Control social

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El control social es un conjunto de medidas, una serie de normas o reglas explícitas e implícitas, cuyo fin es mantener el orden social o el orden de la sociedad.

Control social, por tanto, es un concepto muy amplio. Pues se refiere al conjunto de reglas, normas, valores y costumbres que permiten que la coexistencia entre los diferentes grupos de una sociedad sea pacífica y armonizada.

Por esta misma razón es un concepto tan amplio, pues son muchas y muy distintas las medidas. Además, varían en función del territorio en el que nos encontremos, pudiendo ser una medida de control social en una ciudad europea ir vestido por la calle, mientras que en las tribus en la selva sea ir con un taparrabos.

Este control se realiza a través de medidas coactivas, a través del derecho y de las sanciones, tanto administrativas como penales. Pero también se utilizan medidas que no implican la violencia o la coacción, tales como la religión, las costumbres o la familia.

Los medios de comunicación, a través de su influencia y de lo que se conoce como “crear opinión”, también juegan un gran papel sobre las masas. 

Medios o mecanismos de control social

Existen numerosos medios para asegurar el control social.

Se distinguen dos grandes grupos, los medios formales y los informales.

Los primeros están caracterizados por estar respaldados por el derecho, y es el Estado el que los ejecuta en beneficio de mejorar la convivencia en sociedad. Los informales, por otro lado, no necesitan estos elementos, puesto que existen otros mecanismos que ayudan a conseguir este bienestar general.

Control social formal

Los medios de control social formales o explícitos son aquellos que están respaldados por el derecho.

El poder legislativo, a través de su potestad para legislar, establece las leyes que han de cumplir el resto de ciudadanos. Parte de estas leyes son para controlar a la población, para que sea el orden, y no el caos, el que impere. Es el Gobierno, es decir, el poder ejecutivo el que asegura el cumplimiento de estas leyes, a través de las fuerzas policiales. También es el Gobierno el encargado de trazar las líneas estratégicas de estas políticas. Orientando así al país en la dirección que desean.

El cumplimiento de la legislación aprobada se lleva a cabo mediante sanciones administrativas y penales. El primer tipo es el más corriente, consiste en lo que se conoce de forma cotidiana como multas, y son interpuestas por la Administración Pública. Como ejemplos, podemos señalar una multa por exceso de decibelios emitidos por un local; por conducir a una velocidad excesiva; o por no pagar el impuesto de circulación al ayuntamiento correspondiente. Respecto a las sanciones penales, se utilizan cuando la violación de la ley reviste gravedad. Como un homicidio, un fraude fiscal excesivo o el tráfico de drogas.

En conclusión, los medios de control social formales tienen el objetivo de corregir conductas en favor del orden social de manera explícita, es decir, a través del desarrollo de leyes y normas.

Control social informal

Los medios de control social informales o implícitos son aquellos que no se encuentran desarrollados en leyes o normas estatales explícitas. Sino que es la sociedad y otras instituciones informales quien las realiza de forma más o menos indirecta. Hablamos de la religión, de los valores, de la moral, de la familia, de los medios de comunicación, etc. 

La religión, sin importar al dios que predique, da unas normas y unas reglas de comportamiento que han ido adquiriendo sus fieles a lo largo de cientos de años. El amor al prójimo, la tolerancia, o la ayuda a los más necesitados que promueve el cristianismo son ejemplo de ello. Por eso, cuando se observan episodios detestables, como el abuso de alguien indefenso o el robo a un mendigo, la sociedad en su conjunto condena tal comportamiento. Los valores y la moral convergen con la religión.

La familia, por su parte, también es garante del control social. La jerarquía, el respeto a los mayores, y la obediencia de los hijos a los padres, hacen que haya un control en dicha “organización”. Estos valores, además, se externalizan al resto de la sociedad. Los medios de comunicación también juegan su papel en cualquiera que sea su formato. Van dirigidos a las grandes masas, sobre las cuales tiene una gran influencia.

El protocolo social bajo el que se comporta una población también es un medio de control social.

Ejemplos de control social

Algunos ejemplos de control social podrían ser los siguientes:

  • Ley antitabaco: Esta ley está presente en un incontable número de países. Consiste en la prohibición de fumar en espacios públicos cerrados. Con el fin de no molestar y no perjudicar la salud del resto de personas con las que se comparte habitáculo. Así, se busca corregir ciertos hábitos de la ciudadanía. Entró en vigor en México en 2009, y en España en 2006.
  • Prohibición de venta de alcohol: Algunos establecimientos tienen prohibida la venta de alcohol a ciertas horas de la noche. Con ello se espera la reducción de la práctica conocida como “botellón”. Que genera sobredosis de alcohol entre los jóvenes y la alteración del orden público, así como el ensuciamiento de las vías y parques.
  • Límites de velocidad: Con el fin de evitar un mayor número de accidentes, y el peligro que entraña la conducción de automóviles, las carreteras tienen diferentes límites de velocidad. Se busca que los conductores controlen su velocidad al volante. Esto se consigue gracias a la existencia de radares y controles por parte de las fuerzas policiales.
  • Familia: La familia, debido a la jerarquización de la misma y el respeto que se promueve entre sus componentes, estableciéndose relaciones de sumisión verticales, penalizan malas actuaciones. Como por ejemplo pegar a otro miembro, o advirtiendo de los peligros de llevar a cabo malas conductas, como las delictivas. Así, la familia es un gran muro de contención que promueve el control social.