Definición de instrumento
Con origen en el vocablo latino instrumentum, instrumento es una palabra que describe el elemento que, al ser combinado con otras piezas, sirve en el ámbito de los oficios o las artes para determinados propósitos. El término puede aprovecharse como sinónimo de herramienta, máquina o utensilio. Por ejemplo: “El martillo es un instrumento que permite colocar clavos en las paredes”, “Necesito un instrumento que me ayude a terminar este trabajo”, “No puedo conseguir el resultado que busco ya que no cuento con los instrumentos adecuados”.
Se conoce como instrumento musical, en este marco, al objeto dotado con una o más estructuras resonantes y con las características necesarias que le permitan vibrar, de manera tal que pueda producir sonidos en uno o varios tonos. Aunque cualquier objeto capaz de emitir sonido puede funcionar como instrumento musical (como ocurre con una botella o dos palos de madera), el concepto sólo se utiliza para nombrar a las piezas que tienen ese propósito específico. La guitarra, el piano, el saxofón, el bajo y la batería son algunos ejemplos de instrumentos musicales.
Un instrumento musical generalmente no incluido en este grupo es la voz humana. Claro que no resulta tan extraño, teniendo en cuenta que los cantantes suelen ser excluidos de la categoría de «músicos». Sin embargo, la voz debería ser considerada el instrumento primero, dado que no hizo falta inventarlo. Además, forma parte de nuestro cuerpo, característica que lo vuelve especial a la vez que misterioso.
En la actualidad, la música popular dista muchísimo de su equivalente dos o tres siglos atrás, pero hubo un tiempo en el cual la moneda corriente eran la ópera y la música de cámara, géneros diferentes que hoy en día son erróneamente agrupados bajo la etiqueta de «música clásica». El entrenamiento vocal necesario para abordarlos es infinitamente mayor que la poca o nula preparación que tienen los cantantes populares contemporáneos, a quienes basta con una nota que dure más de 5 segundos para impresionar a su público.
Cecilia Bartoli, una maravillosa mezzo-soprano romana de fama internacional, es el ejemplo más claro de lo versátil y ágil que puede resultar nuestro instrumento cuando se entrena adecuadamente. Sostener un sonido durante varios segundos no es más que hacer uso de los rudimentos de la técnica respiratoria, que constituye la base del aprendizaje de canto. Los verdaderos desafíos se encuentran en saltos considerables entre dos notas muy distantes la una de la otra, en ornamentos que suponen cantar muy rápidamente dibujos difíciles de estudiar, en los cambios de intensidad de la voz con una claridad cristalina para expresar distintos sentimientos cuando no hay un micrófono que alejar o acercar y en mantener la integridad de la voz luego de décadas de carrera, al mismo tiempo que se obtienen nuevas habilidades.
Al igual que un violín, la voz no se encuentra afinada por naturaleza y el proceso de templarla es arduo y muy duradero. Toma años, muchos más que una década, conseguir un control medianamente importante de nuestro instrumento para ser capaces de ejecutar la misma pieza de igual modo siempre. Y a pesar de todo el entrenamiento que pueda tener un cantante profesional, debe luchar con el clima, mantener una dieta balanceada y evitar toda angustia cerca de sus presentaciones; aun con todo esto, nada garantiza la estabilidad vocal.
Un instrumento de medición, por otra parte, es el aparato que permite comparar magnitudes físicas por medio de un proceso de medición. Estos instrumentos deben ser precisos y sensibles, como las balanzas, los cronómetros, las reglas, los termómetros, los barómetros y los velocímetros.
Los instrumentos de vuelo, en cambio, pertenecen al conjunto de mecanismos y dispositivos que forman parte de una aeronave y que posibilitan que un vuelo se lleve a cabo en condiciones seguras. La brújula, el altímetro y el GPS son instrumentos de vuelo.
En el ámbito del derecho, por último, un instrumento es toda documentación, prueba, material o papel con que se justifica o se prueba algo.