Biología

Selección natural: qué es, mecanismo, condiciones, ejemplos


¿Qué es la selección natural?

La selección natural es un mecanismo de la evolución que permite a los individuos más adaptados de una especie tener mayores posibilidades de supervivencia, por lo que estos organismos son los que terminan transmitiendo sus genes, generando condiciones favorables para sus descendientes.

Las mutaciones genéticas que resultan benéficas para la especie se van transmitiendo a través de la reproducción y así puede nacer una nueva generación que cuenta con mejores opciones tanto para sobrevivir, como para continuar reproduciéndose. 

Fue el naturalista Charles Darwin (1809-1882) quien introdujo este concepto en su célebre libro El origen de las especies, que resultó todo un hito en la comunidad científica y también entre el público general, convirtiéndose en un éxito de ventas y en una referencia fundamental para entender cómo funciona la evolución.

Darwin descubrió que la selección natural es lo que permite a las diferentes especies que pueblan la Tierra adaptarse y cambiar, de acuerdo con las circunstancias que los rodean. Además, también se dio cuenta de que los rasgos que presentan ventajas para cierta especie, con el tiempo se vuelven mucho más comunes entre la población. 

Mecanismo de la selección natural, de acuerdo con Darwin 

De acuerdo con las ideas planteadas por Charles Darwin, el mecanismo evolutivo de la selección natural funciona de la siguiente manera:

  1. Los organismos que forman parte de una especie tienen diferencias entre sí
  2. Entre estos organismos se presenta una lucha por la subsistencia, que es distinta según el medio en que se desenvuelva la especie o los ejemplares.
  3. En esta lucha, hay ciertos individuos que desarrollan características que les brindan ventajas, por lo que cuentan con mayores probabilidades de sobrevivir. 
  4. Al mismo tiempo, los ejemplares que presentan esas ventajas, tienen un mayor porcentaje de probabilidades de transmitir sus genes, por medio de la reproducción, transmitiendo las características que les brindan beneficios en su entorno. 

Condiciones para que se lleve a cabo la selección natural

Para que pueda activarse y funcionar el mecanismo de la selección natural, debe haber ciertas condiciones:

  • Debe haber variabilidad fenotípica, ya sea en el plano físico, fisiológico o incluso en la conducta y hábitos. Además, debe existir una relación entre esa cualidad y la eficacia del individuo para sobrevivir.
  • Las características variables tienen que poderse transmitir mediante la herencia; es decir, que los individuos que las posean sean capaces de reproducirse, para que esas cualidades puedan estar presentes en otras generaciones.
  • También es importante que haya una adecuación biológica, lo que permite que ciertos ejemplares o individuos se adapten mejor a algunas circunstancias.

Ideas erróneas sobre la selección natural

1. Sobrevive el más fuerte

Uno de los errores más comunes al explicar la selección natural es la afirmación de que sobreviven los individuos más fuertes. No necesariamente los organismos más fuertes dejan descendencia, por lo que es un atributo que puede o no estar presente en los procesos de selección natural. 

En realidad, los organismos que sobreviven son los más adaptados al entorno en el que se desenvuelven y el mecanismo de selección natural se activa cuando estos individuos logran reproducirse.

2. Evolución es igual a selección natural

De manera incorrecta se ha asumido que los términos selección natural y evolución son equivalentes, pero no es así. La selección natural es simplemente un mecanismo que forma parte de la evolución, y no necesariamente se pueden explicar los procesos evolutivos enfocándose únicamente en la selección natural.

Por otro lado, las características que se van depurando en un proceso de selección natural, no en todos los casos llevan a cambios en la evolución de la especie.

3. La selección natural escoge a los individuos

En ocasiones se afirma que la selección natural “escoge” a los organismos que presentan características más favorables para la supervivencia, pero hay que recordar que se trata de un mecanismo y no de una fuerza que tiene la capacidad de seleccionar a un individuo o a otro.

Son los propios organismos quienes, acorde con sus capacidades y cualidades, logran adaptarse mejor al entorno, y con ello mejoran sus posibilidades de supervivencia.

4. La selección natural es “invención” de Darwin

Hay veces que se llega a afirmar que la selección natural es un invento de Charles Darwin, pero esta es una manera muy errada de aproximarse al concepto, ya que la selección natural es un fenómeno que ha ocurrido en el planeta desde hace millones de años y Darwin simplemente aportó el concepto para definir este proceso.

