Definición de lagarto
Del latín lacartus, un lagarto es un reptil terrestre que pertenece a la orden los Saurios. Cuenta con cabeza ovalada, una boca grande llena de dientes filosos, cuerpo prologando, cuatro patas cortas y delgadas y piel cubierta con laminillas a modo de escamas.
Los lagartos suelen medir entre cinco y ocho centímetros de largo, son muy ágiles y, en la mayoría de los casos, se alimentan de insectos. Como resultan inofensivos para los seres humanos, se trata de un animal muy valioso para la agricultura ya que ayuda a combatir a las plagas.
Puede entenderse la noción de lagarto como el clado de los reptiles que incluye a especies como las iguanas, los camaleones, las lagartijas y los gecos. Los lagartos, las serpientes y las culebrillas ciegas componen la orden de los Escamosos (Squamata).
Por ejemplo: “Mi hijo fue al zoológico y volvió fascinado con los lagartos”, “Mi vecino tiene un enorme lagarto como mascota”, “Amo a los animales, pero debo reconocer que los lagartos me generan repulsión”.
El camaleón es uno de los lagartos más sorprendentes ya que cuenta con la habilidad de cambiar de color de acuerdo a las circunstancias. De esta manera logra mimetizarse con el entorno y puede pasar desapercibido ante la presencia de un predador. Otra característica notable del camaleón es que puede mover los ojos de manera independiente uno del otro.
El dragón de Komodo es el lagarto más grande del mundo: puede medir hasta tres metros y pesar cerca de 70 kilogramos. Este tamaño les permite alimentarse de pequeños mamíferos y aves.
La cola del lagarto
La cola del lagarto suele ser bastante larga, así como su cuerpo pero a diferencia de sus patas. Una de las características más fascinantes de este grupo de animales es su capacidad de dejar su cola atrás, un recurso muy eficaz para defenderse de otras especies en momentos de peligro.
Las utilidades de la cola del lagarto son muchas, ya que le permite mantener el equilibrio mientras corre, escapar de sus predadores, trepar, colgarse y nadar. Durante las épocas en las cuales escasea la comida, por otro lado, se sabe que algunos de estos animales se comen su propia cola para hacer frente a la muerte, ya que les brinda la energía que necesitan para seguir en pie.
La cola del lagarto, por lo general, es más llamativa y brillante que las otras partes de su cuerpo, por lo cual sus depredadores naturales se enfocan en ella para no perderles el rastro; ante una amenaza, desprenderse de la cola puede servir para aligerar el paso y para confundir a sus hambrientos cazadores durante el tiempo suficiente como para escapar.
Cada especie de lagarto tiene restricciones particulares con respecto a este mecanismo de defensa: algunos solamente pueden desprenderse de su cola durante la juventud y otros a lo largo de toda su vida; ciertas especies tienen la capacidad de dejar la cola entera, a diferencia de aquellas que solamente pueden perder una parte de la misma. Se cree que cuanto mayor y menos veloz sea el lagarto, más largo será el tramo de cola que puede perder.
Se conocen dos mecanismos de pérdida de la cola que utiliza el lagarto:
* autonomía intravertebral: dada la presencia de ciertas zonas débiles en sus vértebras que alcanzan el tejido conectivo que rodea la cola y sus músculos, si un predador atrapa la cola del lagarto, éste contrae el músculo que la rodea con la fuerza suficiente como para romper la vértebra y poder escapar;
* autonomía intervertebral: el lagarto rompe su cola dentro de las vértebras, lo cual reduce las probabilidades de que se regenere.