Definición de namasté

El término namasté, también mencionado como námaste o namaste, proviene del sánscrito. Dicho concepto se emplea en culturas orientales a modo de saludo, como agradecimiento o para mostrar respeto.

Por lo general, además de la pronunciación de la palabra, el individuo une las palmas de las manos a la altura del pecho e inclina su cabeza. De este modo la expresión de namasté suele incluir una especie de reverencia.

La antigüedad de este término no se conoce con exactitud, pero se estima que tenga alrededor de tres milenios. En pocas palabras, podríamos decir que reemplaza tanto el «hola» como el «adiós» de nuestro idioma, y todas sus variantes, ya que sirve para complementar el momento del encuentro y de la despedida entre dos o más personas.

En el mundo occidental, la noción adquirió popularidad en las últimas décadas, aunque con diversos significados y usos. Muchas veces se utiliza en las clases de yoga ya sea para saludar o como un deseo positivo.

Con respecto al sánscrito, se trata de una lengua de la India que se cuenta entre las más antiguas, dentro de las que han sido documentadas, tan sólo por debajo del hitita y del griego micénico. En la actualidad, se utiliza en el hinduismo, el jainismo y el budismo para los ritos y las liturgias. Además, es una de las veintidós lenguas oficiales de la India.

A namasté se le atribuyen decenas de significados y connotaciones. Hay quienes afirman que se trata de una manera de comunicarse con el otro indicándole que se deja el ego de lado y que la esencia divina del individuo se pone en contacto con lo divino del interlocutor.

Se entiende que saludarse a través del namasté supone establecer un vínculo profundo y genuino, sin tener en cuenta las diferencias sociales, culturales, etc. Relacionarse mediante este vocablo apunta a la comunicación de las almas.

Incluso algunos gurús e instructores de yoga y de meditación entienden al namasté como una filosofía de vida. Quien lo usa de manera consciente se siente parte del universo y en comunión con todas las personas, ya que “todos somos uno”.

Veamos a continuación algunos de los significados actuales de este término:

* mi mejor parte te saluda;
* en Dios se reúnen nuestras dos almas;
* mi Dios ve y honra al tuyo;
* que el Dios que te habita te bendiga;
* saber que en mí hay bien me asegura que también lo hay en ti;
* veo tu verdad interior y la adoro.

La razón de que existan tres formas de escribir este término en nuestro idioma se debe a que fue transliterado, es decir, lo escribimos de manera tal que nuestra pronunciación no diste tanto de la original. Sin embargo, dado que no contamos con las mismas reglas que el sánscrito, no podemos leerlo de forma correcta. Esto ocurre con la mayoría de las palabras que recibimos del italiano, del inglés, del japonés, del portugués y del francés, entre otros muchos idiomas.

De acuerdo con el escritor budista Eihei Dōgen, nacido en japón a comienzos del siglo XIII, el sendero del Buda no decae mientras que exista la verdadera reverencia. Dicho de otra manera, el secreto de la vida en equilibrio se encuentra en el reconocimiento absoluto de la bondad ajena, la cual tenemos que homenajear dejando a un lado las segundas intenciones y el egoísmo. La reverencia verdadera se origina en el corazón y nos acerca a la iluminación de cuerpo y mente, el objetivo de esencial del budismo.

“Namaste”, por otra parte, es el título de un capítulo de la serie de TV “Lost” (“Perdidos”). Dicho episodio se estrenó en marzo de 2009.

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