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Oso polar: qué es, características, hábitat, alimentación, reproducción


¿Qué es el oso polar?

El oso polar u oso blanco (Ursus maritimus) es un mamífero placentario altamente especializado para vivir en el hielo marino del Ártico. Pertenece a la familia Ursidae, por lo que es pariente de los osos pardos.

Su hábitat está dentro del Círculo Polar Ártico, abarcando el océano Ártico y los mares y las masas terrestres que lo rodean.

Debido fundamentalmente al cambio climático, el oso blanco ha perdido su nicho natural. Esto ha traído como consecuencia el notable decrecimiento de la población, convirtiéndolo en una especie en peligro de extinción.

El Ursus maritimus pasa gran parte de su tiempo en el hielo, por lo que su organismo ha desarrollado varias adaptaciones para sobrevivir en ambientes helados. Su pelaje es muy grueso y tienen una capa de grasa bajo su piel que le brinda calor y aislamiento ante las bajas temperaturas ambientales.

Son animales carnívoros, alimentándose fundamentalmente de la grasa de las focas. Esta le brinda una fuente importante de nutrientes, que metabolizará durante el verano, cuando disminuye la oportunidad de obtener alimentos. De esta forma obtiene la energía necesaria para realizar sus funciones vitales.

Características del oso polar

– Tiene la nariz afilada, lo que ayuda a que pueda oler a su presa hasta casi 70 centímetros debajo de la nieve. Los osos blancos tienen un sentido del olfato muy desarrollado, pueden distinguir el olor a 1,6 kilómetros de distancia.

– El hocico es largo, característica adaptativa que les permite cazar focas en el agua sin la menor resistencia. También la longitud de la estructura permite que el aire frío se caliente antes de llegar a los pulmones.

– Los ojos son negros y muy pequeños, en comparación con el tamaño de su cuerpo. Esto posiblemente reduzca el riesgo de quedar ciego a causa de la nieve. Tienen una membrana nictitante que rodea al ojo, de esta manera la luz solar no impacta directamente al globo ocular. A pesar de que su visión es limitada, es capaz de identificar los colores.

– En su boca hay un total de 42 dientes. Los caninos son afilados, poderosos y de gran tamaño. Los usan para desgarrar las partes suaves de la carne. Los incisivos son los pequeños y deciduos.

– Las orejas son cortas y redondeadas. Esta es probablemente una adaptación que le permite al oso nadar durante horas e incluso días. Si sus orejas fueran largas, podría permitir la entrada del agua al oído, dañando el canal auditivo.

– Los osos blancos tienen hasta 10 centímetros de grasa, siento esto casi la mitad del peso total de su cuerpo. A parte de servir como protección ante el inclemente frío, es un almacén de energía.

– Durante los meses de temperaturas más altas, la nutrición de estos animales depende de esta grasa. Esto es motivado a que la caza de la foca se vuelve casi imposible.

– Los machos llegan a pesar entre 350 y 700 kilogramos, midiendo hasta 3 metros. Las hembras son más pequeñas, presentando un notable dimorfismo sexual. Estas pesan unos 150 o 250 kilogramos, con una longitud máxima de 2,4 metros.

– Los osos polares están protegidos del intenso frío del Ártico por su piel, el pelaje y una capa de hasta 10 centímetros de grasa.

– La piel de oso polar es densa y de color negro. En el exterior está cubierta de pelos que parecen ser blancos, pero son transparentes. Este se encuentra dividido en dos tipos: los de protección externa y otros aislantes.

– Los pelos protectores son ásperos, huecos y transparentes. También son resistentes al agua, por lo que no se adhiere al pelaje.

– El pelo del oso polar no es pigmentado, adoptando el tono de la luz que lo ilumine. De esta manera, al atardecer o al amanecer, este pudiera verse de un tono naranja amarillento. La muda del pelaje comienza durante la primavera, terminando al final del verano.

– Sus extremidades son muy robustas, con grandes patas, lo que facilita al Ursus maritimus distribuir su carga corporal al caminar por el hielo. También lo ayuda a propulsarse mientras nada.

– Hay papilas –también llamadas protuberancias dérmicas– que cubren las almohadillas de las patas del oso polar. Estas evitan que el animal se resbale mientras se sujeta firmemente sobre la nieve. Los osos polares tienen pies parcialmente palmeados, permitiéndoles nadar con facilidad.

– Sus garras son robustas, cortas y no son retráctiles. Al caminar lo hacen con sus garras expuestas, proporcionándoles un firme agarre sobre el hielo. También pueden sostener a sus presas con ellas, dándole una gran ventaja sobre otros depredadores.

– A pesar de tener un cuerpo muy pesado y corpulento, el oso polar es un excelente nadador. Para lograr eso utiliza sus extremidades anteriores, las cuales son planas, parecidas a un remo. Estas las utiliza como estructuras propulsoras durante su nado.

