Definición de recursos renovables
Recurso es un concepto con varias acepciones. Puede tratarse de aquello que es útil para alcanzar un objetivo o de un bien que permite la subsistencia. Renovable, por su parte, es el adjetivo que califica a lo que es susceptible de renovación.
La noción de recurso renovable se emplea para nombrar al recurso de la naturaleza que es posible restaurar mediante los propios mecanismos naturales, siendo su recuperación más rápida que el ritmo de consumo por parte del ser humano. Esto quiere decir que un recurso renovable no se agota, ya que la naturaleza se encarga de regenerarlo con rapidez.
Un ejemplo de recurso renovable es el viento. No importa que las industrias utilicen el viento para generar energía (la denominada energía eólica): por acción natural, siempre habrá viento. Lo mismo ocurre con los rayos del sol o la energía obtenida a partir de las corrientes de agua. Estas clases de energía que se obtienen a partir de recursos renovables reciben el nombre de energías renovables.
Dentro de este grupo también encontramos la energía geotérmica, o sea la que se basa en el aprovechamiento del calor presente en el interior del planeta. Se trata de un producto que surge como resultado de que los elementos radiactivos se degraden; es correcto comparar su magnitud con la de la energía solar. Los biocombustibles son otro tipo de energía renovable, y sirven para reemplazar productos no sostenibles (ciertos aceites de semillas pueden sustituir el diésel, por ejemplo).
Los recursos no renovables, en cambio, pueden agotarse ya que su regeneración no es veloz. Su explotación, de este modo, no es sostenible en el largo plazo. Entre los recursos no renovables, se puede mencionar el petróleo.
Algunos recursos sólo son renovables si su gestión es racional. La madera puede ser un recurso renovable siempre que los árboles se talen a un ritmo inferior al nivel de la reforestación. Mientras que por un lado se talan árboles, por otro se siembran nuevos ejemplares: de este modo siempre habrá árboles disponibles para la obtención de madera.
En todo lo dicho se advierte que existen dos grandes grupos que dan lugar a los recursos renovables: los materiales y la energía. En el primero entran la madera, como se explica en el párrafo anterior, así como todo lo que se puede obtener del planeta y aprovechar como recurso. La agricultura llevada a cabo con los recaudos necesarios para controlar el daño a la naturaleza y permitir la sostenibilidad forma parte de los recursos renovables.
Cualquier producto, tal como químicos o alimentos, que se obtenga de esta práctica cautelosa puede considerarse un recurso renovable siempre que se cumplan ciertos requisitos en cada fase de su desarrollo, entre las cuales también se incluyen el transporte y el mantenimiento de los equipos necesarios.
El agua es otro de los materiales que podemos encontrar en nuestro planeta y que puede ser considerado un recurso renovable si se utiliza de forma medida y responsable. No olvidemos que el suelo necesita del agua para mantener con vida a todos los microorganismos que lo conforman y para hidratar a las plantas, por lo cual extraer este material sin ningún tipo de control podría acabar por destruir el equilibrio de una región, generando muchos más perjuicios que la mera ausencia de agua.
Los esfuerzos de ciertos grupos por concienciar a la población acerca de la importancia de los recursos renovables son relativamente recientes, así como los movimientos en contra del tabaco y la contaminación ambiental; el ser humano ha pasado demasiado tiempo despreocupado de las consecuencias que sus acciones tenían sobre la Tierra, y hoy en día nos enfrentamos a muchas de ellas.