Lengua y literatura

16 poemas sobre la paz originales y clásicos


La paz se entiende como un periodo de la historia en el que no hay guerra entre países o grupos, pero también es el estado mental de tranquilidad. Es un tema que ha sido tratado en numerosos libros o películas, y del que han reflexionado los poetas. De hecho, algunos de ellos la tuvieron que vivir en primera persona, siendo quizás el caso más trágico el de Federico García Lorca.

A continuación encontrarás una selección de poemas de paz de autores reconocidos y originales de nuestro autor. Podrás encontrar poetas como Francesco Petrarca, García Lorca, Miguel Hernández, Gloria Fuertes o Rafael Alberti.

Poemas sobre la paz de autores reconocidos

Paz, paz, paz(Rafael Alberti)

“¡Paz, paz, paz! Paz luminosa.
Una vida de armonía
sobre una tierra dichosa.”

“Paz sin fin, paz verdadera.
Paz que al alba se levante
y a la noche no se muera.”

  • Reflexión: el poeta expresa su deseo por conseguir la paz y porque dure.

“No tengo paz ni puedo hacer la guerra” (Francesco Petrarca)

No tengo paz ni puedo hacer la guerra;

temo y espero, y del ardor al hielo paso,

y vuelo para el cielo, bajo a la tierra,

nada aprieto, y a todo el mundo abrazo.

 

Prisión que no se cierra ni des-cierra,

No me detiene ni suelta el duro lazo;

entre libre y sumisa el alma errante,

no es vivo ni muerto el cuerpo lacio.

 

Veo sin ojos, grito en vano;

sueño morir y ayuda imploro;

a mí me odio y a otros después amo.

 

Me alimenta el dolor y llorando reí;

La muerte y la vida al fin deploro:

En este estado estoy, mujer, por ti.

  • Reflexión: el poeta habla de momentos de intranquilidad, dolor y tristeza por no tener el amor a su lado. Es por ello que no puede sentirse en paz.

“Solo tres letras” (Gloria Fuertes)

Sólo tres letras, tres letras nada más,

sólo tres letras que para siempre aprenderás.

Sólo tres letras para escribir PAZ.

La P, la A y la Z, sólo tres letras.

 

Sólo tres letras, tres letras nada más,

para cantar PAZ, para hacer PAZ.

La P de pueblo, la A de amar

y la Z de zafiro o de zagal.

 

De zafiro por un mundo azul,

de zagal por un niño como tú.

 

No hace falta ser sabio,

ni tener bayonetas,

si tú te aprendes bien,

sólo estas tres letras,

úsalas de mayor

y habrá paz en la tierra.

  • Reflexión: sublimes frases de reflexión sobre lo sencillo que puede ser tener paz en el mundo.

“Que se callen los cañones” (Lupercio Mundim)

Que se callen los cañones,

que dispensen los soldados,

porque las batallas son ilusiones

que sólo producen derrotados.

 

Que la paz siempre predomine

sobre la guerra y la violencia,

que el hombre nunca olvide

donde lleva su impertinencia.

 

Que los niños puedan jugar

con sus alegrías en sintonía,

que los adultos puedan brindar

a un futuro pleno de armonía.

 

Que las armas sean destruidas

porque sólo causan muerte y sufrimiento,

que nuevas alianzas sean tejidas

porque de la extinción no hay arrepentimiento.

  • Reflexión: un poema que habla sobre el anhelo de un mundo sin guerras ni armas que causen daño, uno mejor donde los niños puedan jugar en paz.

“Pido la paz y la palabra” (Blas de Otero)

Escribo

en defensa del reino

del hombre y su justicia. Pido

la paz

y la palabra. He dicho

«silencio»,

«sombra»,

«vacío»

etcétera.

Digo

«del hombre y su justicia»,

«océano pacífico»,

lo que me dejan.

Pido

la paz y la palabra.

  • Reflexión: el poema expresa la necesidad de la tan preciada paz por parte del poeta y su deseo de obtenerla.

“Tristes guerra” (Miguel Hernández)

Tristes guerras

si no es amor la empresa.

 

Tristes. Tristes.

Tristes armas

si no son las palabras.

 

Tristes. Tristes.

Tristes hombres

si no mueren de amores.

Tristes. Tristes.

  • Reflexión: el poema expresa el pesar por causa de la guerra y la falta de la tan necesaria paz.

