Definición de folículo
La etimología de folículo proviene del vocablo latino follicŭlus, que alude a un saco de tamaño pequeño. En el terreno de la anatomía, se denomina folículo a una glándula que se ubica en la superficie de las mucosas o de la piel.
Se llama folículo piloso al sector cutáneo que reúne células madre y permite el crecimiento del cabello. Cada uno de los cabellos surge de un folículo piloso, en cuyo seno las glándulas sebáceas producen el sebo que lubrica los pelos.
Por diversas razones, los folículos pilosos pueden dañarse, y entre ellas se encuentran las rutinas deficientes de cuidado del cabello, las dietas poco equilibradas, el exceso de exposición a la luz solar, los tratamientos con ciertos productos químicos nocivos, alguna condición médica o, en algunos casos, cuestiones hereditarias que no pueden evitarse.
El petróleo es uno de los mayores causantes de daño a los folículos pilosos, y éste se incluye en diversos productos de uso común: luego de acumularse en los folículos los obstruye y, por consiguiente, provoca que se caiga el cabello. Una de las preguntas claves en torno a la calvicie es si existe algún tratamiento realmente efectivo para restaurar los folículos pilosos dañados. En este contexto, algunos expertos aseguran que es posible revivir un folículo muerto para que el cabello vuelva a crecer de forma natural.
Muchos profesionales aseguran que la causa más común de calvicie es la acción de la hormona dihidrotestosterona (conocida también como DHT), la cual provoca que los folículos pilosos se sofoquen y que el cabello pierda cuerpo, hasta que finalmente deje de crecer. Ante los primeros signos de «adelgazamiento» del pelo se recomienda acudir a un médico para comenzar un tratamiento adecuado.
Uno de los caminos más comunes para recuperar la salud de los folículos pilosos dañados consiste en el uso de ciertas hierbas medicinales que han sido aplicadas desde hace siglos. El ejemplo más frecuente es la palma enana americana, que también tiene efectos beneficiosos en la lucha contra la enfermedad de próstata. Según algunos científicos, la hormona DHT también es causante de este trastorno, y por eso la misma hierba sirve en ambos casos.
Si bien la mujer también tiene andrógenos, las hormonas masculinas de las cuales deriva la DHT, en su organismo se encuentran en un grado mucho menor y por eso no es tan común la calvicie en ella como en el hombre. La conversión a DHT de los andrógenos se da cuando actúa la reductasa 5-alfa, y por eso los mejores productos son aquellos que impiden tal fenómeno. Además de la palma enana americana es posible recurrir a la cola de caballo de sílice, la Muria Pauma y las raíces de ortiga.
En el interior de los ovarios, por otra parte, aparecen los folículos ováricos. Se trata de ovocitos (gametocitos) que están rodeados de células diploides, a su vez envueltas por células de la estructura conocida como teca.
Los folículos ováricos van desarrollándose e impulsando el proceso que permite la ovulación de cada ovocito. Aquellos folículos ováricos que alcanzan el crecimiento más importante y la madurez reciben el nombre de folículos de Graaf, denominación que se vincula al médico que los descubrió en el siglo XVII: Regnier de Graaf.
Los folículos de Graaf, por lo tanto, son los folículos maduros que suponen la culminación de la foliculogénesis. En ellos se hallan los ovocitos que, cuando llega la ovulación, salen del ovario y se dirigen hacia la trompa de Falopio. Allí, en el marco de una relación sexual entre un hombre y una mujer, pueden encontrarse con los espermatozoides, produciéndose la fecundación.
Para la botánica, por último, los folículos son frutos secos de ciertas plantas angiospermas que, al abrirse de un solo lado, liberan las semillas que contenían en su cavidad.