– Además, la gruesa capa de tejido adiposo le permite flotar en las frías aguas árticas. Al nadar, este animal puede alcanzar una velocidad de 10 km por hora, mientras que su velocidad promedio al caminar es de 5,6 km/h.

Peligro de extinción

El Ursus maritimus ha sido categorizado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza como un espécimen vulnerable, debido al decrecimiento en su población en su hábitat natural.

Según las cifras de algunos organismos internacionales, durante los últimos 45 años su población ha disminuido alrededor del 30%.

El calentamiento global hace que el hielo marino se derrita, acarreando una gran dificultad para cazar los animales que conforman su dieta. Cuando llega el período de verano, el oso ya ha consumido su reserva de grasa, creando entonces altos niveles de desnutrición en la especie ártica.

La disminución de la cubierta de hielo obliga al oso a nadar mayores distancias en búsqueda de su alimento, agotando aún más sus reservas nutricionales. Ocasionalmente pudiera ocurrir el ahogamiento del animal durante el largo recorrido.

La escasa alimentación se traduce en una baja tasa reproductiva en las hembras adultas y una mayor muerte de cachorros y jóvenes. Además de esto, las hembras que están en gestación no pueden construir los refugios para sus crías. Si lo hacen, el hielo es tan delgado que podría derrumbarse fácilmente.

Contaminación

Los tejidos corporales de los osos polares tienen altas concentraciones de sustancias químicas contaminantes, como el bifenilo policlorado y los plaguicidas clorados. Las aguas y el ambiente están contaminados por estos compuestos tóxicos, fijándose a las grasas de los animales que allí habitan.

Estas sustancias están científicamente asociadas con algunos defectos de nacimientos, abortos de las hembras gestantes, cachorros con bajo peso y graves deficiencias a nivel inmunológico.

El derrame petrolero es otro factor que afecta a este grupo de animales árticos. Este no solo contamina las aguas, sino que afecta de manera directa al Ursus maritimus.

Si el pelaje de este animal se impregna de este líquido aceitoso, la función aislante del pelo estaría prácticamente reducida. Esto podría acarrear la muerte del oso polar por hipotermia.

Por otra parte, la grasa de las focas, su principal alimento, también está contaminada, y cuando la consume se enferma.

La caza

Tradicionalmente, los esquimales cazaban a los osos blancos por su piel y para consumir su carne. Los colonos europeos también lo hacían por deporte o para evitar su incursión en las poblaciones.

Actualmente, el humano caza de manera indiscriminada al oso polar. A pesar de que esta actividad se encuentra prohibida, en el mercado se comercializan sus pieles, las patas y las uñas. Inclusive, abiertamente en algunos países se ofrece el servicio de curtido de las pieles del oso.

Hábitat y distribución

El oso polar está distribuido en las aguas pertenecientes a la plataforma continental y las zonas interinsulares del Círculo Polar Ártico, hasta el sur de la Bahía James, situada en Canadá. Hacia el extremo sur, está en los límites de las regiones climáticas continentales húmedas y subárticas.

Estas regiones, conocidas como “anillo de vida ártico”, son altamente productivas biológicamente, comparadas con las profundas aguas del Ártico.

Los estudios científicos han organizado el hábitat del Ursus maritimus en 19 poblaciones, distribuidas en cuatro regiones diferentes del Ártico. Estas a su vez se encuentran en Groenlandia, la Federación Rusa, Canadá, Estados Unidos y Noruega.

Ecorregiones del Ártico

El hábitat del oso blanco puede dividirse en cuatro regiones. Estas difieren en cuanto a su geografía, niveles de hielo, estado y vulnerabilidad al cambio climático.

Hielo estacional

Se encuentra en la Bahía de Baffín, Bahía del Sur de Hudson, Estrecho de Davis, Cuenca de Foxe y Bahía del Oeste de Hudson.

Cada verano, en estas regiones el hielo se derrite casi completamente, lo que acarrea que los osos deban esperar hasta el otoño, cuando se congelen de nuevo, para poder cazar.

En estas zonas de hielo estacional, los osos polares se encuentran amenazados. Esto es debido a que están limitados para cazar a sus presas, teniendo que utilizar sus reservas de grasa para nutrirse.

Hielo polar divergente

En estas zonas, el hielo se forma a todo lo largo de la costa y luego se derrite, especialmente durante el verano.

Mientras el hielo se va retirando, este grupo de animales tienen dos conductas diferentes: se quedan en la tierra esperando que llegue el invierno y vuelva la masa fría o nadan largas distancias para llegar a otras zonas que tengan hielo.

En estas poblaciones los osos se enfrentan a varias situaciones de peligro: las largas distancias que pudiera nadar, ayunos prolongados y la presencia de humanos en la costa, quienes pueden cazarlos para vender su piel.

Las regiones que forman esta zona son el Mar de Barents, Mar de Beaufort Sur, Mar de Chukchi, Mar de Laptev y Mar de Kara.

