Definición de pluma

Una pluma es una estructura córnea que crece en el cuerpo de un ave. Se compone de un tubo (el cañón o cálamo) que está incrustado en la piel y de un eje que sobresale, el cual tiene barbillas.

Las plumas son apéndices del sistema integumentario, como los cuernos o los pelos en otras especies. Estas formaciones cumplen con diversas funciones: protegen contra el frío, son aislantes, sirven para el camuflaje, se usan durante el cortejo y contribuyen al vuelo, por ejemplo.

Al conjunto de las plumas de un animal se lo denomina plumaje. Pese a que cada pluma, a nivel individual, es muy liviana, el plumaje puede pesar hasta tres veces más que el esqueleto.

Es importante mencionar que las aves cambian de plumas mediante un proceso conocido como muda. Dado que las plumas se van deteriorando por la presencia de parásitos, por fricciones y por otras causas, el ejemplar se desprende secuencialmente de una parte o de la totalidad de ellas y las reemplaza por otras plumas nuevas que crecen en los mismos folículos.

En la antigüedad, las plumas de las aves más grandes se utilizaban para escribir. Al introducir el cálamo en un tintero, la tinta ingresaba al tubo hueco y luego fluía por capilaridad.

El término cálamo no sólo hace referencia a la parte hueca de la pluma animal, sino que se usa como sinónimo del instrumento de escritura que generalmente denominamos pluma. Si bien el origen del cálamo nos remonta a la antigua Grecia, existe un producto de similares características que había sido creado en Egipto. Se trataba de una especie de pincel que cayó en desuso siglos antes que el cálamo, aunque coexistieron durante bastante tiempo.

Para fabricar un cálamo sin usar una pluma de ave se puede aprovechar una caña hueca, la cual se debe cortar de manera oblicua en uno de sus extremos, el que se apoyará sobre el tintero y luego sobre la hoja. Entre los animales más usados para la confección de cálamos se encontraban los cuervos, los cisnes, los pavos y los patos, aves que se mencionan en textos del siglo VI a cargo del erudito eclesiástico San Isidro de Sevilla. Para mantener la punta del cálamo afilada, se volvía a cortar con cierta frecuencia.

Todos estos productos desaparecieron cuando se impuso la pluma de bronce, acero u otros metales, aunque se desconoce la época en la que esta transición tuvo lugar. Algunos apuntan al siglo XV, mientras que otros aseguran que ya existían en el antiguo Imperio Romano.

Por extensión, hoy en día se denomina pluma a diversos instrumentos de escritura, como la pluma estilográfica (lapicera) y la pluma atómica (bolígrafo o birome). También se habla de pluma para aludir a la habilidad o al estilo para escribir o como sinónimo de escritor: “Este autor es reconocido por su pluma satírica y aguda”, “Mario Vargas Llosa está entre las mejores plumas del mundo”, “Las plumas más prometedoras del continente se reunirán en un nuevo festival literario”.

En algunas regiones de habla hispana, el término pluma se puede usar para hacer referencia a la actitud afeminada de un hombre. Es importante señalar que el carácter de una observación de este tipo no siempre es ofensivo, sino que depende de varios factores: quién la emite, y si es también afeminado u homosexual; en qué contexto lo hace, si frente a terceras personas o simplemente con su interlocutor; si siente desprecio por la gente afeminada. Decir que a alguien «se le nota la pluma» significa que «no puede disimular su homosexualidad», algo que si no se dice con odio o desprecio puede resultar incluso agradable para quien lo recibe.

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