Definición de ovovivíparo

Ovovivíparo es un término derivado de dos vocablos latinos: ovum (que puede traducirse como “huevo”) y vivipărus (que significa “vivíparo”). El concepto se emplea para aludir al animal ovíparo que mantiene sus huevos en el cuerpo durante un tiempo y recién los expulsa cuando el desarrollo del embrión se encuentra muy avanzado o finalizado.

Cabe destacar que las especies ovíparas son aquellas que ponen huevos. De este modo, sus embriones crecen en el interior de estas estructuras. En el caso particular de los ovovivíparos, los huevos son almacenados en el cuerpo de la hembra hasta que el embrión ya está casi desarrollado en su totalidad.

Por lo tanto, en los ovovivíparos, la eclosión (la rotura de la envoltura del huevo para que el animal pueda salir) se produce de manera inmediata tras la puesta o incluso antes del parto. Las víboras y los tiburones, por ejemplo, son ovovivíparos.

Se suele decir que, por sus características, los animales ovovivíparos son una combinación de los ovíparos (que ponen huevos) y los vivíparos (cuyas crías crecen en el vientre de la hembra). En los ovovivíparos, tanto la fecundación con el crecimiento del embrión son internos, aunque el desarrollo se lleva a cabo dentro del huevo.

En algunas especies, la eclosión se produce luego de la expulsión del huevo. La hembra, en este marco, se dedica al cuidado de la cría hasta que el ejemplar puede valerse por sí mismo. También hay especies ovovivíparas en las cuales la eclosión tiene lugar directamente en el vientre de la hembra, con lo cual la cría sale del cuerpo materno preparada para su adaptación al mundo exterior.

A continuación veremos más ejemplos de animales ovovivíparos y algunas de sus características más curiosas. Comencemos por el caballito de mar, el cual a veces se menciona por el nombre de hipocampo. Una de sus peculiaridades es que el huevo en el que se incuba lo mantiene su padre en su interior, y no su madre. Esto ocurre porque la madre le transfiere una serie de huevos a lo largo de la fecundación.

Por lo tanto, el macho del caballito de mar incuba los huevos en una bolsa, hasta que éstos completan su desarrollo y llega el momento de que se abran y las crías puedan salir. Como si esto fuera poco, a pesar de lo que solemos pensar, estos animales no se encuentran en el grupo de los crustáceos, sino que se consideran peces. Una de sus características físicas más fascinantes es que pueden mimetizarse, cambiando de color para que los depredadores los confundan con el entorno.

Otro animal incluido en la lista de ovovivíparos que destaca por su apariencia es el ornitorrinco, un mamífero que, contra todo pronóstico, tiene un pico similar al de los patos y vive en el agua. Es originario de Australia y las regiones cercanas. Tan extraño es que las primeras personas de Occidente en verlo pensaron que se trataba de una broma, que era un castor al que le habían puesto un pico artificial. Es que además de todo los dicho, tiene un espolón venenoso, algo extremadamente raro en un mamífero.

La curiosidad más llamativa en este caso es que no se trata de un animal ovovivíparo, porque sus huevos no eclosionan en cuanto los pone sino que pasan alrededor de dos semanas en el exterior de su cuerpo. La madre debe incubarlos durante ese periodo, en un nido que prepara previamente.

El lución sí es un animal ovovivíparo, pero destaca por ser un lagarto al que no le crecen patas, de manera que su aspecto es el de una serpiente. Además, prefiere la humedad y la oscuridad a la luz del sol.

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