Definición de naftaleno
El vocablo francés naphtalène llegó a nuestro idioma como naftaleno. Así se denomina a un hidrocarburo aromático que surge cuando un par de anillos de benceno se condensan.
Para comprender qué es el naftaleno, por lo tanto, es necesario tener en claro varias nociones. Un hidrocarburo es un compuesto que se produce cuando el carbono se combina con el hidrógeno. Si el hidrocarburo deriva del benceno, se lo califica como aromático.
Los hidrocarburos aromáticos como el naftaleno son muy estables debido a la estructura de los dobles enlaces conjugados. Se los llama aromáticos ya que suelen desprender un olor intenso. Respecto al benceno, se caracteriza por su disposición a modo de anillo, con seis átomos de carbono.
Veamos a continuación las propiedades físicas del naftaleno: su fórmula química es C10H8; su masa molecular es de 128,18 g/mol; su punto de ebullición está registrado en los 218 grados Celsius; su punto de fusión se encuentra en los 80 grados Celsius; con respecto a la solubilidad en agua, no se aplica en este caso.
Si bien el naftaleno no es soluble en agua, sí lo es en el benceno y el tolueno, entre otros disolventes orgánicos.
El naftaleno, conocido como alquitrán blanco o comercialmente como naftalina, es un sólido de color blanquecino. Fue descubierto en el siglo XIX como un elemento derivado de la destilación de alquitrán de hulla.
En 1826, el físico y químico inglés Michael Faraday (1791-1867) descubrió la fórmula química del naftaleno: C10H8. Cuatro décadas después, el alemán Emil Erlenmeyer postuló la estructura de un par de anillos de benceno que se fusionan.
Lo habitual es que el naftaleno se obtenga de la destilación de alquitrán de hulla, siendo el componente que aparece con mayor abundancia en esta sustancia. Sin embargo, también puede producirse naftaleno en el marco del refinado del petróleo.
Muchas personas utilizan naftaleno (naftalina) como repelente de polillas. Es importante, de todos modos, tener en cuenta su toxicidad: el naftaleno puede provocar graves daños en la salud.
El naftaleno tiene un olor imposible de ignorar pero no necesariamente desagradable. Se trata de un sólido que se evapora con facilidad y también es bastante inflamable. Si se lo expone al aire libre, se degrada a causa del contacto con algunas bacterias, con la luz del Sol o con la humedad.
Con respecto a las fuentes de emisión de naftaleno, se trata de una sustancia que puede entrar en el medio ambiente por medio de las industrias, de los combustibles fósiles, del tabaco o incluso de la manipulación de la madera.
Se sabe con certeza que la quema de combustibles fósiles y de madera es la principal fuente de contaminación de esta sustancia. Los derramamientos que tienen lugar en medio de tareas de transporte o almacenamiento son las causas más frecuentes de vertidos al agua y el suelo.
Retomando los daños que puede provocarnos el contacto con el naftaleno, debemos señalar que su absorción puede tener lugar por ingestión, por medio de la piel o por inhalación del aerosol. En un caso de exposición breve, los efectos en la sangre pueden incluir hemólisis (las células sanguíneas sufren lesiones).
Una exposición prolongada o que se repita en un período relativamente corto puede derivar en anemia o cataratas en los ojos. La ingestión de naftaleno es mucho más peligrosa, ya que puede provocar la muerte.
Los organismos acuáticos son especialmente susceptibles a la toxicidad del naftaleno. Afortunadamente, cuando se vierte en una zona local se degrada en poco tiempo, reduciendo considerablemente el daño a la vida acuática. Fuera del agua, se adhiere con fuerza al suelo pero no persiste considerablemente en el ambiente ni se acumula en nuestros tejidos.