Qué es Fascismo:

Como fascismo se denomina un movimiento y sistema político-social de ideología totalitaria, nacionalista, militarista y antimarxista surgido en el siglo XX en Italia, y difundido en otros países. La palabra proviene del italiano fascio, que significa ‘haz’ o ‘fasces’, símbolo de este movimiento.

El fascismo fue fundado por Benito Mussolini en 1921. En cuanto sistema político, se proponía como una tercera vía ante el comunismo y el liberalismo imperantes en la época. Su objetivo era reivindicar una idea corporativa de la sociedad, basada en los principios de patria, orden y tradición bajo el comando de un líder carismático.

Esta ideología tuvo enorme repercusión política en la primera mitad del siglo XX, y llegó a establecerse como régimen en países como Italia y Alemania. También inspiró la dictadura franquista en España, la dictadura salazarista en Portugal y otros regímenes autoritarios.

En general, los regímenes fascistas se caracterizaron por tener un líder carismático, por su ideología nacionalista radical, por la centralización del poder y por formar dictaduras militares, contrarias a las libertades individuales y colectivas. También se caracterizaron por ilegalizar cualquier tipo de oposición, controlar los medios de comunicación, manipular el sistema educativo y poseer un eficaz aparato propagandista al servicio del máximo líder.

Símbolo del fascismo italiano.

El símbolo del fascismo se conoce como fascio o fasces. Se trata de un haz de treinta varas y un hacha, atadas con un una cinta roja. En la Antigua Roma, este objeto lo usaban los lictores, un tipo de funcionarios públicos que escoltaban a los magistrados. Por lo tanto, los fasces son una representación de fuerza, orden y disciplina.

Actualmente, la palabra fascismo suele usarse de forma peyorativa para designar actitudes o posturas autoritarias y antidemocráticas. Sin embargo, aunque todo fascismo es autoritario, no todo autoritarismo es fascista.

Características del fascismo

  • Rechazo del liberalismo, la democracia y el socialismo. El fascismo pretende ser una alternativa patriótica frente al liberalismo, la democracia y el socialismo. Por un lado, se riñe con el individualismo y la pluralidad del liberalismo y la democracia. Por el otro, se riñe con el concepto marxista de lucha de clases.
  • Nacionalismo radical. Todo se rige por el principio de patria, el deber patriótico y la restauración de la tradición y los mitos fundadores nacionales.
  • Personalismo y liderazgo carismático. El deber patriótico demanda la presencia de un líder carismático que convoque a las masas en torno al ideal ultra-nacionalista.
  • Corporativismo. El fascismo concibe a la sociedad como un todo articulado en torno al Estado. Para ello, establece un partido único e instituciones unificadas que se someten a este.
  • Propagandismo. El fascismo necesita a la sociedad movilizada a su favor. Por ello, controla los medios de comunicación, manipula el sistema educativo y establece un eficaz aparato propagandista.
  • Militarismo. Los políticos fascistas se apoyan en las autoridades militares como mecanismo de control ciudadano. Por ello, militarizan la sociedad.
  • Totalitarismo. El fascismo interviene en todas las áreas de la vida pública y privada, vigilando el orden político y moral por igual.
  • Racismo o xenofobia. La raza se invoca como parte de los principios de la unidad cultural o identidad nacional.

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Origen del fascismo

El fascismo tuvo su origen en Italia después de la Primera Guerra Mundial. Fue fundado en 1921 por Benito Mussolinni, quien llegó al poder en 1922. Desde allí, ejerció influencia al resto de Europa.

Entre las causas del fascismo se cuentan la Primera Guerra Mundial, el triunfo de la revolución bolchevique en Rusia y el quiebre del liberalismo. La Primera Guerra Mundial dio como resultado el Tratado de Versalles, tras el cual Italia se vio perjudicada en el reparto de los territorios y Alemania fue implacablemente castigada. Esto exacerbó el nacionalismo en ambos países.

El comunismo en Rusia, instaurado desde 1917, representaba una amenaza por el concepto de lucha de clases, de alcance internacional. A esto se sumó más tarde el descontento por la llamada Crisis de 1929, que los fascistas veían como prueba de la incapacidad del liberalismo para responder al desempleo y la escasez.

Declarado como una ideología ultra-nacionalista, que buscaba la unidad y el progreso, el fascismo instauró regímenes militaristas de partido único. Explotó los sentimientos de frustración de la población a través del liderazgo carismático y la propaganda. Al mismo tiempo, infundió el temor a través de la violencia y la represión de Estado. Por último, desarrolló políticas expansionistas e imperialistas.