Hielo polar convergente

El hielo marino convergente de la cuenca ártica es formado localmente y transportado naturalmente desde otras regiones del Ártico. De esta forma se acumula en la costa, facilitándoles a los osos polares el fácil acceso a las focas que se encuentran en las aguas marinas.

En estas áreas los osos tienen pocas amenazas, pues abundan los alimentos. Sin embargo, los especialistas predicen que si el calentamiento global continúa, en un lapso no muy lejano las poblaciones podrían reducirse notablemente.

Las regiones del Mar de Beaufort del norte, Groenlandia oriental y las islas de la Reina Isabel pertenecen a esta ecorregión ártica.

Hielo del archipiélago

Groenlandia y las islas en el Alto Ártico canadiense se encuentran al norte, lo que implica que durante todo el año existe hielo marino, incluso durante el verano. Esto es favorable para estos animales, pues las presas que forman su dieta son abundantes.

Las zonas con estas características son el Golfo de Boothia, la Bahía Noruega, la Cuenca de Kane, el estrecho de Lancaster, el Canal M’Clintock, y el estrecho de Viscount Melville.

Reproducción

Las hembras maduran sexualmente entre los cuatro y cinco años, los machos comienzan a reproducirse a los seis. Los machos se muestran agresivos con otros machos, enfrentándose por una hembra.

Los osos polares son poligínicos, pudiendo aparearse repetidamente a lo largo de una semana. Este proceso reproductivo induce la ovulación en la hembra.

Tras la copulación, el huevo fertilizado se mantiene en “reposo” hasta los meses de agosto o septiembre, cuando se activa y continua su desarrollo. Durante la gestación, la hembra come en grandes cantidades, almacenando grasa para utilizarla posteriormente.

A inicios del invierno, la hembra gestante cava en el hielo una cueva. Allí se introduce para entrar en un estado de inactividad, donde su frecuencia cardíaca disminuye de 46 a 27 latidos por minuto. Esto no es un período de hibernación, ya que su temperatura corporal no disminuye.

El período de gestación dura alrededor de 195 a 265 días. Entre los meses de noviembre y febrero nacen los cachorros. Permanecen juntos en la cueva hasta mediados de abril, cuando la hembra abre la entrada. Para esa época, el cachorro ya pesa unos 15 kilogramos.

Alimentación

Los osos polares son animales carnívoros, depredadores y oportunistas. En su dieta existe un animal favorito: las focas. Sin embargo, pueden comer especímenes como el reno, el buey almizclero, huevos, aves, roedores y cangrejos.

También, dependiendo de las variaciones del hábitat, pudieran comer algunas bayas, algas marinas, la hierba de Lyme y raíces de plantas.

Cuando el oso blanco va a cazar una especie terrestre como la perdiz nival, tratan de acercarse lo más posible antes de atacar. Generalmente las presas unguladas son cachorros, jóvenes, ancianos o lesionados. Como depredadores, pudieran consumir peces muertos y cadáveres de ballenas u otros mamíferos marinos.

A pesar de que puede alimentarse de diversidad de animales terrestres, el metabolismo del Ursus maritimus requiere de grandes cantidades de grasa, que es obtenida principalmente de los mamíferos marinos.

En la primavera, los osos blancos cazan a los delfines de pico blanco cuando estos se quedan atrapados en el hielo Ártico. Los restos son almacenados para ser ingeridos posteriormente durante el verano.

El oso blanco acecha a las focas, emboscándolas. Si la presa es acuática, estos animales se lanzan al agua, puesto que son excelentes nadadores. Inclusive, son capaces de matar ballenas belugas.

Comportamiento

Los osos polares no son territoriales. Aunque su apariencia pudiera ser feroz, generalmente son cautelosos, tratando de evitar las confrontaciones. Sin embargo, durante la época de apareamiento los machos de esta especie suelen tornarse agresivos, luchando con otros machos para poder aparearse con la hembra.

En general, llevan una vida solitaria. No obstante pudieran jugar entre ellos o dormir abrazados. Los cachorros son muy juguetones.

Los jóvenes suelen tener algunos comportamientos de peleas “amistosas”, consideradas como prácticas para los futuros enfrentamientos en la época reproductiva.

Para comunicarse utilizan varias vocalizaciones y sonidos. Las hembras les envían señales de alerta a sus crías emitiendo gemidos. Los jóvenes tienen llamadas de alerta que pudieran varían en tono e intensidad.

Cuando los osos blancos están nerviosos, emiten resoplidos, mientras que los gruñidos, los silbidos y los rugidos son empleados en situaciones donde requieren expresar agresividad.

Los osos polares se mantienen activos durante todo el año. La excepción son las hembras en gestación, quienes entran en un estado de letargo, donde no decrece su temperatura interna.

Referencias

  1. Polar bear. Recuperado de britannica.com.
  2. Polar bears. Recuperado de polarbearsinternational.org.
  3. Ursus maritimus. Recuperado de itis.gov.