Biología

Comensalismo: características, tipos, ejemplos


El comensalismo es un tipo de interacción entre dos especies, donde una de ellas se beneficia, mientras que la otra no sufre ningún tipo de daño, pero tampoco se favorece. En otras palabras, es una relación unidireccional.

Generalmente, el individuo que obtiene el beneficio se encuentra físicamente anclado o dentro del organismo con el que se relacionan. Las relaciones comensales se clasifican según el beneficio que se obtiene en relaciones de foresis, inquilinismo y comensalismo químico.

En el primer caso la especie se beneficia en términos de transporte, anclándose físicamente al cuerpo de un animal más grande. Esta asociación suele proveer, además de desplazamiento, un lugar seguro contra los depredadores.

El inquilinismo representa ventajas en cuanto a la disponibilidad de hábitats. Algunas especies son capaces de modificar el ambiente, y el resultado es la creación de nuevos nichos disponibles para otras especies.

El comensalismo químico involucra la degradación de compuestos químicos por una especie, en productos útiles – energéticamente hablando – para una segunda especie. Ha sido reportado mayormente en bacterias.

Además, el comensalismo puede ser del tipo facultativo u obligatorio. En el primer caso la especie beneficiada puede sobrevivir, a pesar que su compañero simbiótico esté ausente. En contraste con el obligatorio, donde la especie beneficiado sobrevive durante poco tiempo sin la otra especie.

En la naturaleza, encontramos diversos ejemplos de este tipo de interacciones, involucrando tanto animales y plantas como microorganismos. Las epífitas de los árboles, los peces pequeños que viven anclados a la superficie de peces más grandes y nuestra flora intestinal, son ejemplos destacados del comensalismo.

Índice del artículo

Características del comensalismo

Interacciones biológicas

En las comunidades biológicas, las especies que son partes de estas interactúan de distintas maneras, en extensas e intrincadas redes de interacción.

La relación puede suponer beneficios o bien acarrear consecuencias negativas para las especies que participan en la interacción. Los biólogos han clasificado estas serie de relaciones en función de cómo se ven afectados los organismos involucrados.

Cuando dos especies entablan una relación muy cercana y a largo plazo, se conoce como simbiosis. Este estilo de vida “en pareja” puede presentarse de tres maneras diferentes: como parasitismo, mutualismo o como comensalismo.

Nótese que aunque el término simbiosis posee popularmente connotaciones de interacciones positivas entre los seres orgánicos, también incluyen a las relaciones entre los parásitos y sus hospedadores.

Definiciones de comensalismo: teóricas y prácticas

El comensalismo es una interacción donde solo uno de los organismos obtiene algún tipo de beneficio directo de la relación. Su compañero, sin embargo, no se ve afectado de ninguna manera.

Teóricamente, una de las características más importante para considerar una interacción como “comensalismo” es que la relación entre las especies sea unidireccional.

No obstante, poner esto en práctica es difícil – y en ciertos casos, imposible. Por esta razón, una definición de comensalismo más amplia y más útil, es la interacción entre dos especies, donde una se ve beneficiada y otra se ve muy poco afectada, ya sea positiva o negativamente.

Tipos

-Según el beneficio

El comensalismo puede involucrar distintos beneficios para una de las especies, como lo es el transporte, la obtención de alimento o protección frente a los depredadores o a condiciones abióticas desfavorables.

El primer sistema de clasificación que mencionaremos para las relaciones comensales se fundamente en el tipo de relación que obtiene una de las especies. A continuación describiremos cada uno:

Foresis

El término foresis se utiliza cuando una especie es mecánicamente transportada por otra especie, llamada huésped. La relación no involucra ningún tipo de penalidad (nutricional o energética) para la especie que toma el papel de huésped.

La foresis es una manera de ubicar un micro hábitat temporal con un alto grado de predictibilidad, y provee una emigración potencial cuando el hábitat temporal desaparece.

Este fenómeno compensa en estos grupos su pequeño tamaño, permitiéndole recorrer distancias mayores. Además de compensar la falta de adaptaciones, como ausencia de alas, entre otras.

Transportarse sobre otro ser vivo mucho más grande acarrea otra serie de ventajas. Como protección a depredadores, a condiciones ambientales desfavorables, y en algunos casos, la especie transportada puede consumir los restos de alimento cazados por el huésped.

El ejemplo de foresis más notable en la naturaleza ocurre en los artrópodos. Las adaptaciones de este tipo sufrieron una radiación impresionante en el grupo de los ácaros (Acari).

