Gastos de instalación

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Los gastos de instalación son aquellos en que incurre una empresa a la hora de hacer la puesta a punto de las instalaciones en las que desarrollará su actividad económica.

Todo coste dirigido al acondicionamiento de las instalaciones de una compañía deberá ser comprendido como gasto de instalación.

El objetivo de estos es asegurar que las condiciones físicas en que se presente el espacio sean consecuentes con el trabajo que desempeñen los profesionales.

Este concepto es frecuentemente empleado en ámbitos administrativos y de organización de empresas, donde es frecuente la realización de contabilidad de todo tipo de costes relacionados con su creación y funcionamiento.

Es importante destacar que a menudo los gastos de instalación incrementan el valor de los bienes prexistentes de inmovilizado.

Por ejemplo, si un bar decide mejorar su máquina de café con un añadido técnico, el valor del montaje del mismo será necesario tener en cuenta contablemente como un incremento de valor de dicha máquina.

En ese sentido, estos costes o gastos son incluidos en contabilidad como cuentas de activo. Al tiempo son susceptibles de experimentar disminuciones de valor atendiendo a su deterioro en el tiempo y la amortización de su valor.

Principales tipos de gastos de instalación

Los gastos de instalación que acomete una empresa están directamente relacionados con la naturaleza de la actividad económica que esta desempeñe.

Estos costes están asociados a múltiples elementos existentes:

  • Instalaciones de alimentación energética, que van desde instalaciones de agua y gas hasta el sistema eléctrico de la instalación.
  • Instalaciones de ventilación y/o extracción de humos. Básico en sectores como la restauración y la hostelería.
  • Aparatos o tecnologías de climatización. Comprenden los termostatos y los sistemas de calor y frío correspondientes. Por ejemplo, en negocios como las bodegas o las tiendas de puros es frecuente encontrar salas con distintos ambientes y temperaturas para la conservación de los productos.
  • Instalaciones físicas y tecnológicas fijas necesarias para el desempeño de la actividad. En los talleres mecánicos encontramos ejemplos sencillos como las grúas hidráulicas o los túneles bajo suelo para inspección de vehículos.
  • Elementos adheridos a la estructura del edificio y que no pueden desprenderse, como son las escaleras o los elevadores como ascensores o montacargas industriales.

Atendiendo a la naturaleza del negocio, las instalaciones consecuentes variarán. Es decir, no supone el mismo esfuerzo, desde el punto de vista monetario, crear una oficina inmobiliaria que un restaurante.

A menudo existen ejemplos muy específicos que suponen unos costes o gastos de instalación muy elevados o de difícil acceso al inversor o emprendedor corriente. Un ejemplo de ello serían la creación de un parque temático, recreativo o de atracciones.