Qué es el Socialismo:

El socialismo es una doctrina sociopolítica y económica basada en la distribución de la riqueza y la justicia social. Propone para ello que el Estado participe en la economía regulando los medios de producción.

Esta ideología se expresa en corrientes muy diversas entre sí, que abarcan desde las moderadas y democráticas, como la socialdemocracia, hasta las expresiones más radicales y autoritarias, como el comunismo.

Las ideas socialistas nacen de la observación de que la pobreza no es natural, sino que es causada por los modos de organización socioeconómica creados por el ser humano. Por ende, la pobreza puede y debe combatirse.

Estos planteamientos aparecieron por primera vez a principios del siglo XIX como respuesta al capitalismo industrial y las desigualdades sociales ocasionadas por este.

La corriente más influyente del socialismo es la representada por Karl Marx y Friedrich Engels, y se conoce como marxismo.

Características del socialismo

A continuación se presentan las características más representativas de la teoría socialista en general:

  • Aspira a la igualdad social y cree que el Estado es responsable de garantizarla.
  • Politiza y moviliza a la sociedad, especialmente en torno al concepto de clase trabajadora.
  • Tiene nexos ideológicos con otras tradiciones como el liberalismo, la democracia y el republicanismo.
  • Abarca diversas tendencias de la izquierda política, algunas democráticas (centro-izquierda) y otras autoritarias (ultraizquierda o extrema izquierda).
  • Tiende a ser colectivista y comunitario.
  • Tiene vocación universalista, por lo que se opone a los nacionalismos.
  • Genera y concentra burocracia administrativa.
  • Tiende a la centralización de poderes.
  • Tiende a planteamientos revolucionarios, radicales y elitistas.

Historia del socialismo

El socialismo surgió en la primera mitad del siglo XIX en Europa, como un intento por dar respuesta a los problemas causados por el capitalismo y la industrialización.

Antecedentes del socialismo

Los antecedentes del socialismo se remontan a la Revolución francesa a finales del siglo XVIII. Sus valores de libertad, igualdad y fraternidad influyeron en el mundo occidental y despertaron el anhelo por una sociedad más justa.

Del contexto de la la Revolución francesa, fueron esenciales el concepto de ciudadanía y la reivindicación de los movimientos colectivos que cuestionaban la tradición. Uno de estos fue la Conspiración de los Iguales, liderada por el radical François Noël Gracchus Babeuf en 1796. Aunque fracasó, Babeuf alentó la ideología igualitarista que, mucho más tarde, inspiró el comunismo.

Despertar del socialismo

A principios del siglo XIX, el capitalismo y la industrialización iban de la mano. Aunque hubo un aumento de la producción y de la riqueza, las mayores ganancias se concentraban en unos pocos. La diferencia económica entre las clases sociales se agudizaba, y la clase trabajadora era la más afectada.

Ante el problema, surgieron una serie de teorías que reflexionaban sobre el papel de los medios de producción y la distribución de la riqueza. Se sucedieron muchas corrientes, y algunas fueron contemporáneas con otras. A pesar de las diferencia entre ellas, todas aspiraban a mayor igualdad social.

La historia de la teoría socialista puede ser estudia en dos corrientes principales:

  • Socialismo utópico, premarxista o protosocialismo;
  • socialismo científico o marxista.

Estas dos tendencias convivieron paralelamente con el anarquismo que, aunque tiene su propia tradición histórico-política, está estrechamente relacionado con el socialismo.

Socialismo utópico o premarxista

Corresponde a la primera etapa de formulación del socialismo. Dentro de esta corriente, destacaron los socialistas románticos, como Claude-Henri de Rouvoy, Conde de Saint-Simon (1760-1825), François-Marie-Charles Fourier (1772-1837) y Robert Owen (1771-1858).

El Conde de Saint-Simon planteaba la necesidad de articular a los industriales con la sociedad, bajo un esquema colectivo de planificación. Por su parte, Fourier creía en promover el cooperativismo bajo un esquema voluntario (apuntaba al trabajo como un placer), y Owen promovía la idea de un socialismo cooperativista.

El nombre socialismo utópico fue acuñado por Friedrich Engels como una descalificación. Hace referencia a la obra de Tomás Moro, Utopía, donde se describe una sociedad ideal.

Las críticas contra el socialismo romántico apuntaban que la corriente era idealista y no aportaba soluciones. En efecto, su teoría del cambio se basaba en nociones abstractas como la bondad, y desconocía a la clase trabajadora como actor social.

Socialismo científico o marxista

El socialismo científico o marxista fue posterior al socialismo utópico y pretendía dar una respuesta objetiva y pragmática al problema de la justicia social. Se basa en el materialismo histórico y en el análisis crítico y científico del capitalismo.

Sus principales ideólogos fueron los alemanes Friedrich Engels y Karl Marx, quienes describieron la lucha de clases como motor de cambio social, político y económico. El mecanismo de cambio sería la revolución de los trabajadores, lo que significaba reconocerlos como actores concretos de la sociedad y no como sujetos pasivos.

