Definición de gabardina
De acuerdo al diccionario de la Real Academia Española (RAE), gabardina es un concepto que surge a partir de la combinación de dos términos: gabán (un abrigo) y tabardina (que deriva de tabardo: un tipo de gabán).
La primera acepción de gabardina alude a una tela que se caracteriza por su resistencia y por su impermeabilidad. Por extensión, se denomina gabardina a una prenda de vestir exterior que se confecciona con dicho material.
El tejido de gabardina puede realizarse con fibras sintéticas, lana o algodón, presentando una cara con franjas diagonales y otra lisa. Se trata de una tela de buena consistencia, ideal para soportar las inclemencias del tiempo y el contacto con agentes capaces de provocar daños en la piel.
Debemos remontarnos a la década de 1880 para estudiar la invención del tejido de gabardina, el cual estuvo a cargo de Thomas Burberry, oriundo de Gran Bretaña. Ya en el año 1861, las tropas del militar italiano Giuseppe Garibaldi vestían prendas similares a las que hoy en día conocemos por este nombre, y de allí se desprende el término garibaldina, que muchas veces encontramos como sinónimo de gabardina.
Unas décadas más tarde, en el contexto de la Primera Guerra Mundial, las tropas inglesas también aprovecharon esta prenda de vestir para hacer frente a las inclemencias del tiempo. Resulta curioso el camino que la gabardina ha recorrido a lo largo de la historia, ya que durante la década de 1930, las estrellas de Hollywood la convirtieron en un artículo de moda a través de su uso para representar a ciertos hombres al margen de la ley. Con el tiempo, la gabardina también comenzó a formar parte del vestuario femenino y su popularidad trascendió las fronteras para llegar a muchas partes del mundo.
Como abrigo, la gabardina es una pieza abierta que puede cerrarse con botones. Por lo general dispone de solapas grandes y cubre todo el torso y el sector superior de las piernas de quien la usa.
También llamada piloto en algunas regiones, la gabardina actualmente se presenta con múltiples diseños y colores. En algunos casos se le añade un forro para que resulte más abrigada y pueda utilizarse cuando hace mucho frío: de lo contrario, suele usarse cuando las temperaturas no son extremas con el objetivo de protegerse de la lluvia.
A pesar de todos los cambios de estilo y diseño que ha atravesado la gabardina desde sus primeras formas a mediados del siglo XIX, no ha perdido su impermeabilidad. Esta propiedad resulta muy positiva para los diseñadores, ya que les asegura que el mal tiempo no impedirá que la gente luzca su gabardina, sino todo lo contrario.
Mientras que en un principio la gabardina se confeccionaba con restricciones que limitaban su extensión, sus materiales y su color, en la actualidad los diseñadores gozan de una mayor flexibilidad a la hora de crear sus modelos; lejos ha quedado la binaria paleta de «gris y marrón», para dar lugar a cualquier combinación que surja de la inspiración de los artistas que año tras año conducen el mundo de la moda por medio de las nuevas tendencias.
Esta versatilidad, que también se aprecia en la transición que llevó la gabardina a contar con un forro para proteger al sujeto del frío además de la lluvia, nos demuestra que la moda no conoce límites. Si bien muchas personas la consideran irrelevante y superficial, otras siguen de cerca sus «mandatos» para lucir los colores y las formas actuales cada año.
En el ámbito de la gastronomía, por otra parte, se denomina gabardina a un rebozado que usualmente se realiza mezclando huevo y pan rallado o harina. Las gambas a la gabardina, por ejemplo, constituyen una receta muy popular en diversos países.