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Consecuencias del fascismo

Los regímenes fascistas dejaron una serie de graves consecuencias a su paso. Entre las más importantes podemos mencionar:

  • Destrucción de la institucionalidad liberal y democrática. Los líderes fascistas desmantelaron por completo las instituciones con vocación liberal y democrática durante sus mandatos, y promovieron una ideología reaccionaria y conservadora.
  • Fin de las libertades políticas y civiles. Durante los regímenes fascistas, las libertades políticas fueron totalmente restringidas, lo mismo que las libertades civiles, especialmente en determinados grupos étnicos.
  • Segunda Guerra Mundial. El nacionalismo exacerbado de Alemania e Italia, así como la vocación imperialista de sus líderes, trajo consigo el inicio de la Segunda Guerra Mundial, que dejó millones de muertos y quebró la economía europea.

Fascismo en Italia

El fascismo en Italia, donde surgió, estuvo en el poder desde 1922 hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial, en 1945. Era fuertemente nacionalista y pretendía instaurar un corporativismo estatal, con una economía dirigista. Tuvo sus antecedentes en Milán en 1919, cuando Benito Mussolini fundó los Fascis italiani di combattimento (Fascios italianos de combate).

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Fascismo en Alemania

El fascismo en Alemania se expresó con el nazismo. El representante del fascismo alemán fue Adolfo Hitler. Ocupó el poder entre 1933 y 1945, período durante el cual el fascismo se expandió por Europa desatando la Segunda Guerra Mundial. El fascismo alemán tenía un componente racista muy exacerbado. Su fin estuvo marcado por la derrota de Alemania ante el bloque aliado.

Ver también Nazismo

Fascismo en España

El fascismo en España se manifestó a través del partido Falange Española (falangismo), fundado por José Antonio Primo de Rivera. Más tarde, Francisco Franco instauró un régimen de rasgos fascistas tras la fusión entre el falangismo y la llamada Comunión Tradicionalista.

El régimen de Franco sobrevivió hasta 1975. Sin embargo, desde el fin de la Segunda Guerra Mundial en 1945, la dictadura franquista asumió una identidad nacional-católica y se fue diferenciando del fascismo propiamente dicho, aunque sin perder el autoritarismo.

Ver también: Guerra civil española.

Fascismo en Portugal

En Portugal, Antonio Salazar impulsó un régimen dictatorial con rasgos fascistas durante el período conocido como Estado Nuevo. Este régimen se mantuvo en el poder hasta ser derrocado por la Revolución de los Claveles, ocurrida el 25 de abril de 1974.

Diferencia entre fascismo, autoritarismo y dictadura

El fascismo es considerado un movimiento ideológico de extrema derecha. Con mucha frecuencia, suele confundirse con regímenes autoritarios y dictaduras derechistas. Sin embargo, el fascismo se diferencia de otros regímenes autoritarios en varios aspectos.

En cuanto a la movilización política: el fascismo necesita la movilización de las masas en torno a una ideología para sostener su legitimidad, y por ello requiere de un líder carismático. Es decir, el fascismo se alimenta de la adhesión y el fanatismo de las masas en torno al líder. En cambio, los regímenes autoritarios o dictaduras comunes prefieren que la sociedad esté desmovilizada e individualizada.

En cuanto a la vida privada y la autonomía institucional: todas las instituciones cumplen funciones de intermediación política. Esto incluye iglesias, instituciones académicas, asociaciones, grupos económicos e, incluso, la familia. En cambio, los regímenes autoritarios o dictaduras no se interesan en controlar la vida privada.

En cuanto a la intervención económica del Estado: el fascismo interviene directa y abiertamente en la economía nacional, reorientando las prácticas económicas a sus fines ideológicos. En cambio, los regímenes autoritarios o dictaduras intervienen poco en la economía.

Ver:

Diferencia entre el fascismo y el comunismo

Los valores, ideología y propósitos del fascismo y el comunismo son muy distintos, aunque en la práctica, ambos promueven el partido único y son antipluralistas y antiliberales. Para comprender mejor qué es el fascismo, señalaremos tres diferencias con el comunismo.

En cuanto a su discurso ideológico: el fascismo apela a la restauración de la tradición y los mitos fundadores de la nación, ya que los ve como garantes del orden. El comunismo quiere crear una sociedad nueva y un hombre nuevo. Por ello, se propone como revolución.

En cuanto a su alcance: el fascismo es un movimiento nacionalista extremo, que convoca a todos los «nacionales», independientemente de las clases sociales a que pertenezcan para redimir a la nación. En cambio, el comunismo se basa en el principio marxista de la lucha de clases y, por ende, es internacionalista.

En cuanto a la jerarquía del poder: el fascismo defiende abiertamente la jerarquía vertical descendente. La línea de mando proviene del líder carismático. En el comunismo, el poder está centralizado en el partido de gobierno que, en teoría, recoge los intereses del proletariado (sindicatos, cooperativas, consejos comunales, etc.).

Ver también: