Definición de hematíes
En el griego es donde podemos establecer que se encuentra el origen etimológico del término hematíes que ahora nos ocupa. En concreto, hay que establecer que es el resultado de sumar dos componentes léxicos de dicha lengua como son los siguientes:
-El sustantivo “haima”, que es sinónimo de “sangre”.
-El sufijo “-ies”, que se emplea para darle forma a adjetivos.
Los hematíes son células globosas de color rojo que se encuentran en la sangre.
También conocidos como glóbulos rojos o eritrocitos, los hematíes constituyen las células que aparecen en mayor número en la sangre. Entre sus componentes se encuentra la hemoglobina, una proteína que se encarga de trasladar el oxígeno desde los pulmones hasta los diversos tejidos y órganos del cuerpo.
La médula ósea es el lugar donde se originan los hematíes, que derivan de células madre llamadas hemocitoblastos. La formación de estos glóbulos rojos recibe el nombre de eritropoyesis. Carentes de mitocondrias y de núcleo, los hematíes recurren a la fermentación láctica para obtener energía.
Cuando los hematíes envejecen y ya no cumplen con su función, son destruidos mediante un proceso denominado hemólisis. Este mecanismo hace que la hemoglobina sea liberada en el plasma.
Es importante tener en cuenta que la concentración de hematíes en la sangre varía de acuerdo a la edad, el sexo y hasta la ubicación geográfica (a mayor altitud, mayor concentración de eritrocitos). A nivel general, puede decirse que la cantidad normal de hematíes en un hombre ronda los 5.400.000 por milímetro cúbico de sangre, mientras que en las mujeres la cifra habitual es de unos 4.500.000 de hematíes por milímetro cúbico de sangre.
Si el número de hematíes es inferior al normal, la persona padece anemia, un estado patológico que puede ser un signo clínico de múltiples trastornos. Una cantidad elevada de hematíes, por su parte, revela una policitemia.
No obstante, hay que establecer que un elevado aumento de los hematíes en sangre puede indicar que la persona en cuestión presenta problemas de salud de diversa índole. En concreto, puede advertir que sufre apnea del sueño, fibrosis pulmonar, un mioma uterino, un cáncer de riñón, una poliquistiosis renal o una EPOC (Enfermedad Pulmonar Crónica Obstructiva), por ejemplo.
Asimismo hay que conocer que hay una serie de situaciones que pueden producir de forma momentánea y puntual un incremento de los valores de hematíes en sangre. Entre esas están desde una intoxicación por dióxido de carbono hasta encontrarse en un lugar que se sitúa a una altitud elevada pasando por estar sufriendo un cuadro de deshidratación, que se manifiesta mediante vómitos, diarrea o un exceso de sudoración.
Para poder conseguir tener unos niveles normales de hematíes se establece que la persona debe llevar a la práctica una serie de medidas tales como no tomar drogas, dejar de lado el tabaco si fuma, no consumir alcohol, hacer ejercicio de forma habitual y llevar a cabo una alimentación sana, completa y equilibrada, por ejemplo.