Definición de mapeo

El concepto de mapeo hace referencia al acto y el resultado de mapear. Este verbo (mapear), a su vez, se emplea en el ámbito de la biología para aludir a la representación gráfica de las partes de un todo.

En un sentido amplio, puede decirse que mapear implica confeccionar un mapa o plasmar una estructura o un sistema en un gráfico similar a un mapa. A ese proceso de construcción se lo conoce como mapeo.

Un mapeo genético consiste en la asignación de un espacio físico a los diversos genes que forman parte de un genoma. Dicho de otro modo, el mapeo implica la determinación de las posiciones relativas de los genes y de la distancia que existe entre ellos.

El mapeo genético permite conocer a qué gen está vinculada una enfermedad hereditaria. También ayuda a saber cuáles son los genes que tienen un rol activo en el desarrollo de ciertos trastornos cardíacos, cáncer, diabetes y otras afecciones.

Se conoce como mapeo cerebral, por otra parte, a la ubicación de las propiedades biológicas en una representación espacial del cerebro. Lo que permite hacer el mapeo cerebral es identificar con exactitud las zonas del cerebro que se encargan del control de los movimientos, el habla, la visión, etc. Esto es muy útil cuando una persona debe someterse a una cirugía cerebral, por ejemplo.

Para realizar un mapeo cerebral, se recurre a un electroencefalograma cuantitativo. El médico coloca electrodos en el cuero cabelludo del individuo y registra, durante varios minutos, la actividad eléctrica procedente del cerebro para analizarla.

En el ámbito empresarial, existe el concepto de mapeo de datos, una herramienta esencial para el éxito. Se trata del proceso mediante el cual se determinan las correspondencias entre los varios campos entre dos bases de datos. Para tareas tales como la migración y la integración, muy comunes en la gestión de datos, el mapeo no puede faltar.

Durante el procesamiento de los datos, un error puede acarrear una situación de considerable gravedad en la que la empresa vuelva a tomar una mala decisión en lugar de reemplazarla por una mejor.

Casi todas las compañías deben llevar a cabo el traslado de datos de un sistema a otro en cierto punto de su evolución. Uno de los principales problemas es que entre los diferentes sistemas suele haber datos similares; si no se tiene una hoja de ruta que nos asegure la precisión de la mudanza, tareas tales como la consolidación pueden resultar erróneas.

El paso previo al análisis de los datos para conseguir información comercial que pueda servir a la empresa, es necesario homogeneizarlos para que los directivos puedan leerlos con facilidad. ¿Cuál es el problema que ocasiona esta necesidad? Al día de hoy, es común que los datos semejantes tengan más de una proveniencia y formatos, de manera que dos o más fuentes pueden decirnos lo mismo pero de diferente forma; por eso, al final de esta primera etapa todos los datos equivalentes deben fusionarse escogiendo solamente un estilo.

Un ejemplo muy común de esta situación se da con los nombres de las regiones geográficas o del idioma: un campo puede indicar «NA» y otro, «Norte América», pero el dato es el mismo y debemos homogeneizar ambos campos. Gracias al mapeo de datos, las distancias entre los sistemas se estrechan, y cuando llegan a destino son fiables y, por lo tanto, útiles.

Si bien el mapeo de datos no es un proceso tan reciente sino que tiene una cierta antigüedad, el creciente volumen de las bases de datos hace que aumenten las exigencias a nivel técnico, tanto en los equipos como en los programas que se usan para llevarlo a cabo.

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