Karl Marx planteó también la teoría del valor-trabajo, tomada del pensador inglés David Ricardo. Esto es: si para el capitalismo el valor de los productos depende de la ley de oferta y demanda, para el socialismo proviene de la cantidad de horas-hombre (horas de trabajo) invertidas en su producción. Es decir, para Marx, el valor de los productos lo creaba el trabajador, sin el cual no habría producto ni mercado.

La influencia del marxismo creció gracias a dos eventos significativos:

  1. La publicación del Manifiesto del partido comunista el 21 febrero de 1848.
  2. El estallido de las Revoluciones de 1848, proceso también conocido como Año de las Revoluciones o Primavera de los Pueblos.

Los diferentes socialismos y las Internacionales socialistas

Las Revoluciones de 1848 representaron la entrada de la clase obrera como actor político de la sociedad contemporánea. Aunque fracasaron en sus propósitos políticos, impulsaron los primeros intentos por crear un movimiento obrero en Occidente. Este se llamó Asociación Internacional de Trabajadores o Primera Internacional. Allí coincidían grupos de izquierda de las más variadas tendencias. Pero solo funcionó entre 1864 y 1876.

En el año 1871 cayó la Comuna de París, que fue el primer intento por crear un gobierno de la clase obrera y que solo duró tres meses. Este acontecimiento dividió a la Primera Internacional en dos bloques: uno anarquista y otro marxista. El marxismo reunió las diversas tendencias socialistas europeas y, en 1889, formó la Internacional Socialista o Segunda Internacional, que llegó a extenderse a América, África y Asia.

Con la Primera Guerra Mundial en 1914, las tensiones internas crecieron. Los sectores alineados con la Revolución rusa se separaron y formaron la Internacional Comunista o la Tercera Internacional en 1919, y la Segunda Internacional se vino abajo. Desde entonces, el comunismo pasó a representar la expresión más radical del espectro socialista o ultraizquierda.

La Tercera Internacional estuvo bajo el control de los bolcheviques, que persiguieron a los disidentes. Esto dio lugar a una nueva escisión y a la formación de la Cuarta Internacional bajo el liderazgo de Trotsky, ocurrida en 1938.

Otra corriente comunista surgiría más tarde en China, enfrentada al comunismo ruso: el maoísmo, en 1950. Mientras tanto, los sectores socialdemócratas de Europa occidental, caracterizados por su moderación, restituyeron la Internacional Socialista en 1951. En ella aglutinaron las fuerzas democráticas de la izquierda como alternativa frente a la radicalidad del comunismo.

De este modo se formaron las principales corrientes socialistas que existen en la actualidad. Como se puede ver, el socialismo científico no fue un movimiento unitario, sino que dio pie a múltiples corrientes y partidos que marcaron el desarrollo de la historia.

Ver también:

Diferencia entre socialismo y comunismo

El socialismo y el comunismo tienen el mismo origen, pero tomaron caminos separados desde 1919. Ambos se basan en el principio de la lucha de clases. Sin embargo, sus objetivos y métodos difieren.

Para el socialismo, el Estado tiene la función de mantener el equilibrio entre los poderes públicos (a través de la democracia) y las clases sociales. Admite la propiedad privada de los medios de producción aunque, en algunos casos, puede reservarse la administración de ciertas empresas estratégicas de la nación.

El comunismo es una corriente radical de inspiración socialista, que propone alcanzar la absoluta igualdad de clases sociales. Esto supone eliminar la propiedad privada de los medios de producción. El Estado se encargaría de arbitrar los poderes mediante una fuerte burocracia de partido único, así como de dirigir y ejecutar la actividad productiva.

Puedes profundizar en:

Socialismo y capitalismo

La principal diferencia es que el capitalismo es un modelo estrictamente económico, del que se ha teorizado a partir de la experiencia previa. El socialismo, por su parte, surge como una teoría socioeconómica que poco a poco ha influido en los modelos de gobierno del mundo.

En aspectos más concretos, el capitalismo se basa en el uso del capital como fuente de riqueza, en la defensa de la propiedad privada de los medios de producción y en la ley de oferta y demanda como regulador del mercado. Por ende, tiende a la acumulación de capital.

Por su parte, el socialismo propone la regulación pública de la economía para garantizar la distribución de la riqueza y una mayor igualdad. Esto lo promueve a través de política públicas que encauzan la iniciativa privada con objetivos de justicia social.

Vea también Capitalismo.

Referencias:

Camero, Ysrrael: El mundo obrero: los socialismos. En línea. Generado el 14 de noviembre 2021. Disponible en Academia.edu. 2020.

Gaido, Daniel; Luparello, Velia y Manuel Quiroga (editores): Prefacio. Historia del socialismo internacional. Ensayos marxistas. Santiago: Ariadna Ediciones, 2020. ISBN: 9791036562976.

Marxismo. Diccionario Ferrater Mora. Entrada actualizada por Josep-Maria Terricabras Noguera. En línea. Generado el 12 noviembre 2021. Disponible en Diccionariodefilosofia.es.

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