“Bien pensará quien viere, Paz hermosa” (Lope de Vega)

Bien pensará quien viere, Paz hermosa,

que he de jugar de guerra en el soneto

que pide para vos cierto discreto,

destos que saben solamente prosa.

 

Estad segura, Paz, de guerra ociosa,

que yo no sé escribir por mamotreto;

sólo de vos diré que en su conceto

sois Paz de muchas guerras vitoriosa.

 

No tanta paz, encareced retiros,

que os sigue juventud ociosa y loca,

y guerra os volverán con persiguiros.

 

La bella retirada a vos os toca,

que temo que vendréis a desluciros,

si, siendo Paz, andáis de boca en boca.

  • Reflexión: el poema expresa una búsqueda constante de la paz.

“La paz de la aldea” (Emilio Bobadilla)

En la paz virgiliana de la aldea

corre el arroyo silenciosamente;

en el ramaje el pájaro gorjea,

y pasa la carreta lentamente.

 

El gallo da la hora; la campana

de la iglesia minúscula solloza

al declinar la tarde, y una anciana

a la puerta se sienta de su choza.

 

El trueno del cañón súbito suena

y la calma bucólica importuna

y al campesino de temores llena,

 

que ya presiente el próximo saqueo,

y sobre el ronco estrépito la luna

brilla ungiendo de paz el bombardeo…!

  • Reflexión: el poeta hace alarde de la paz de una aldea, calmada y alegre, la cual se tiñe de angustia tras escuchar un cañón disparar.

“Al aire la libertad” (Federico García Lorca)

«Mariana, ¿qué es el hombre sin libertad? ¿Sin esa

luz armoniosa y fija que se siente por dentro?

¿Cómo podría quererte no siendo libre, dime?»

«Los poetas seremos viejos y solitarios.

Bajo el olivo añoso cantaremos la Paz».

«Dirá: paz, paz, paz,

entre el tirite de cuchillos y melones de dinamita;

dirá: amor, amor, amor,

hasta que se pongan de plata los labios.»

  • Reflexión: un poema que habla del ser humano y su libertad, y cómo los poetas en tiempo de guerra, no se cansa de pedir paz.

“El jardín de la paz” (Ramón Luque Sánchez)

En el jardín de la paz

hay flores de mil colores,

son anhelos de ideales

que alegran los corazones.

 

Están verdad y alegría,

el perdón y la amistad,

sueños que paran la guerra,

está solidaridad.

 

También afecto y nobleza,

sinceridad y utopía,

compartir, honor, ayuda,

respetarse y valentía.

 

El que labra este jardín

no tiene oficio ni edad;

sólo basta el corazón

para cuidar a la paz.

 

En el jardín de la paz

la brotado la ilusión,

se regó con esperanza

y ha salido mucho amor.

 

En el jardín de la paz

hizo una paloma el nido,

cada uno de sus pichones

lleva una rama de olivo.

  • Reflexión: un poema que dibuja un jardín de paz en el que prevalecen los mejores y más preciados valores. Amor, valentía, esperanza y respeto son algunos de ellos.

“La flor de la paz” (María Cristina Azcona)

Abre sus pétalos de terciopelo

mientras la cubre gélido rocío,

hecho de lágrimas que forman río,

de los que sufren sin tener consuelo.

 

Rosa el fulgor ya desvanece el frío

de su color bajo un celeste cielo.

ya ni el dolor, el miedo o el flagelo

sobreviven ante su aroma pío.

 

Quiere darnos paz bajo un sol dorado,

esmeralda el cáliz, la faz sedosa…

sentir que al fin el mundo está cambiado…

 

Flor que nos da su fruto, generosa…

¡Debería crecer sobre este prado!

¡En vez de muerte vil y guerra odiosa!

  • Reflexión: el poema expresa un fuerte deseo de la poeta porque acaben las muertes a causa de la guerra, que luego lleguen a los campos muchas flores, ya que ellas simbolizan la paz.

Poemas sobre la paz originales

“Búsqueda hasta el descenso” (Juan Ortiz)

Buscarte en el panorama de la vida resultó viaje perdido,

laberínticos días devoraban con sus férreos espejos,

cargaban los ojos,

los pasos,

de imágenes terribles,

guerras,

espantos,

y en ningún lado te vi.