Inquilinismo

Este tipo de comensalismo describe el uso de una especie secundaria como una especie de plataforma o cavidad que servirá para alojar a la especie que gozará del beneficio.

El concepto de inquilinismo es aún más amplio, e involucra a cualquier especie que usa como sitio para pernoctar cualquier estructura construida por otra especie, como nidos o madrigueras.

Conceptualmente, el término se solapa con otros tipos de comensalismo, como lo son la metabiosis, también llamada tanatocresia. En estos casos, una especie modifica el hábitat, y esta modificación es aprovechada por una segunda especie

De manera general, se considera a las lombrices de tierra y otros organismos que habitan los suelos como metabiontes, ya que estos se encargan de modificar las condiciones de una manera positiva, y una amplia gama de especies son capaces de colonizar el ambiente gracias a las reformas iniciales.

La tanatocrecia hace referencia al aprovechamiento de cualquier tipo de recurso dejado por un animal muerto. Por ejemplo, el cangrejo ermitaño se vale de las conchas que dejan vacías ciertas especies de caracoles.

Comensalismo químico

El comensalismo químico es un tipo de comensalismo muy particular que suele aplicarse – pero no en todos los casos – a un sistema de interacción compuesto por dos bacterias. También se ha reportado para las levaduras.

En este caso, un tipo de bacterias metaboliza un químico que no es útil para la segunda. El producto metabólico de las reacciones llevadas a cabo por la primera bacteria ahora si es útil para la segunda bacteria.

-Según la necesidad de la interacción

Adicionalmente, existe otro sistema de clasificación. El comensalismo puede ser clasificado en términos de la necesidad de los participantes de la relación por su compañero. Así, tenemos al comensalismo obligatorio y al facultativo.

Obligatorio

En el comensalismo obligatorio, uno de los organismos depende enteramente de la relación con la otra especie. Cuando su compañera falta, la supervivencia de la especie beneficiada disminuye de manera significativa.

Este tipo de comensalismo lo podemos encontrar en la relación que entablan ciertas especies de moluscos y anélidos con una especie de quelicerado conocido comúnmente como cangrejo de herradura o cangrejo cacerola (Limulus).

Los invertebrados pequeños suelen encontrarse adheridos a la superficie del cangrejo cacerola y residen de manera obligatoria en su concha.

Facultativo

En el comensalismo facultativo, la especie que obtiene el beneficio en la relación puede sobrevivir cuando su compañero se encuentra ausente.

El lobo ártico, por ejemplo, se beneficia de los restos de los alimentos casados por el oso polar. Esto disminuye la energía usada por el lobo para capturar a sus presas, y facilita en gran medida el proceso. No obstante, en ausencia del oso, el lobo puede sobrevivir cazando su propio alimento.

Otro ejemplo más cercano a nosotros es la presencia de roedores, como ratas y ratones, en los ambientes domésticos. La presencia del hombre ha favorecido un incremento en las poblaciones de estos pequeños mamíferos, proporcionándoles comida y lugares de descanso seguros.

Sin embargo, los roedores son capaces de vivir fuera de estos sitios y encontrar su propio alimento.

Ejemplos

Pez payaso y las anémonas

Una de las interacciones animales más popular es la relación existente entre los pequeños peces del trópico conocido como “pez payaso” y las anémonas de mar.

Las anémonas se caracterizan por poseer una serie de tentáculos punzantes que usan para defenderse. Las anémonas pueden sobrevivir sin problema en ausencia del pez payaso, pero el pez no puede sobrevivir por mucho tiempo si no se aloja en el interior de su compañero simbiótico.

El pez payaso no se ve afectado por estas estructuras urticantes. Dichas especies poseen adaptaciones, como secretar un sustancia mucosa, que les permiten nadar libremente en el interior de la anémona sin sufrir ningún tipo de daño.

El pez obtiene protección, ya que la anemona es un sitio más que seguro para alojarse, mientras que la anémona no obtiene beneficio de la interacción. Además, el pez puede consumir las sobras de las presas de la anémona, reduciendo el coste energético que implica buscar alimento.

Desde este punto de vista, la relación es un claro ejemplo de comensalismo. Algunos autores alegan, sin embargo, que la anémona si se ve afectada de manera positiva. Esta visión sugiere que el pez proporciona defensa contra posibles consumidores la anémona.