Además, es importante aclarar que este concepto no solo se debe a Darwin, pues el científico Alfred Russel Wallace también estaba trabajando en el tema, a la par que Darwin, pero este último recibió el crédito completo porque su libro se publicó primero. 

5. Los rasgos que no son favorables siempre desaparecen

Otra noción equivocada sobre la selección natural es la creencia de que aquellos rasgos que no benefician a una especie terminan desapareciendo en todas las ocasiones. 

Sin embargo, la evidencia muestra que no sucede así, lo cual queda claro en el caso de las enfermedades y los problemas genéticos que permanecen y se heredan generación tras generación.

La selección natural y Darwin

Para formular sus ideas acerca de la selección natural, Charles Darwin se embarcó en diversos viajes por todo el mundo, en los que pudo observar diferentes especies en su entorno natural.

En particular, fue relevante la expedición de la que fue parte entre 1831 y 1836, que se llevó a cabo en el barco Beagle y que llegó a Sudamérica, Australia y África.

Gracias a estos viajes, el naturalista inglés se dio cuenta de patrones en la distribución de las especies que observaba, así como de las diferentes cualidades de los organismos que conformaban cada especie. 

Cuando estudió a los pinzones de las Islas Galápagos, notó que había variantes entre especies muy parecidas y que estas variaciones obedecían a necesidades distintas que tenía cada especie, según el medio en el que se desarrollaba. Por ejemplo, el pico era diferente, de acuerdo con el tipo de alimentación que llevaba cada especie de pinzón. 

Tiempo después de que Darwin terminó sus observaciones, llegó a la conclusión de que las especies van cambiando con el tiempo, para adaptarse al entorno, y propuso que el mecanismo de la selección natural permite a los organismos modificar su descendencia y adecuarse al medio ambiente. 

El modelo creado por el científico, le permitió explicar los patrones y diferencias que había observado en las poblaciones que investigó y, fue así como propuso la teoría de la evolución, que explica el origen y los cambios de las especies que existen en el planeta. 

Ejemplos de selección natural

1. Jirafas

El ejemplo más clásico de la selección natural lo proporcionan las jirafas, mamíferos que no poseían en un inicio los largos cuellos que las caracterizan.

Se ha establecido que los ancestros de las jirafas eran muy parecidos a los ciervos, y sus cuellos eran de tamaño regular. Mientras, los ejemplares que contaban con cuellos un poco más largos tenían ventajas en su entorno, y se reprodujeron con más éxito, lo que fue alargando los cuellos de las siguientes generaciones de jirafas, hasta llegar a los individuos que conocemos en la actualidad.

2. Pinzones

Los pinzones de las Islas Galápagos tienen diferentes tipos de picos. Esto se debe a que, en tiempos de sequía, los individuos que contaban con picos de mayor tamaño sobrevivieron mejor.

Mientras, en épocas de lluvia, los pinzones con picos pequeños podían sacar mejor las semillas de menor tamaño que se producían en esa temporada. Así fue como ambas características fueron pasando de generación en generación, lo que derivó en picos diferentes en cada población.

3. Hormigas guerreras

Estos insectos cuentan con un interesante mecanismo de defensa que emite una señal química para alertar a las hormigas de una misma familia de que no se ataquen entre sí.

Algunas hormigas se adaptaron de tal manera que aprendieron a imitar la señal química de otras familias o colonias, lo que les permite atacarlas y obtener ventaja, apoderándose de colonias sin que sus miembros opongan resistencia. 

4. Ciervos ratón

Hay unos pequeños animales llamados ciervos ratón, que emigraron a Nebraska y cambiaron de color café oscuro a un café más claro. Este pequeño cambio les permitió sobrevivir mejor, pues así lograban esconderse de sus depredadores, incrementando rápidamente sus posibilidades de supervivencia en el nuevo entorno.

5. Pez de las cavernas

En México se descubrió que un pez de las cavernas perdió sus ojos, como una estrategia evolutiva para tener mejores posibilidades en el entorno oscuro. Mantener este elemento visual consumía mucha energía, así que los ejemplares que perdían los ojos tenían una ventaja sobre los que los conservaban. Para poder percibir lo que le rodea, el pez de las cavernas recurre a un método de succión.