Definición de redención
Redención es un concepto cuya raíz etimológica se encuentra en redemptio, un vocablo de la lengua latina. Se trata de la acción y la consecuencia de redimir (salvar o rescatar a alguien, dar por terminado un castigo, liberar algo que estaba hipotecado o embargado).
Por ejemplo: “El equipo santafesino buscará su redención tras cuatro caídas consecutivas”, “Luego de un paso fallido por el mundo de la música, el actor regresó al teatro para conseguir su redención”, “El gobierno pretende lograr la redención de la deuda, aunque ese objetivo es muy difícil de alcanzar”.
La idea de redención puede emplearse con referencia a la liberación de un esclavo a través de un pago.
Redención de un esclavo
El término redención también puede hacer alusión al monto de dinero que se destinaba para liberar a un esclavo, algo común varios siglos atrás. No olvidemos que la esclavitud continúa siendo un gran negocio, aunque en la actualidad ya no se practique la captura y el comercio de seres humanos abiertamente, a la luz del día, como tiempo atrás. Lamentablemente, aún la humanidad no ha comprendido que sometemos a los animales al mismo tipo de atrocidades, y que ellos tampoco deberían ser nuestra posesión, pero quizás dentro de unos siglos podamos considerar la explotación como parte de la historia antigua.
Una de las acepciones más frecuentes del concepto refiere a liberar a una persona, a un conjunto de individuos o, en sentido simbólico, a una organización, de un mal momento o de un sufrimiento. Esta idea es tomada por la religión católica, que encuentra en la redención un dogma.
La salvación gracias a Jesucristo
Escrito con mayúscula inicial (Redención), el término refiere a la salvación de la humanidad lograda por Jesucristo con su pasión y su fallecimiento. La fe cristiana indica que Jesucristo murió en la cruz para redimir al hombre y permitirle el acceso al Cielo, liberándolo de la culpa del pecado.
Ahondando más en la etimología del término redención, encontramos que en el verbo «redimir» se aprecia el prefijo latino «re-» y el verbo «émere», que juntos dan la idea de «volver a comprar o a adquirir». Esto puede servir para entender las acciones de Jesucristo con más claridad, ya que él devolvió a las personas ese estado libre de pecado que habían tenido en el pasado, y para ello tuvo que entregar algo a cambio, nada más y nada menos que su propia vida.
Puede decirse que la Redención es el precio que Jesucristo asume y paga ante Dios para que los seres humanos sean redimidos y puedan alcanzar un estado diferente, llegando al Reino de Dios.
Según la fe cristiana, la pasión y el fallecimiento de Jesucristo permitieron la Redención de la humanidad.
Redención y perdón de los pecados
A través de la Redención, siempre según la doctrina cristiana, las personas son perdonadas por sus pecados y pueden lograr la vida eterna. La Redención supone una reconciliación con Dios y una bendición.
Esta entrega de Jesús se menciona en el prefacio pascual de la religión católica, donde se señala que con su muerte pudo vencer al pecado y que resucitó para vencer a la muerte. En el ámbito de la liturgia, los prefacios son oraciones que dan fin al ofertorio (el punto de la Misa en el cual se ofrecen el pan y el vino a Dios) y presentan el canon de la Misa, donde se encuentra la consagración (momento en el cual el pan y el vino se convierten en el cuerpo y en la sangre de Jesús, respectivamente).
En esta oración se recuerda que Cristo ofreció su propia vida para que los pecados de los seres humanos fueran perdonados, a través de un pacto que demuestra su amor incondicional por los demás y su deseo que esparcir un mensaje de lealtad sin límites. La Redención no debe comprenderse como un mero símbolo o un hecho que tiene un comienzo y un final, sino como una invitación a reflexionar y a mejorar en todos los aspectos posibles, a hacer un uso más justo de nuestra libertad.