Plantas epífitas

Existen una serie de plantas conocidas bajo de la denominación de “epífitas”, que crecen en las ramas de otros árboles. En esta interacción no existe ningún tipo de parasitismo nutricional, es decir, la planta epífita no toma nutrientes del árbol o planta más grande donde está siendo hospedada.

En contraste, el beneficio que obtiene es netamente “mecánico”. Las plantas están alojadas en una relación donde puede captar mayor cantidad de radiación solar (con respecto al suelo). Un aumento en la captación de luz se traduce en un aumento en la producción de alimento para la epífita.

Crustáceos marinos

Ciertas especies de crustáceos marinos crecen sobre otros organismos acuáticos más grandes. Esto lo hacen para obtener protección del organismo, ganando desplazamiento en el océano y protección frente a los depredadores potenciales. Nótese que el organismo que los transporta no sufre ningún tipo de daño.

Rémoras

Las rémoras son un tipo de peces pertenecientes a la familia Echeneidae. Al igual que el ejemplo anterior, una de las características más llamativas del grupo es su comportamiento de adherirse a otros animales acuáticos más grandes, como las rayas, tiburones, tortugas marinas, entre otras especies.

Las rémoras cuentan con un sistema de succión en la porción anterior de su cuerpo que les permite adherirse eficientemente a los cuerpos de sus compañeros más grandes.

El beneficio que obtiene la rémora no se limita a obtener un desplazamiento gratuito por el océano, ya que el pequeño pez también se alimenta de las sobras de las presas del tiburón.

Además, las probabilidades de que la rémora sea consumida con algún depredador disminuyen exponencialmente si están adheridas al cuerpo de un tiburón.

El tiburón, por su lado, no se ve afectado significativamente por la presencia de la rémora. No obstante, algunos autores proponen que pueda existir cierta desventaja hidrodinámica por la rémora.

Microorganismos y humanos

Las relaciones entre especies también involucran a los organismos que no podemos observar a simple vista. Nuestro sistema digestivo es el hábitat de un número significativo de microorganismos comensales.

De hecho, los microorganismos no se restringen al sistema digestivo. Estos habitantes microscópicos empiezan a colonizar nuestro cuerpo al momento del nacimiento, cuando pasamos por el canal de parto, donde los lactobacilos se convierten en habitantes predominantes del sistema digestivo del recién nacido.

Posteriormente, el ambiente y la comida incrementan nuestro contacto con bacterias y otros microorganismos, favoreciendo el proceso de colonización.

Un número de importante de estas especies formara parte de la flora normal de nuestra piel y mucosas, estableciendo una relación de comensalismo.

Nuestro cuerpo les provee un ambiente óptimo para su crecimiento, mientras que nosotros no nos vemos afectado. Por ejemplo, ciertas bacterias viven en nuestros oídos y genitales, alimentándose de las secreciones de estas regiones.

Sin embargo, solemos escuchar que la flora bacteriana nos aporta beneficios. A pequeña escala, cada especie entabla una relación de comensalismo con nuestro cuerpo.

Sin embargo, la suma de todas las especies que forman parte de la flora normal ayuda a excluir competitivamente a otros microorganismos que podrían ser patógenos.

Pseudoescorpiones

Los pseudoescorpiones, o falsos escorpiones, son un grupo de invertebrados arácnidos, que recuerdan morfológicamente a un escorpión real, pero solo son parientes lejanos de este grupo.

Estos pequeños arácnidos tienen la habilidad de fijarse a una amplia variedad de artrópodos cuya movilidad es mayor. Entre los huéspedes están más de 44 familias de insectos y 3 de otros arácnidos.

Adicionalmente, los pseudoescorpiones se han encontrado en asociaciones con distintas especies de mamíferos, y hasta con especies de aves.

Referencias

  1. Bhatnagar, M. & Bansal G. (2010).Ecology and Wildlife Biology. KRISHNA Prakashan Media.
  2. Karleskint, G., Turner, R., & Small, J. (2012). Introduction to marine biology. Cengage Learning. Alters, S. (2000). Biology: understanding life. Jones & Bartlett Learning.
  3. Kliman, R. M. (2016). Encyclopedia of Evolutionary Biology. Academic Press.
  4. Tomera, A. N. (2001). Understanding basic ecological concepts. Walch Publishing.
  5. VanMeter, K. C., & Hubert, R. J. (2015). Microbiology for the Healthcare Professional-E-Book. Elsevier Health Sciences.