 

Ir por ti al ras de la orilla,

entre cadáveres de barcos náufragos,

me venció en la sal;

cada caracola gritaba consignas al infortunio,

peces muertos me nadaban la sangre,

vi el fondo prohibido donde ni Neptuno tiene permiso,

llegué a las arenas hondas,

tomé un poco,

y no te vi.

 

Volar por ti a la nube densa,

a la ciudadela del ala y el trueno,

no sirvió de nada,

me traspasaron querubines con lanzas de sol por andar donde no debía,

donde no se permitía mi esencia de hombre;

bajé,

pues,

herido por las verdades de Dios,

hecho semilla del origen

y horadé los cimientos de lo que fue el Edén,

y adentro,

callado en la entraña del silencio,

fue que pude verte por fin:

mítica y esquiva

paz.

  • Reflexión: el poema ahonda en lo difícil que es hallar la paz en el mundo, y cómo, al parecer, es en la muerte que se halla el verdadero descanso.

“¡Paz!’, pide en la trinchera” (Juan Ortiz)

“¡Paz!”, pide en la trinchera

el hombre solo, herido,

en su llanto ha entendido

que esa batalla, de él no era.

Que la guerra es una fiera

que tumba, recia, al horizonte,

es negro rinoceronte

que va y despedaza el alma,

“¡Denles la paz, denles calma!”,

ruega en su canto el sinsonte.

  • Reflexión: el poema habla de un hombre que clama por paz luego de haber presenciado y vivido la guerra al punto de estar por morir.

“Eso a lo que llaman ‘paz''” (Juan Ortiz)

Visitaba el campo santo,

buscaba la tumba del soldado solitario;

era un miércoles de ceniza,

el fin de la penúltima guerra.

 

La lápida era simple,

del epitafio al lirio,

de la hierba al contenido de la caja,

abajo,

donde todos algún instante.

 

Los aires otoñales despojaban de su última hoja al cerezo sobre mí,

y allí,

bajo su sombra quebrada,

desnuda,

yo despedía a mi padre.

 

Detrás de mi figura,

una fila hasta el portón

—y más allá—

aguardaba por su despedida,

porque sus muertos no pudieron retornar tampoco,

y no se sabe en qué fosa quedaron,

en qué recoveco del olvido los dejaron,

como eso a lo que llaman “paz”

desde que el hombre puso un pie sobre la tierra.

  • Reflexión: el poema habla de las guerras hechas en nombre de la paz y cómo nunca logran su objetivo, y cómo la paza jamás se ha presentado.

“Lo que un día se quiso nombrar paz” (Juan Ortiz)

Despertar,

de lo que fuese,

sobre otro color,

sin puertas,

edificios,

maquinarias,

ventanas,

sin caminos ni campanas,

sin una palabra siquiera,

nada que pudiera recordar lo que se fue,

que se existió en esa especie,

despojado de las cruces,

los candelabros,

las lunas,

de todo signo que intente salvar lo que jamás debió ser;

llegar a otro lugar que no sea arriba o abajo,

para no condenar ni maldecir a nadie;

no pertenecer,

ser un sonido venido de algo etéreo,

sentido verdadero

de lo que un día se quiso nombrar paz.

  • Reflexión: el poema hace referencia a la paz que está fuera de esta existencia, lejos de la humanidad y sus cosas.

“Paz, artilugio mítico” (Juan Ortiz)

La venden en pastillas,

en camisas,

collares, vestidos,

la ensalzan, aunque nunca ha sido,

la incluyen en documentales.

 

Va y cruza los umbrales luego de cada guerra,

sonríe encima de la sangre en tierra,

dice que era justo para haber sido,

para tener sentido,

y unir a las razas contendientes,

y abajo los convalecientes no entienden lo ocurrido.

 

Está de moda entre los presidentes,

alcaldes, gobernadores,

y en los alrededores de todo mandatario,

en la portada del diario brilla azul,

paloma en vuelo,

pero persiste en el suelo el hombre muerto,

sus hijos,

todos desprolijos,

sin justicia,

carentes de la humana caricia,

mas era necesario para alcanzar la utopía.

 

Se escribe,

se canta,

se recita,

se exalta,

sin embargo, jamás se alcanza,

paz,

artilugio mítico

combustible de la esperanza.

  • Reflexión: el poema habla de cómo la paz es un concepto fácil de hallar en la sociedad, pero en la práctica resulta una ilusión.

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