Definición de tamizado
Tamizado es una conjugación del verbo tamizar: la acción de hacer que alguna sustancia atraviese un tamiz (un instrumento que permite separar las partículas más grandes de otras más pequeñas). El tamizado, por lo tanto, es el proceso que se lleva a cabo cuando se utiliza uno de estos dispositivos.
Puede decirse que el tamizado es un método de separación. Supongamos que tenemos una mezcla compuesta por dos sustancias sólidas, cuyas partículas tienen diferentes grosores; si la echamos en un tamiz y comenzamos a presionarla de manera adecuada, las partículas más pequeñas atravesarán la red, mientras que las más grandes quedarán retenidas. De este modo se concretará la separación.
Si una persona tiene un frasco con semillas de girasol y azúcar, puede apelar al tamizado para separar estos ingredientes. Para esto utilizará un tamiz y otro recipiente: al volcar el contenido del frasco en el tamiz, el azúcar caerá en el segundo recipiente, mientras que las semillas de girasol serán retenidas por el tamiz. Al finalizar el proceso, tendrá por un lado el azúcar y por otro lado, las semillas de girasol.
El éxito del tamizado dependerá del tamaño de los orificios o poros del tamiz. Si dichos orificios son muy grandes, es probable que ciertos elementos no puedan separarse. A su vez, si los orificios son pequeños con relación a aquello que se quiere separar, las dos sustancias quedarán en el tamiz y tampoco se logrará la separación.
También es importante tener en cuenta que el tamizado se usa con elementos sólidos. Dos líquidos no pueden separarse con un tamiz ya que ambos pasarán a través de la trama.
Es importante mencionar que el tamizado es un procedimiento usado en varios ámbitos, como ser la cocina, la agricultura y la química. Por ejemplo, en repostería es común usar un tamizador para esparcir ingredientes en polvo tales como azúcar glas, canela o cacao sobre pasteles o tartas; el propósito del proceso de colado, en este caso, es eliminar aquellas partes demasiado gruesas o grumosas, para conseguir que el ingrediente se adhiera y se mezcle correctamente en la superficie del plato.
Otro ejemplo dentro de la gastronomía en el cual se recurre al tamizado es la preparación de masas, especialmente si no se utiliza levadura; cuando alguien decide hacer un bizcocho o una pizza, entre otros muchas recetas, sin levadura, es aconsejable tamizar más de una vez la harina, de manera que se separen muy bien las partículas y el resultado sea una mezcla aireada y maleable. Este paso es necesario especialmente cuando la harina se muestra húmeda en el paquete.
Tamizar la tierra, por otro lado, también es un recurso muy usado en jardinería para limpiarla de pequeñas piedras y restos de hojas, entre otros elementos que no deseamos incluir en un trabajo determinado. Esto se usa con mucha frecuencia durante la preparación del compost, una mezcla de materia orgánica que sirve para mejorar las características del suelo, ya que le aporta una serie de nutrientes muy necesarios para el correcto desarrollo de las plantas y flores.
Antes de repartir el compost en la zona del suelo que deseamos tratar, siempre conviene tamizarlo, y para ello solamente necesitamos una criba, una herramienta poco costosa e incluso fácil de fabricar en casa, ya que consta simplemente de un rectángulo de malla metálica sostenida por un borde de madera.
El objetivo del tamizado, en este caso, es eliminar del compost todo tipo de elementos que puedan contaminarlo y, por consiguiente, atentar contra los beneficios que pretendemos obtener de su contacto con el suelo, como ser trozos de plásticos, ramas y piedras. Por otro lado, también mejora su textura y esto repercute positivamente en su aplicación.