Definición de característica
Una característica es una cualidad que permite identificar a algo o alguien, distinguiéndolo de sus semejantes. Puede tratarse de cuestiones vinculadas al temperamento, la personalidad o lo simbólico, pero también al aspecto físico. Por ejemplo: “La policía difundió las características del atacante para alertar a la población”, “Ya he pedido al proveedor que me informe acerca de las características de la nueva máquina”, “Este dispositivo incluye una característica especial: se apaga con el calor”.
Las características, por lo tanto, hacen al carácter propio y específico de un ser vivo o una cosa. Decir que un hombre es alto, morocho, conversador, simpático y respetuoso es realizar una enumeración de sus características personales.
Cabe destacar que ciertas características son subjetivas. En el ejemplo anterior, la simpatía del sujeto puede no ser tal para una cierta persona. La altura, por otra parte, es un dato relativo: si dejamos de lado el valor métrico, cada uno juzga la estatura de los demás basándose en la propia, por lo cual un mismo individuo puede ser considerado alto y bajo, según quién lo observe.
Hay características que solo pueden advertirse con un microscopio.
Características del ser humano y de los animales
Si bien los seres humanos compartimos rasgos con el resto de los animales, si hablamos de las características que identifican a un perro, por ejemplo, es correcto señalar que caminan sobre sus cuatro patas, que poseen el cuerpo recubierto de pelos (de forma tal que no necesitan de abrigo artificial para soportar el frío) y que su olfato les permite identificar olores a grandes distancias y con mucha precisión.
Vistos desde la perspectiva del ser humano actual, el resto de los animales suelen caracterizarse por poseer mejores sentidos, más fuerza física (y de voluntad, en la mayoría de los casos), más destreza y una gran compasión. A lo largo de nuestra evolución, nos hemos vuelto cada vez menos aptos para sobrevivir en medio de la naturaleza sin herramientas y accesorios artificiales; si bien una situación extrema puede obligarnos a sacar fuerzas que creíamos no tener, a simple vista no tenemos lo necesario para enfrentar el día a día en la selva o en un bosque.
Tener el olfato muy desarrollado es una característica del perro.
Por cada atleta que nos deslumbra con sus saltos mortales, por cada patinador artístico que gira cuatro veces en el aire luego de haberse impulsado desde el hielo con unas botas cuya base es una cuchilla, por cada futbolista capaz de mantenerse en pie y de hacer un uso intenso de su musculatura durante decenas de minutos, hay miles, millones de personas que arrastran su maletín de la casa a la oficina y que no pueden con sus dolores de espalda, que no pueden manejarse libremente sin sus gafas y que se alimentan tan mal que sufren de sobrepeso o están por debajo de su peso recomendado.
En resumen, una característica que nos distingue de las demás especies es que no solemos aprovechar nuestro potencial, ni físico ni mental; basándonos en los ejemplos del párrafo anterior, lo normal no es que todos seamos atletas, sino que admiremos a los pocos que explotan sus habilidades a ese nivel.
La noción en la telefonía y en los juegos de rol
En algunos países latinoamericanos, la característica es el prefijo de un teléfono: “Estoy tratando de llamar a Carlos pero una grabación me informa de que la característica es incorrecta”, “Si el número que te pasó tiene la característica 238, está en el barrio de Loma Verde”.
En un juego de rol, por último, las características son las propiedades que definen a los personajes que participan del juego, sean físicas o psicológicas. Algunas de las más comunes son fuerza, velocidad, inteligencia, tamaño y fuerza de voluntad. Cabe mencionar que tanto los personajes controlados por los jugadores como los demás deben ser descritos mediante estas propiedades, para que de su interacción con el entorno y con los otros personajes pueda desprenderse un fenómeno que afecte el flujo de la historia.