Definición de homogeneizar

Homogeneizar es un verbo que hace referencia a lograr que algo resulte homogéneo: es decir, uniforme. Esta acción suele consistir en el uso de recursos químicos o físicos en una mezcla formada por distintas sustancias.

La noción de homogeneizar, por otra parte, puede aludir a concertar, equilibrar o nivelar los elementos de un sector o un conjunto en particular. De esta manera se buscan unificar características.

Se suelen homogeneizar las muestras antes de ciertos análisis

Ejemplos y aplicaciones

Por ejemplo: “El gobierno nacional se propone homogeneizar los datos aportados por cada provincia antes de tomar una decisión”, “Hay que homogeneizar las actividades que se están llevando a cabo para que sea posible aunar los criterios de intervención”, “El presidente pretende homogeneizar el pensamiento de la población y eso no lo vamos a permitir”.

Los procesos que apuntan a homogeneizar se desarrollan en múltiples ámbitos. La biología, la química, la agricultura y la gastronomía, por mencionar algunas ciencias y disciplinas, recurren a la homogeneización para conseguir que una mezcla adquiera los mismos rasgos o propiedades en la totalidad de la sustancia.

Heterogéneo es lo opuesto a homogéneo. Mientras que lo homogéneo es uniforme y presenta fases similares o integradas, lo heterogéneo es diverso y evidencia sus distintas fases.

En la rotura celular

Los campos de la bioquímica y la biología aprovechan la homogeneización para la disgregación y la rotura de las células, buscando afectar la membrana plasmática lo menos posible. Para romper la célula es posible apelar a uno de los siguientes tres mecanismos:

* usar líquidos para que produzcan fuerzas de cizalladura;

* usar sólidos con el mismo objetivo del punto anterior;

* poner en marcha un mecanismo de cavitación gaseosa (crear cavidades de vapor en el interior de un cuerpo de agua) para conseguir las fuerzas.

Homogeneización de productos alimenticios

Tomemos el caso de la homogeneización de la leche. En este caso, homogeneizar supone hacer que la leche entera atraviese boquillas muy pequeñas, pulverizándola a presión. Esto achica los glóbulos de grasa hasta la obtención de una crema que se vuelve inseparable. La homogeneización de la leche genera que, por los cambios en los glóbulos de grasa, el líquido sea blanco y no algo amarillento como era antes del proceso.

El mortero: uno de los homogeneizadores más antiguos


Otro de los cambios que notamos entre la leche natural y la que ha atravesado un proceso de homogeneización es que en esta última no es tan probable que se forme una capa de crema. Volviendo al color de este producto, está directamente ligado al tamaño de los glóbulos de grasa. Esto se debe a que causan el fenómeno que se conoce con el nombre de dispersión de luz: un rayo de luz blanca pasa a través de un medio que le provoca la refracción, de manera que al salir exhibe los colores que lo componen.

En el caso del helado, que también se prepara con leche en un gran número de casos, la homogeneización produce un aumento en el cuerpo y la viscosidad de la crema, lo cual repercute en una presentación más atractiva para el público.

El homogeneizador

En todo laboratorio que lleve a cabo algún producto de homogeneización debe haber un elemento llamado homogeneizador. Sus características dependen de la disciplina específica y los objetivos del proceso, que puede apuntar al tratamiento de alimentos, plantas o tejidos, entre otras posibilidades. Para preparar muestras biológicas, por ejemplo, se suele aplicar previamente ciertos análisis y estudios.

Uno de los tipos de homogeneizador más usados desde tiempos remotos es el mortero con mazo. Por otro lado tenemos dispositivos más modernos, como ser las trituradoras, los molinillos de aspas y las máquinas ultrasónicas para tratamientos de alta presión. Cada instrumento ofrece una eficacia diferente según el material a tratar.

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