Definición de pelo
Se denomina pelo a un filamento muy delgado que surge de la piel de los seres humanos y de diversos animales, sobre todo en las especies que pertenecen al grupo de los mamíferos. En el caso de las personas, pelo se emplea como sinónimo de cabello.
Los pelos nacen en los folículos pilosos, adonde se encuentra su raíz. Se componen de una fibra de queratina y crecen hacia arriba, de manera tal que el tallo sobresale de la superficie de la epidermis.
Es importante mencionar que el pelo está presente en la mayor parte de la superficie del cuerpo. Se estima que un adulto cuenta con unos cinco millones de pelos, de los cuales un millón de ellos se hallan en la zona de la cabeza.
Entre las funciones que cumplen los pelos, se destaca la conservación del calor corporal. Aquellos que se ubican en el cuero cabelludo también brindan protección frente a impactos, mientras que los que forman las cejas evitan que el sudor de la frente ingrese a los ojos. Los pelos de las pestañas, en tanto, cuidan a los ojos del polvo y del exceso de luz.
El pelo presenta diferentes características según cada individuo. De acuerdo a la melanina, puede ser rubio, castaño, negro, rojo, gris o blanco, por ejemplo. En cuanto a su estructura, por otro lado, puede ser rizado, ondulado o lacio. Además los pelos se diferencian según sean grasos, secos, mixtos o normales.
Más allá de su importancia anatómica, el pelo tiene un rol estético. Para cuidarlo y embellecerlo, una gran porción de la sociedad suele acudir a los establecimientos conocidos como peluquerías, donde diferentes expertos se encargan de lavarlo, cortarlo, peinarlo y teñirlo.
Pero el cuidado del cabello es una de las tareas más costosas a nivel monetario, en gran parte porque debemos llevarlo a cabo con mucha constancia. El pelo crece constantemente, en especial durante la primavera, y esto suele ser contraproducente para los tratamientos que buscan ocultar las canas o cambiar su forma (alisarlo o enrularlo, por ejemplo).
Otra de las razones del impacto económico que tiene el cuidado del pelo es el precio de los productos que muchas personas creen necesarios, como ser champú, crema de enjuague, tinte, ampollas capilares y más. Pero el secreto para lucir un pelo sano se encuentra en la higiene personal, en particular en el uso del peine y el cepillo: peinarnos sirve para mucho más que dar forma al cabello, ya que elimina los cabellos en proceso de caída, retira los que ya se han desprendido y estimula la circulación sanguínea del cuero cabelludo.
Peinarnos es una de las actividades más productivas para mantener el pelo sano, sobre todo porque permite que continúe naciendo sin interrupciones. Los momentos más adecuados son antes de ducharnos, para potenciar los efectos del champú y evitar que se enrede al mojarlo, y de irnos a dormir.
La temperatura del agua es también un factor importante para cuidar el pelo. Se recomienda usar agua fría en el último aclarado para estimular la circulación sanguínea y cerrar la cutícula, con el consiguiente aumento de su brillo. El comienzo del lavado, sin embargo, debe hacerse con agua tibia, pero nunca caliente, porque ésta puede dañar el cabello.
Por otro lado, el champú debe aplicarse únicamente en las raíces. El correcto uso consiste en activarlo en las manos, frotándolas durante unos segundos, luego pasarlo por el cuero cabelludo y dejarlo actuar un par de minutos antes de aclarar. Recién cuando nos ponemos bajo el agua, el champú desciende naturalmente hacia el resto del cabello y lo limpia, sin necesidad de ejercer ningún tipo de movimiento con nuestras manos.