Qué es el Comunismo:
El comunismo es una doctrina política, económica y social que aspira a la igualdad de las clases sociales por medio de la eliminación de la propiedad privada de los medios de producción (la tierra y la industria). Suele clasificarse como una doctrina de ultraizquierda debido a la radicalidad de sus planteamientos.
Esta doctrina está fundada en las teorías de los alemanes Karl Marx y Friedrich Engels, para quienes el modelo capitalista, basado en la propiedad privada de los medios de producción, era responsable de la lucha de clases, es decir, de la desigualdad social.
El comunismo propone que los medios de producción sean entregados a la clase obrera o proletariado, lo que permitiría establecer relaciones de igualdad entre los diferentes actores sociales, así como garantizar una distribución equitativa de la riqueza y de los bienes producidos. El estadio final del comunismo sería la desaparición del Estado.
Vea también Izquierda política.
Características del comunismo
Hoz y martillo, uno de los símbolos del comunismo.
Entre algunas de las características del comunismo podemos nombrar las siguientes:
- Se basa en la teoría de la lucha de clases.
- Propone la eliminación de la propiedad privada de los medios de producción.
- Es antindividualista
- Es colectivista.
- Concibe al Estado como único intérprete legítimo del pueblo, al tiempo que aspira a una ulterior desaparición del Estado.
- Promueve el unipartidismo.
- Centraliza el poder.
- Tiende al totalitarismo.
Vea el desarrollo de estas y otras Características del comunismo.
Origen del comunismo
La doctrina comunista nace como una crítica al modelo del capitalismo industrial, plenamente establecido en la primera mitad del siglo XIX, si bien sus inicios se remontan al XVIII.
La industrialización había traído consecuencias como el abandono del campo, la migración a las ciudades, la formación de la clase obrera o proletariado y la separación de la burguesía en pequeña burguesía y alta burguesía.
Con esto, sobrevino una mayor brecha social entre los sectores populares (campesinado y proletariado) y la alta burguesía, la cual concentraba los medios de producción, los medios de información y el capital.
A partir de la publicación del Manifiesto del Partido Comunista en 1848, popularmente conocido como Manifiesto comunista, la doctrina comunista causó un gran impacto en la sociedad europea. El texto fue escrito por escrito por Karl Marx y Friedrich Engels por encargo de la Liga comunista londinense.
Más tarde, las cuestiones del capital y el capitalismo fueron ampliamente estudiadas en el libro El Capital de Karl Marx, publicado en 1867, el cual ha servido de base para las diferentes interpretaciones del comunismo.
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Implantación del comunismo
El comunismo se implantó por primera vez en Rusia gracias a la llamada Revolución rusa de 1917. Esta fue consecuencia de la crisis del régimen zarista, agravada con el advenimiento de la Primera Guerra Mundial. El proceso dio lugar a la conformación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), desintegrada apenas en 1989.
La influencia del pensamiento marxista, especialmente de la obra El capital, ha sido determinante en la formulación rusa del marxismo-leninismo, desarrollado por Vladimir Lenin, y del estalinismo, desarrollado por Joseph Stalin.
Además de Rusia, el comunismo fue implantado también en países como Corea (1948); China (1949); Vietnam del norte (1945); Vietnam del Sur tras la reunificación (1976); Cuba (1959); Laos (1975) y la República Moldava de Transnistria (1990).
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Comunismo en América Latina
En Latinoamérica existen diversas experiencias del comunismo, aunque cada una de ellas tiene características diferentes. Por eso, la identificación y clasificación de tales experiencias suele levantar grandes polémicas.
Tras el triunfo de la Revolución rusa en 1917, en América Latina se asistió a la fundación de varios partidos comunistas, tales como el Partido Comunista de Argentina (1918), el de Uruguay (1920), el de Cuba (1925), el de México (1929) y el de Venezuela (1931), entre otros.
Algunos partidos comunistas nacieron de la transformación de los partidos socialistas, como es el caso de Chile. Fue determinante para ello el liderazgo de Salvador Allende.
El caso más emblemático de la aplicación del modelo comunista en la región es Cuba, donde el comunismo se instauró tras la Revolución cubana de 1959, liderada por Fidel Castro y el Che Guevara.
En la región los movimientos de inspiración comunista de América Latina se han manifestado en dos grandes tendencias: una que apuesta por la revolución armada y otra que propone tomar el poder por la vía democrática.
Entre algunos de los movimientos armados podemos mencionar:
- Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en Nicaragua;
- Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T) o Tupamaros en Uruguay;
- Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en México;
- Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y Ejército de Liberación Nacional (ELN) en Colombia;
- Sendero Luminoso en Perú.
Entre los movimientos que accedieron al poder por la vía democrática destacan los casos de Chile durante el gobierno de Salvador Allende (1970-1973), y Venezuela, con el chavismo-madurismo (1999-actual). Sin embargo, en este último caso es necesario precisar que la vía democrática fue explorada solo tras el fracaso del alzamiento militar del 4 de febrero de 1992.
Comunismo primitivo
Comunismo primitivo es el nombre que Marx dio a una fase primaria de los procesos históricos de formación económica y social. Según Marx, esta fase se caracterizó por la propiedad común de las herramientas de producción, un bajo nivel de la fuerza productiva y una distribución igualitaria del resultado de la producción.
Para el autor, este tipo de comunismo correspondía a la forma más primitiva de producción, previa a la época de la división del trabajo, y sería consecuencia del estado de indefensión del individuo cuando aún no existían formas institucionalizadas de la sociedad.
Comunismo y socialismo
A pesar de que existe una tendencia a identificar socialismo y comunismo, ambas doctrinas difieren ampliamente en su objetivo y en los medios para alcanzarlo.
Para el comunismo, el objetivo es la eliminación de las clases sociales y el establecimiento de la absoluta igualdad social, que resultaría en la desaparición del Estado. El único medio para alcanzar esto es la eliminación de la propiedad privada de los medios de producción.
El socialismo propone la regulación del equilibrio entre las diferentes clases sociales, así como la regulación del poder de Estado mediante la participación ciudadana.
Aun cuando el socialismo admite el principio marxista de la lucha de clases en tanto que este moviliza los cambios sociales, no cuestiona la propiedad privada.
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