hasta la actualidad.
El primero que dio indicios de las teorías evolutivas fue el francés Jean Baptiste Lamarck con su teoría de transmudación de especies.
Si bien Lamarck se cuidó de no ser tan criticado por la postura teológica, su sucesor científico, Charles Darwin, no lo hizo. De lo contrario, fue objeto de humillaciones debido a su teoría de selección natural y por su incredulidad religiosa.
Índice del artículo
Ideas de Jean Baptiste Lamarck
Idea de la transmutación de especies
A principios del siglo XIX, el naturalista francés Jean Baptiste Lamarck propuso su teoría de transmutación de especies, siendo la primera teoría completa en estar relacionada con la evolución de las especies vivas.
Lamarck no creía que los seres vivos provenían de un antepasado común, sino que las especies eran creadas a partir de la generación espontánea. Además, explicó la presencia de una “fuerza vital” que convertía poco a poco a las especies más complejas con el tiempo.
El francés afirmaba que estos cambios graduales de las especies serían heredados por la siguiente generación, ocasionando un cambio en el ambiente. Esta adaptación la llamó “la herencia de las características adquiridas”, conocidas como Lamarckismo.
La herencia de características adquiridas explica que los padres les transmiten a sus hijos rasgos que adquirieron por su relación con el entorno a lo largo de su vida.
Lamarck expuso su ley a través de las jirafas: el cuello de estos mamíferos se estiró por la necesidad de buscar alimentos en árboles mucho más altos.
Posición de Lamarck frente a la religión
En su época solo se aceptaba la idea de las especies creadas por Dios (relatadas en la Biblia); sin embargo, Lamarck propuso que los organismos habían evolucionado desde las formas más simples y primitivas hasta lo que son las especies vivas de hoy en día.
Lamarck se mantuvo apegado a la religión y nunca llegó a cuestionar la existencia de Dios; de lo contrario, consideró que Dios fue el creador de los animales, de las plantas, mares y lagos. Sin embargo, encontró una vía para poder explicar y exponer su pensamiento evolucionista con un total cuidado para evitar enfrentamientos con la Iglesia.
Muchos teólogos de la época lo consideraron un “deísta vago” al explicar una teoría que se salía por completo de los parámetros espirituales. Además, otros lo consideraron de poca fe al desafiar las escrituras de la Biblia.
Si bien la teoría de generación espontánea no resultó ser del todo cierta, es considerada como el primer acercamiento científico a la teoría de la evolución.
Ideas de Charles Darwin
El origen de las especies
Charles Darwin fue un naturalista inglés conocido por ser el científico que planteó la idea de la evolución de las especies vivientes, gracias a su teoría de la selección natural. Esta teoría está descrita en una de sus obras, titulada El origen de las especies.
En el libro, explica que todas las especies de seres vivos han evolucionado -a lo largo del tiempo- a partir de un antepasado común (una especie del cual partieron las siguientes especies).
Esta evolución gradual se dio mediante un proceso de selección natural: las condiciones ambientales juegan un papel clave en el desarrollo de las especies.
Darwin explicó en su teoría que las especies pueden ser lo suficientemente fértiles para su fácil reproducción; sin embargo, sobrevivirá aquella que pueda adaptarse al medio ambiente de forma natural.
Además, explicó que es un proceso lento, lo cual hace que las poblaciones cambien a lo largo del tiempo como parte de la misma adaptación al entorno.
A diferencia de Lamarck, Darwin propuso un árbol de vida ramificado para explicar que dos especies diferentes podrían compartir un ancestro común.
En la década de 1920 hasta 1940, su teoría fue aceptada tras estudios y desarrollos en la biología. Antes de esa época, las ideas de la evolución fueron explicadas por otros procesos arcaicos o por la religión.
Creacionismo versus evolucionismo
Charles Darwin propuso su teoría de la evolución en el siglo XIX, durante la Inglaterra victoriana; es decir, en una época marcada por las innovaciones tecnológicas, industriales y científicas.
Sin embargo, cuando Darwin realizó sus experimentos y escribió su reconocida obra, sabía que los dogmas de la fe cristiana estarían en desacuerdo con sus planteamientos.
De hecho, cuando finalizó sus estudios, esperó 20 años antes de publicar su obra El origen de las especies. La idea de que todas las especies vivas no habían sido creadas por Dios en siete días, sino que habían evolucionado durante millones de años por un proceso de selección natural, fue un sinónimo de polémicas y discordias en esa época.
En su juventud, Darwin poco a poco fue cuestionando el libro del Génesis de la Biblia (el relato de la Creación de Dios) mediante sus investigaciones científicas.
Su postura atea en una época en donde la Iglesia anglicana de Inglaterra estaba en auge desató un escándalo en la sociedad.
Tras la publicación de sus teorías evolutivas, la Iglesia concibió su obra como una de las ideas más perversas del mundo. El biólogo fue sometido a innumerables humillaciones, comparándolo incluso con la serpiente malvada del jardín del Edén que narra el Génesis de la Biblia.
Aceptación de la teoría
Con la propuesta del naturalista checo Gregor Mendel sobre la herencia genética -redescubierta en el siglo XX-, se comenzó a aceptar la teoría de la selección natural de Darwin.
A partir de 1920, se presentaron las teorías de la selección natural de Darwin unidas a la teoría genética de Mendel (que había sido olvidada con el tiempo) como una “síntesis evolutiva moderna”. La síntesis representa, incluso en la actualidad, la visión moderna sobre la evolución.
Sin embargo, gran parte de la comunidad cristiana de la actualidad rechaza la teoría de la evolución de Darwin por su incompatibilidad con el relato de la creación narrado en la Biblia.
Aún así, el Papa Francisco defendió públicamente la teoría de evolución de Darwin y la teoría del Big Bang. Según el líder de la Iglesia católica, las ideas científicas de Darwin no contradicen el relato divino; incluso fusionó las dos ideas mediante la noción de que la creación darwiniana necesitó de la creación divina para dar origen a la vida.
Referencias
- Darwin vs Dios, Pablo Jáuregui, (n.d.). Tomado de elmundo.es
- “Charles Darwin y Alfred Russel Wallace: ¿iguales pero distintos?” por Peter J. Bowler, Portal Cuaderno de Cultura Científica, (n.d.). Tomado de culturacientifica.com
- The Theological Argument For Evolution, George Murphy, (1986). Tomado de asa3.org
- La teoría de la evolución responde a la imagen del Dios bíblico, Portal Tendencias 21, (n.d.). Tomado de tendencias21.net
- Historia del pensamiento evolucionista, Wikipedia en español, (n.d.). Tomado de wikipedia.org