Definición de gravilla
Se llama gravilla a la grava de tamaño reducido. Este material se utiliza para producir cemento y para pavimentar.
Grava pequeña
Antes de avanzar con la definición de gravilla, por lo tanto, hay que centrarse en el concepto de grava. A las piedras machacadas que se emplean con el objetivo de cubrir una superficie se las conoce como grava, término que también puede hacer referencia a las guijas que se encuentran en los cauces de los ríos y los arroyos y en las orillas.
La gravilla se comercializa en varios tamaños, según su aplicación
Cuando la grava es pequeña o está compuesta por partículas de dimensiones poco considerables, recibe el nombre de gravilla. Ambas nociones, de todos modos, son similares y por eso suele usarse una u otra palabra casi sin distinción.
Por ejemplo: “Mientras trotaba por el parque me resbalé y al caer me raspé con la gravilla”, “El camino para acceder a la gruta está cubierto de gravilla”, “Nadé un rato en el lago y al salir me senté sobre la gravilla a descansar y a contemplar el paisaje”.
Aplicaciones de la gravilla
La gravilla se utiliza con varios fines. En el ámbito de la jardinería, por mencionar una posibilidad, la gravilla sirve para decorar o para la creación de senderos y caminos. Por lo general la gravilla se comercializa en bolsas y es posible elegirla según el tamaño de las piedras, el color y otras variables.
Los aparcamientos son algunos de los espacios en los cuales se suele usar la gravilla, ya que aumenta la fricción de los vehículos y obliga a los conductores a mantener la velocidad dentro de un rango razonable. Dependiendo del método de aplicación y los productos complementarios, es posible evitar que las pequeñas piedras rueden al ser pisadas, aumentando de esta manera su estabilidad y funcionalidad.
Al usarlo en un jardín, por otro lado, el objetivo suele ser descompactar el suelo, para aumentar su permeabilidad. Resulta notable que un material tan simple como ser un trozo de roca pueda cumplir esta función y la de ornamentación de manera simultánea.
Antes de comprar gravilla debemos determinar el tamaño que más nos conviene, porque en el mercado podemos encontrar un rango muy amplio: desde los 2 hasta los 64 milímetros. Para un camino que será transitado a pie o en bicicleta, por ejemplo, se recomienda un grosor de 50 milímetros; para aparcamientos, en cambio, que se aproxime a los 70 milímetros.
Ventajas
Una de las ventajas de la gravilla es que resulta muy fácil de instalar. Primero se debe limpiar el terreno, eliminando las malas hierbas y otros elementos indeseables, y luego hay que alisarlo para lograr un buen acabado. Se aconseja usar una malla antihierba para mantener el terreno adecuado durante más tiempo.
La gravilla es ideal para decorar un espacio abierto, en parte porque se comercializa en diferentes colores, formas y tamaños, que pueden ser usados por separado o en conjunto para conseguir resultados muy variados. Se suele combinar con las plantas para potenciar el colorido y producir escenarios contrastantes.
Encontramos la gravilla en muchos espacios abiertos
Una ventaja funcional es que optimiza el riego, porque impide la evaporación inmediata del agua. Además, reduce el impacto de los cambios extremos de temperatura en el suelo. En particular se recomienda la gravilla marrón o roja para conseguir estos resultados. Sobra decir que este producto es efectivo desde el momento en el que se coloca.
Su bajo precio es otro punto a favor y que vuelve la gravilla muy atractiva para el consumidor que busca dar un toque distintivo a su jardín sin embarcarse en una gran inversión económica. Dado que este material proviene de la naturaleza, incluso cuando atraviesa procesos industriales sirve para aportar un carácter relativamente silvestre a un espacio urbano.